Opinión. El kirchnerismo y las disputas al interior del peronismo bonaerense

“Hay que ganar la provincia como sea”, habría dicho Cristina Kirchner a un grupo de su círculo íntimo días antes del Plenario de la Militancia realizado en la UTN de Avellaneda el pasado 11 de marzo para reforzar el “operativo clamor” por su candidatura.

Paralelamente el gobernador Axel Kicillof aprovechó el inicio de sesiones de la Asamblea Legislativa para tratar de blindar su proyecto reeleccionista frente a los sectores que lo quieren empujar como presidenciable del Frente de Todos, ante la sequía de candidatos que cubran el renunciamiento (?) de CFK. Amparado en algunas encuestas favorables, el gobernador se aferra al sillón de Dardo Rocha ante el temor de convertirse en un candidato perdedor a nivel nacional.

Kicillof lanzó su reelección, pero todavía le queda un sinuoso camino por recorrer. El gobernador sueña con ser el sobreviviente de la debacle oficialista ante las próximas elecciones, pero en medio del salto en la crisis inflacionaria que viene fogoneando el acuerdo con el FMI -que ahora exige mayor ajuste económico-, el futuro de Kicillof no escapa al profundo debilitamiento de Todos y las internas desbocadas que están sobre la mesa. El gobernador aparece bien en las encuestas, pero hasta las elecciones falta una eternidad (en tiempos políticos) y sombras oscuras sobrevuelan las perspectivas a corto y mediano plazo. El escenario aún está abierto: el alto grado de abstención en la última elección en la PBA preocupa al peronismo, pero no puede descartarse que, al no haber posibilidad de segunda vuelta en la elección a gobernador, en el caso de presentarse un escenario de alta polarización con un candidato del ala más abiertamente de derecha de Juntos Kicillof pueda sostenerse y ser reelegido. Por ahora, todo queda en el mero análisis, ya que estamos en un contexto económico y político volátil que impide predecir claramente qué pasará en unos meses.

Un plenario con poco clamor y muchas disputas

El Plenario de la Militancia dejó en evidencia que el “operativo clamor” para el cual fue convocado (con la devaluada consigna “Luche y Vuelve” como leit motiv) para motivar a la militancia terminó convirtiéndose en un escenario donde se midieron las disputas entre los dirigentes kirchneristas del peronismo bonaerense. Página 12 en su crónica se conformó con que las diferencias existentes no hayan dado lugar a fisuras, pero en Avellaneda quedó la puerta abierta para mayores disputas.

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Máximo vs. Axel

Cuando iba culminando el plenario, en una tarde agobiante, sorpresivamente Máximo Kirchner desplazó al gobernador del cierre del evento, y de esa forma se quedó con la última palabra. No se privó de arrojar un dardo contra Kicillof, quien unos minutos antes, a su lado, había dicho que los dirigentes y la (no muy entusiasmada) militancia tenían que “bajar al territorio para dar la cara“. Máximo retrucó: “No hay que bajar al territorio, señor gobernador, hay que subir a la militancia a los lugares del gobierno”.

De esta forma intentó adelantarse ante la posibilidad de reelección del actual gobernador, para que este no vuelva a mostrarse reacio a incluir más aliados de los k en su gabinete. No olvidemos que luego de la derrota de 2021 Cristina obligó al gobernador a viajar de urgencia al Calafate para imponerle el ingreso de los Barones del conurbano a lugares de mayor jerarquía en el gobierno provincial, con Martín Insaurralde a la cabeza; así el lomense -socio del propio Máximo- terminó escalando a la actual jefatura de Gabinete provincial. Tampoco se puede descartar que el hijo de la “Jefa” haya apuntado, una vez más, al desplazamiento de Kicillof a la candidatura presidencial. Máximo buscó, como presidente del PJ bonaerense, la forma de marcarle la cancha a Axel, pero también al Cuervo Larroque.

El revoloteo del “Cuervo”

El actual ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense y secretario general de La Cámpora durante los últimos años aprovechó el plenario de Avellaneda para lanzar su propio espacio político: La Patria es el Otro. El nuevo sello, además de disputar un lugar como vocero de CFK, trata de tender una red para contener el desgaste de La Cámpora que él mismo dirigió. “Estamos iniciando un camino, convocando a la militancia como protagonista” le dijo al auditorio no muy abultado reunido en el Plenario de Avellaneda.

Un viejo discurso, devaluado ante el fracaso del Frente de Todos y el fuerte debilitamiento de un kirchnerismo, que termina sosteniendo el brutal plan de ajuste y creciente inflación que viene imponiendo Sergio Massa a pedido del FMI; un plan que impulsa el extractivismo y prepara nuevos tarifazos para beneficiar aún más a las privatizadas que no garantizan ni luz ni agua a millones. Hoy miles sufren los constantes cortes de ambos servicios en medio de una oleada de calor histórica, mientras todos los integrantes del Frente de Todos bancan a Massa y sus medidas antipopulares.

Protagonistas de otra clase

En la próxima elección se calcula que van a votar alrededor de 680 mil jóvenes por primera vez en la PBA. Con su operativo clamor o sus intentos por maquillarse, el peronismo apunta a ganar votos dentro de un importante padrón juvenil para “ganar la provincia sea como sea”; pero en estos más de tres años de gobierno muchos jóvenes vienen haciendo una experiencia con “la miseria de lo posible” que sostiene el kirchnerismo.

La juventud tiene que ser protagonista, pero de una política propia y que una la lucha por sus reivindicaciones y por su futuro junto a la clase trabajadora, y ser protagonista para organizar un partido de trabajadores con un programa anticapitalista y revolucionario, fortaleciendo la lucha en las calles y a una una salida por izquierda en las próximas elecciones.

En pocos días tenemos el desafío de ganar las calles y movilizarnos de manera independiente junto a los organismos de derechos humanos nucleados en el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia. En los centros de estudiantes, pero también en los sindicatos, en los lugares de trabajo y estudio; en el movimiento de mujeres y ambiental y en cada barrio donde vecinas y vecinos se organizan por viviendas y por servicios básicos que le son negados, tenemos el desafío de organizar una gran columna del PTS en el FITU para decir que, a 47 años del golpe, bajo el gobierno del Frente de Todos se siguen beneficiando las mismas patronales que fueron cómplices de la última dictadura militar.

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