El alambre retorcido ya se usó en Texas en contra de los pueblos originarios, el gobernador republicano Greg Abbott lo manda a México para colocar en Coahuila con la intención de frenar la migración. Esto puede provocar posibles heridos que queden atrapados entre los hilos de metal.
Miércoles 18 de mayo de 2022 22:39
El portavoz del gobernador de Texas, Renae Eze, anunció desde el miércoles pasado el envío de alambre de púas y entrenamiento para su colocación en la ciudad de Piedras Negras - en Coahuila donde gobierna Miguel Ángel Riquelme Solís del PRI (Partido Revolucionario Institucional, partido neoliberal del régimen mexicano), que tiene frontera con la ciudad texana Eagle Pass. Su función será detener a los migrantes que buscan cruzar hacia Estados Unidos desde esta región.
Según el funcionario estadounidense, este envío y entrenamiento se da a solicitud del gobierno de Coahuila, por lo que acordaron que esta semana llegarán mexicanos a territorio estadounidense para ser entrenados por militares texanos. Al finalizar, les darán el material (sin especificar la cantidad de la alambrada) y regresarán a instalarlo. Por lo anterior, se espera una mayor actividad militar en la zona que se suma a la persecución, detención y expulsión de migrantes provenientes de Centro y Sudamérica, así como de El Caribe y hasta de Medio Oriente y Europa.
Esta política antimigratoria binacional, hoy acordada entre los gobiernos texano y coahuilense, se suma a las diversas “medidas sin precedentes”, claramente xenófobas y racistas, en contra de las y los migrantes, que van huyendo de la violencia y la pobreza en sus lugares de origen con la esperanza de conseguir trabajo y mejorar sus condiciones de vida y la de sus familias.
Pero la utilización de este este tipo de alambre lesiona, gravemente, a quienes se quedan atorados en éste, poniendo en riesgo su vida.
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Suma de políticas antimigratorias desde Texas
Apenas en noviembre de 2021, el gobierno de Texas reforzó el muro fronterizo enviando decenas de vehículos de la border patrol al Puente Internacional I y II, donde ya había ordenado colocar alambre de púas con el propósito de frenar los cruces entre la ciudad mexicana de Piedras Negras y Eagle Pass en Texas.
La subordinación del gobierno coahuilense ante las autoridades texanas se da en el marco de la subordinación del gobierno de López Obrador a Washington, considerando que, desde la era Donald Trump y hasta hoy -con el gobierno de Joe Biden-, se han acelerado e incrementado los operativos contra migrantes bajo el programa "Frontera Segura", el "Título 42" (que permite deportaciones express. Biden se valió de esta ley, en plena pandemia, para expulsar migrantes), o "Quédate en México", entre otros, que incluyen el envío de decenas de cuerpos represivos militares y estatales en la frontera, así como la construcción de muros fronterizos sofisticados, con patrullaje, alta tecnología militar y materiales cuyos costos son millonarios y que salen del erario público.
Hay que recordar que Estados Unidos ya tiene una barrera física de unos 900 kilómetros de extensión en la zona fronteriza con Tijuana, El muro incluye tres barreras de contención, iluminación de muy alta intensidad, detectores de movimiento, sensores electrónicos y equipos con visión nocturna conectados a la policía fronteriza estadounidense, así como vigilancia permanente con camionetas todoterreno y helicópteros artillados.
Pese a todos los intentos de frenar la migración ilegal por parte de las autoridades estadounidenses, la realidad es que las y los migrantes siguen caminando para alcanzar el sueño americano. Mientras a ellxs se les ha despojado de todo, las empresas constructoras, en complicidad con los gobiernos imperialistas (republicanos y demócratas) y subordinados como el de México, siguen enriqueciéndose con la construcción de muros fronterizos, ya sea de concreto o con militares armados o, como en este caso, con alambre de púas lesivo para cualquier persona.
La respuesta debe ser la unidad de la clase trabajadora
Los políticos burgueses se alían con el empresariado en contra de mujeres, hombres, niñas y niños migrantes. Pero el problema migratorio sí tiene una salida: es necesaria la unidad internacional de la clase trabajadora a ambos lados de la frontera, con los trabajadores de la “generación U” que busca sindicalizarse para defender y conquistar derechos, junto con las miles y miles de mujeres, que hoy luchan por derechos sexuales y reproductivos, en defensa del derecho a decidir en EE. UU., con lxs jóvenes que salieron a luchar en contra del racismo y por derechos plenos, así como con las organizaciones democráticas, sindicatos y defensores de derechos humanos, que apuesten por luchar en defensa de derechos políticos, sociales, culturales y económicos de quienes migran, en contra de la política xenófoba y racista de la ultraderecha, de los partidos Republicano y Demócrata, y de la política migratoria de los gobiernos federal y estatales en México, que en el discurso pueden decirse muy progresistas pero que en la realidad se subordinan a los mandatos imperialistas estadounidenses a costa de la vida de las y los migrantes.
¡Por el libre tránsito y fronteras abiertas!
Diana Palacios
Profesora egresada de la Normal Superior, colaboradora en IdZMx