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Red Internacional
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Opinión. El inicio de las deportaciones forzadas y los acuerdos entre Maduro y Trump

Los primeros vuelos con deportados forzosamente por Trump han llegado a Venezuela. Es producto de los acuerdos tras la visita a Caracas del enviado especial de la Casa Blanca, Richard Grenell. Con la aceptación de las políticas reaccionarias de Trump, Maduro anhela relajamiento de las sanciones, o como mínimo, que las licencias para las petroleras como Chevron continúen.

Martes 11 de febrero 13:04

Venezolanos deportados de Estados Unidos llegan al Aeropuerto Internacional en Maiquetía. Fotografía AP.

Venezolanos deportados de Estados Unidos llegan al Aeropuerto Internacional en Maiquetía. Fotografía AP.

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El pasado 31 de enero la bandera gringa volvió a izarse al lado de la de Venezuela en el Palacio de Miraflores durante el encuentro con Richard Grenell. Una imagen que sorprendió a algunos y dejó desorientada a sectores de la oposición. Este lunes dos aviones de la aerolínea venezolana Conviasa recogieron en El Paso, Texas, a los primeros venezolanos deportados forzosamente por el Gobierno de Donald Trump. Maduro calificó de "primer paso" para restablecer las relaciones con Estados Unidos.

Los migrantes llegaron en dos aviones venezolanos. Tal como lo había anunciado el Departamento de Estado, Venezuela se comprometía a aportar las aeronaves para las deportaciones, evitando usar los aviones militares estadounidense, ahorrando sus recursos. "Hemos dado un paso favorable, positivo", celebró Maduro en su programa de televisión, que transmitió la llegada de ambos vuelos.

Es la aceptación de las acciones de las políticas reaccionarias que lleva adelante Donad Trump con su política de expulsar a millones de inmigrantes, realizando redadas en las principales ciudades de Estados Unidos. Entre ellos más de 600 mil venezolanos están en el foco trumpista, con el discurso xenofogo y racista, tratándolos de criminales. Bajo ese discurso se lanza a la caza masiva de inmigrantes, pone cuotas diarias de arrestos a la policía que hay que cumplir, violándoles los más elementales derechos, y colocándolos en vuelos sin el más mínimo derecho a la defensa, algunos hasta terminan en la temible base militar de Guantánamo.

El discurso de Maduro es cínico. En el comunicado difundido por el Ministerio de Comunicación se menciona que estas deportaciones forzadas son parte de la reanudación del Plan Vuelta a la Patria. Por eso quiso hacer su espectáculo televiso. El primer avión llegó pasadas las 9 de la noche y el segundo poco después. Cada uno llevaba 95 venezolanos entre 20 y 30 años, dijo Diosdado Cabello, desde el Aeropuerto Internacional en Maiquetía. Se le dio acceso a la prensa para cubrir la llegada, aunque sin poder entrevistar a los migrantes.

Pero Edmundo González y María Corina Machado están de acuerdo también con las deportaciones forzadas de los migrantes venezolanos que lleva a cabo el gobierno de Trump, haciéndose eco de toda la política racista y xenófoba del mandatario estadounidense. Edmundo González le había propuesto a Trump que no negociara con Maduro, llegando al descaro de plantear que enviara a los deportados venezolanos al limbo de terceros países –también aceptando la política represiva y criminal de Trump de las expulsiones forzosas, no menos ha sido María Corina Machado. Ninguna alusión al pleno derecho a permanecer en EE.UU. y no sufrir los vejámenes de lo que están siendo víctimas.

En una reciente entrevista en el programa “7 preguntas, 7 periodistas”, cuando se le preguntó por el encuentro de Richard Grenell con Maduro, siguiendo al pie de la letra el discurso trumpista, María Corina declaró que el enviado especial de Estado Unidos le había impuesto a Venezuela que aceptara la llegada de “criminales”. Tal cual la narrativa de Trump, de tratar de criminales a los migrantes venezolanos.

Richard Grenell, el enviado de Trump, en su reunión con Maduro el 31 de enero.
Richard Grenell, el enviado de Trump, en su reunión con Maduro el 31 de enero.

Como hemos escrito en La Izquierda Diario, todas estas negociaciones s probable que se estén orientando a un nuevo giro a la postura de Estados Unidos, más allá de toda la estridencia de las declaraciones de Donald Trump. Aunque negociaciones de deportaciones forzadas por alivio de sanciones no son nada nuevo entre Estados Unidos y Venezuela. Los vuelos de deportaciones ya se han venido realizando bajo el gobierno de Biden, pero fueron suspendidos a mediados de diciembre en el marco de la crisis política por las elecciones y las proscripciones a representantes del sector de la derecha liderado por María Corina Machado.

Por el momento, con la llegada de la nueva administración a la Casa Blanca a Maduro le ha permitido renovar sus relaciones con Estados Unidos, por lo menos a nivel de negociaciones públicas, y en el propio palacio presidencial, Miraflores. Más allá de que Estados Unidos y muchos otros declaren que no reconocen al gobierno de Maduro, con los últimos movimientos de Trump, Maduro ha obtenido que se le reconozca como autoridad en Miraflores, lo que da un aire de "legitimidad". Por eso ignoraron la propuesta de Edmundo González y de María Corina Machado.

Hay que denunciar la política de Maduro de usar a los migrantes como fichas de cambio, así como las deportaciones forzadas, tal como lo plantean también Edmundo González y María Corina con sus propuestas a Trump. Se trata de millares de venezolanos y venezolanas, incluyendo niños, que en función de la miseria que viven en Venezuela salieron en busca de trabajo o nuevas oportunidades de vida. Miseria de la cual es responsable tanto el propio gobierno venezolano, como lo son también los sectores de la derecha como la que encabeza María Corina Machado alentando y apoyando las criminales sanciones del imperialismo estadounidense que cayeron con peso sobre el propio pueblo venezolano. Ambos son responsables de la migración masiva de venezolanos en los últimos años.

Como hemos escrito desde La Izquierda Diario, exijamos para los inmigrantes en Estados Unidos, todos los derechos a residencia y trabajo. Basta de las deportaciones y de la persecución de los migrantes, plenos derechos democráticos. Los trabajadores y migrantes venezolanos no son barajita de cambio, nuestras vidas valen. Así como también hay que rechazar las sanciones y toda agresión o amenaza imperialista.