Se espera que hasta 60 mil trabajadores sindicalizados sean despedidos en los próximos meses. Esto se suma a los más de 10 mil trabajadores contratados por outsourcing que dejaron de laborar desde el 1º enero de este año.
Martes 24 de febrero de 2015
El pasado 18 de febrero, el director general de Pemex, Emilio Lozoya, tuvo que desmentir sus propias declaraciones de principios de año en el sentido de que los recortes de personal no afectarían al Sindicato Petrolero. Aunque se ha negado a dar cifras sobre el recorte, se sabe que afectará a miles de trabajadores.
Luego de participar el 21 de febrero en el Foro Nacional del Petróleo de la Confederación Obrero Patronal Mexicana (Coparmex), en Veracruz, Pedro Joaquín Coldwell afirmó que el recorte al presupuesto programado para Pemex bajó en 11.5%, lo que corresponde a un recorte de 62 mil millones de pesos, anunciado el 30 de enero por el presidente Enrique Peña Nieto. El funcionario de la Secretaria de Energía también tuvo que reconocer que sí habrá despidos de personal sindicalizado.
Según Coldwell y Lozoya, estos despidos se dan por órdenes del Consejo de Administración de la petrolera, el cual incluye además la suspensión de proyectos no iniciados en refinería, extracción y exploración, así como recorte al gasto corriente y de personal.
El sindicato petrolero es cómplice de los despidos
Ambos funcionarios han afirmado que tendrán que entablarse “negociaciones” entre Pemex y el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), que encabeza Carlos Romero Deschamps, también senador por el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Al dirigente petrolero no le tembló la mano a la hora de aceptar los despidos de decenas de miles de trabajadores a los que dice representar. Claro: su fortuna personal está asegurada, ya que es propietario de una colección de autos exóticos, departamentos en Cancún, un yate en la Riviera Maya, relojes de lujo, un castillo en Francia, y generoso padre que regaló varias propiedades exclusivas en Estados Unidos a su hijo José Carlos Romero.
Romero Deschamps ha sostenido en los últimos días que los recortes afectarán a todos los centros de trabajo; como primer punto se intentarán “congelar” el número de plazas sindicalizadas y también se realizarán modificaciones al contrato colectivo de trabajo.
Estos cambios han sido signados por el dirigente petrolero en el convenio administrativo sindical 10717-2013 que busca redimensionar y distribuir la planilla laboral existente.
El ataque a los trabajadores lleva años
En los últimos ocho años el personal de confianza aumentó de 20% a casi 30% del total, representando en el 2015 casi 45,000 trabajadores, según un reporte del Security Exchange Commision (SEC) de Estados Unidos. Así mismo, en las últimas dos décadas, el número de trabajadores sindicalizados se ha reducido en más de 100 mil trabajadores.
El dirigente de la Alianza Nacional Democrática de Trabajadores Petroleros, Juan Carlos Chávez, aseguró que de las 125 mil plazas sindicalizadas que existen al día de hoy en Pemex, el gobierno pretende reducirlas al 50%, lo que significan más de 60 mil plazas.
Los despidos ya comenzaron
En la refinería de Salamanca, Guanajuato, han sido despedidos 40 trabajadores este fin de semana. En el edificio inteligente de Pemex en Coatzacoalcos, Veracruz, los trabajadores han denunciado que desde hace meses comenzaron los despidos de decenas de trabajadores y que a muchos se ellos se les han negado la liquidación a la que acceden por ley. A estos despidos se suman los más de 10 mil que ocurrieron en los primeros días de enero, en la región Marina Noroeste donde están las plantas de Cantarell y Ku-Maloob-Zaap.
El presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción en la zona norte de Veracruz (CMIC), Antonio Bustos Peter, afirmó que ante estos anuncios del gobierno también se esperan despidos de las empresas contratistas.
Se están empezando a ver las consecuencias negativas de la reforma energética para los trabajadores.
Esta situación pone en evidencia cada vez más la imperiosa necesidad que tiene la clase obrera de sacarse de encima a la burocracia sindical y organizarse desde las bases, para recuperar su sindicato y poder luchar contra los despidos.
