Víctor Fernández aprovechó una pregunta periodística para tirar un par de frases que fijan posición. El intento de la Iglesia antiderechos de meter sus valores reaccionarios en el próximo Encuentro.
Lunes 8 de abril de 2019 23:26
En los últimos años pasaron enormes movilizaciones, pañuelazos, la Plaza Congreso repleta de mujeres exigiendo su derecho a decidir. Una marea verde que inundó las calles de todo el país. Pero el negacionismo del arzobispo de La Plata, Víctor Manuel “Tucho” Fernández sigue firme.
El viernes pasado, en el Arzobispado de La Plata, la Pastoral Social organizó una reunión junto a gran parte del arco político, tanto oficialista como de la oposición peronista-kirchnerista de la región. Estuvieron desde el intendente de La Plata, el macrista Julio Garro, hasta algunos exponentes “progresistas” de Unidad Ciudadana, pasando por la UCR, el Frente Renovador y el presidente del PJ local Luis Lugones (hermano del obispo de Lomas de Zamora Jorge Lugones).
En la reunión, a la fue invitada también parte de la prensa, el arzobispo Fernández fue consultado por un periodista del sitio La Plata Ya sobre qué opinión le merece la preparación del 34° Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas , Trans, Travestis y Bisexuales que se va a realizar en La Plata entre el 12 y el 14 de octubre.
“Hay que tener en cuenta que los sectores y los grupos que defienden los intereses de la mujer son variados”, dijo el fiel amigo de Jorge Bergoglio y alto representante de esta institución medieval. Y agregó que “hay grupos que insisten en que haya, por ejemplo paridad laboral, igualdad de derechos, luchan contra la violencia doméstica, hay una serie de temas que les preocupan pero sin embargo pueden estar en contra del aborto”.
Fernández, quien apenas asumió como arzobispo en La Plata llamó a militar “por las dos vidas” (es decir contra la vida de las mujeres obligadas a abortos ilegales) quiere intentar tapar el sol con la mano.
Pasaron enorme movilizaciones, mil personas en el pañuelazo frente a la Catedral de La Plata, una Plaza Congreso repleta cuando se votó la ley de interrupción voluntaria del embarazo. Y si por un lado se ve a una marea verde que desborda las calles de todo el país y levanta la bandera de la separación de la Iglesia del Estado, por el otro está la conducción de la Iglesia católica con su negacionismo como doctrina, expresado de mil formas a lo largo de los siglos.
Grandes intereses
“El tema es cuáles son los grandes intereses que nuclean a todas”, insistió Tucho Fernández. Pero no se puede negar que la legalización de la Interrupción Voluntaria del Embarazo fue la demanda elemental que movilizó a millones de personas (sobre todo mujeres jóvenes y adolescentes) el año pasado y también el último 8 de Marzo.
A pesar de los acuerdos y los lobbys entre las iglesias y todos los partidos tradicionales ante la votación del proyecto, el derecho al aborto legal, seguro y gratuito sigue siendo una demanda que moviliza cientos de miles de mujeres, desde trabajadoras y amas de casa hasta estudiantes universitarias y secundarias, que exigen además la plena implementación de la ESI en sus escuelas.
La experiencia que hicieron millones en 2018 con el rechazo en el Senado a una ley que busca preservar la vida de cientos de mujeres condenadas a la clandestinidad, también puso blanco sobre negro y dejó en claro quién es uno de los enemigos que tiene el movimiento de mujeres y la comunidad sexo diversa: la poderosa y multimillonaria Iglesia católica y sus socias (algunas también ricas) evangélicas.
Por eso, esos pañuelos verdes que se podían ver andar en los laburos, por cada calle de cada ciudad, escuela y universidad, hoy estén acompañados por el naranja que simboliza el deseo de conseguir la separación de la Iglesia del Estado. No se puede seguir financiando a estos curas cómplices de la dictadura, abusadores de niñas y niños y fervientes militantes antiderechos.
Un Encuentro que se pronuncie por el Aborto Legal
“Para mí lo importante de estos encuentros sería que surjan grandes objetivos comunes que permitan luchar juntos y resultados concretos”, sugiere el arzobispo Víctor Fernández al conjunto del movimiento de mujeres que aglutinará el Encuentro Plurinacional de Mujeres Lesbianas Trans Travestis y Bisexuales.
Esas definiciones del arzobispo platense refuerzan la idea de que el 34° Encuentro no puede quedar por detrás de este movimiento que vino a cuestionarlo todo con la enorme fuerza de la marea verde.
Por eso, frente a la avanzada de los antiderechos y sus representantes en las provincias (como Morales en Jujuy o Manzur en Tucumán, que obligaron a parir a niñas violadas) y frente a declaraciones como las de Fernández, no hay lugar para los sectores que quieren poner por delante de esta demanda elemental sus acuerdos con las instituciones más retrógradas y reaccionarias. Con esos acuerdos de fondo, quieren imprimir una perspectiva oscurantista en un espacio que es único a nivel nacional e internacional de la historia del movimiento de mujeres.
El Encuentro tiene que tomar en sus manos esta pelea y pronunciarse tajantemente por el aborto legal, seguro y gratuito y la separación de la Iglesia del Estado. Que sea un canal de lucha y organización para las millones de mujeres que salieron y siguen saliendo a las calles.
En ese marco, es una iniciativa muy oportuna que la apertura del Encuentro, el 12 de octubre, sea frente a la Catedral de La Plata. Para dejarle en claro a Tucho y sus aliados que si “surgen grandes objetivos comunes que permitan luchar”, será para levantar bien en alto los pañuelos verdes y los naranjas, terminar de una vez con sus privilegios y arrancar el derecho elemental de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos.