La alcaldesa de Madrid, con el apoyo de Pablo Iglesias, asume un plan de recortes y cesa al concejal de economía Sánchez Mato por negarse a votarlo. El gobierno de Podemos asume las políticas neoliberales de Rajoy.
Diego Lotito @diegolotito
Martes 19 de diciembre de 2017 15:23
La aprobación este lunes del Plan Económico Financiero (PEF) de Madrid, que incluye un recorte de más de 780 millones en 2017 y 2018, junto con el cese de Sánchez Mato (IU) como concejal de Hacienda, genera un cisma político entre las corrientes políticas que integran el gobierno de Madrid (Podemos, IU, Ganemos y otros). Con este acto, Manuela Carmena, la jueza empoderada como máxima autoridad del Ayuntamiento por la dirección de Podemos, termina de echar tierra sobre el relato del “gobierno del cambio”.
El gobierno madrileño aplicará recortes que afectan las partidas de servicios sociales (aun teniendo superávit) para cumplir con “la regla del gasto” diseñada por el ministro de Hacienda del gobierno de Rajoy, Cristóbal Montoro. Una medida neoliberal subsidiaria de la reforma del artículo 135 de la Constitución, acordada entre gallos y medianoche por el tándem del Partido Popular (PP)-Partido Socialista (PSOE), para garantizar el pago de la deuda. Es decir, una política opuesta por el vértice a todo lo que “las fuerzas del cambio” habían presentado como su relato para canalizar el descontento social desde el 15M en adelante.
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El líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha salido inmediatamente a alinearse con Carmena: “Es razonable que los equipos de gobierno se reconfiguren. Creo que el Ayuntamiento de Madrid está siendo un ejemplo de gestión y va a seguir siéndolo para toda España”, declaró este lunes al conocerse la decisión. Y agregó: “es lógico que los ayuntamientos tengan que cumplir la ley, aunque sea una ley que no nos gusta, e incluso en condiciones muy difíciles demostrar que se puede gobernar otra forma sin robar y haciendo las cosas bien.”
Podemos ha reducido al mínimo denominador las posibilidades de cambio social en la gestión municipal, defendiendo que son un gobierno “eficiente” que “al menos” no roba. Una adaptación tal a los marcos del régimen, que lo único que consigue es aumentar el desencanto entre los trabajadores y sectores empobrecidos que los votaron con ilusiones de “cambio” y se dan de bruces con la pared de la continuidad. Cuando las políticas neoliberales las aplican aquellos que se presentaban como oposición a las mismas, los que más ganan son la derecha conservadora, los sectores empresariales y financieros que están al acecho para redoblar su ofensiva.
El 155 en Madrid
El pasado 7 de noviembre el ministro Montoro anunciaba la intervención de las cuentas del Ayuntamiento de Madrid. En Izquierda Diario denunciamos que se trataba de una medida sin precedentes, continuación de la aplicación del 155 en Cataluña, que implicaba “una intervención política mediante un golpe institucional en el Ayuntamiento de Madrid”. La deriva restauradora y autoritaria del gobierno de Rajoy y el bloque monárquico contra el movimiento democrático catalán se volvía ahora contra los Ayuntamientos, para imponer a golpe de intervención las medidas de ajuste y “austeridad”. La gran disyuntiva era qué hacer ante semejante ataque. Y la realidad es que el gobierno de Ahora Madrid capituló sin dar batalla.
Ahora Madrid y Podemos reproducen hoy -de forma muy degradada- el “momento Syriza”, cuando el gobierno de Alexis Tsipras claudicó ante los dictados de la Troika, a costa de reducir pensiones y privatizar media Grecia. Pero esta situación no cae del cielo: Carmena viene aplicando en cuotas esta misma política desde hace dos años y medio cuando asumió al frente del gobierno de Madrid. Las políticas de “eficiencia en el gasto” (mostrando como un triunfo el haber reducido deuda y cumplirla metódicamente en vez de negarse a pagarla), la negativa a remunicipalizar los servicios públicos, las concesiones a los intereses de los grandes empresarios y constructoras, los acuerdos con el PSOE, y las concesiones previas realizadas frente a las exigencias de Montoro, ya constituían un completo abandono del programa de campaña que la habían llevado al gobierno municipal.
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Muchos activistas sociales han inundado las redes en las últimas horas con mensajes de enojo, frustración y desaliento. “Me parece que esto es casi la derrota final del 15M”, comenta entre sus colegas un periodista de izquierda. “Sinceramente disgustada por esto. Para eso no hemos llegado hasta aquí”, responde otra votante de Ahora Madrid. “Todavía estoy que no me lo creo”, se suma otra.
Desde Izquierda Unida, la corriente de Anticapitalistas en Podemos y sectores afines a Ganemos, han salido a defender el papel de Sánchez Mato en el Ayuntamiento, y critican la aprobación del plan económico bajo el signo de Montoro. Sin embargo, reiteran su apoyo al gobierno municipal del que forman parte, y confirman la continuidad de la coalición Unidos Podemos a nivel estatal, algo que hoy más que nunca se evidencia completamente contradictorio con poder desarrollar una política de izquierda anticapitalista y favorable a los trabajadores.
Los trabajadores y las trabajadoras que vieron caer sus salarios reales y padecen la precariedad laboral, los millones de parados, los jóvenes que solo pueden conseguir un trabajo precario, las cientos de miles de familias que han perdido su casa, las mujeres que siguen sufriendo la violencia machista, los movimientos de inmigrantes sin papeles acosados por la policía municipal, los vecinos que luchan contra la gentrificación de los barrios, los activistas que luchan contra los crímenes del franquismo, quienes exigen la remunicipalización de los servicios públicos; ninguno de ellos han visto transformaciones reales, ni mucho menos que su vida haya mejorado en dos años y medio de “gobierno del cambio”. Y ahora, encima, vienen más recortes.
Ahora Madrid: fin de ciclo
Al subordinarse a las políticas neoliberales impuestas por el gobierno del PP, Ahora Madrid se ha liquidado definitivamente como “proyecto de cambio”. Porque no puede haber ningún proyecto de cambio al servicio de los trabajadores y los sectores populares si no parte del principio elemental de que es mejor quebrar la ley, que hundir al pueblo. Por el contrario, para Carmena, Pablo Iglesias y Unidos Podemos, pareciera que el leit motiv es: “Mejor cumplir con la ley, que cumplir con el pueblo”. El municipalismo reformista, como era de esperarse, culmina así un itinerario.
Es hora de que muchos sectores de trabajadores y activistas que apoyaron la formación de Ahora Madrid, que depositaron ilusiones en Unidos Podemos y los llamados “ayuntamientos del cambio”, se planteen una profunda reflexión y balance de lo acontecido. Para superar el doble discurso y los límites del neorreformismo, es necesario construir un proyecto diferente, verdaderamente anticapitalista y de los trabajadores, que se proponga una lucha frontal contra el Régimen del 78 y la agenda conservadora y recentralizadora del Gobierno.
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Diego Lotito
Nació en la provincia del Neuquén, Argentina, en 1978. Es periodista y editor de la sección política en Izquierda Diario. Coautor de Cien años de historia obrera en Argentina (1870-1969). Actualmente reside en Madrid y milita en la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT) del Estado Español.