En un acto en la Quinta de Olivos, junto a Cabandié y Trotta anunciaron la promulgación de la ley pero no dieron respuesta a su política contraria al cuidado del ambiente. ¿Es solo una cuestión de falta de educación ambiental?
Lunes 7 de junio de 2021 22:33
En los aproximadamente 30 minutos que duró la presentación, los presentes coincidieron en la importancia de preservar y cuidar el ambiente, resaltando el eventual avance que esta ley significa, pero sin profundizar mucho en el contenido de la misma ni mucho menos explicando cómo reducir la problemática a una cuestión de educación permitiría dar pasos concretos para ello.
Estuvieron presentes los ministros de Educación y Ambiente y Desarrollo Sostenible, Nicolás Trotta y Juan Cabandié. También la directora del Instituto Nacional de las Juventudes, Macarena Sánchez, Malvina Luera por la Federación Nacional Campesina, Ornella Paz por el Movimiento Campesino de Santiago del Estero, y Máximo Mazzocco de la asociación civil Eco House.
Si bien había acuerdo en la urgencia de la medida, es por lo menos incoherente si se considera que la apuesta económica del gobierno ha sido precisamente reforzar la matriz extractivista, impulsando la megaminería contaminante en Mendoza, Chubut o en la Puna con el litio, la agricultura dependendiente de agrotóxicos,o que aún no se haya votado una ley para proteger los humedales, producto del lobby empresarial.
Incluso Malvina Luera, referente de la Federación Nacional Campesina, planteó a los presentes la necesidad de asegurar el acceso a la propiedad de la tierra, pero frente a esto ninguno de los funcionarios dio respuesta alguna.
Además de los límites que tiene la estrategia de solamente promulgar una Ley de Educación Ambiental Integral, es válida la pregunta de si por lo menos sirve de algo. Frente a ello, el ministro de Educación Nicolás Trotta da elementos para responder. Señala que tiene el desafío de llegar a todas las escuelas, a la educación formal y no formal, a los claustros de las universidades, reconociendo que va a implicar intensos debates, “y buscar desde el Estado los equilibrios, que permitan la creación de riqueza, su justa distribución, pero nunca dejando de lado el desarrollo sostenible”.
El desarrollo sostenible es aquí un eufemismo utilizado para justificar diversas actividades extractivistas, bajo el cual se busca resolver los problemas del atraso y la dependencia del país con la explotación de recursos naturales. La experiencia muestra que no solo no resuelve dichos problemas, si no que deja deterioro ambiental que terminan pagando siempre los más pobres, como los pueblos fumigados, o con la contaminación en los cursos de agua cercanos a donde se practica la megaminería. Entonces, dicha ley, ¿puede estimular un pensamiento que promueva una práctica en donde el ser humano se desarrolle en armonía con la naturaleza? ¿O en realidad estimula el ideario de continuar con el modelo económico impulsado por el gobierno?
Algunos mitos
Pero luego en la conferencia dijeron algunos mitos que es necesario aclarar. Por ejemplo, Alberto Fernandez decía que durante el 2020, por las restricciones debido a la pandemia del coronavirus, el aire se limpió, la naturaleza volvió a ocupar su lugar. O sea el problema es la humanidad que genera problemas ambientales, y al tener que encerrarse, la situación mejoró.
Sin embargo, esto no fue así, en el programa de Claves Internacionales, mostró como con la necesidad de la reactivación económica no disminuyeron los gases de efecto invernadero. Es más, según un estudio publicado en Nature la cantidad actual de CO2 en nuestra atmósfera no se había visto desde hace 15 millones de años. El problema entonces no es la acción propiamente humana, sino el modo de producción capitalista, ya que en realidad lo que nunca se frenó con la pandemia, es justamente la voracidad capitalista, las fábricas siguieron funcionando, la deforestación continuó, la megaminería también.
La Educación Ambiental Integral es un paso necesario para hacer frente a la catástrofe socio ambiental que estamos viviendo, y como señaló Nicolás del Caño en la cámara de diputados “esa educación parte de la lucha que llevan adelante durante años distintas organizaciones y pueblos en nuestro país y en todo el mundo, y la participación y el protagonismo que ha cobrado en los últimos años la juventud en la lucha contra la destrucción del planeta".
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Pero por si sola no basta, o incluso puede tener un contenido que ni siquiera colabore. Sin afectar la ganancia de los grandes capitalistas, que con su falta de escrúpulos llevan a cabo operaciones industriales gigantescas destruyendo y contaminando todo a su paso, estas medidas terminan siendo testimoniales o peor aún, una lavada de cara para quienes se han encargado de continuar y profundizar este modelo que, como reclama la juventud, no da más.