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Red Internacional
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Barrio 31 - CABA. El recorte en educación es con el hambre de nuestros niños ¿Jorge Macri comería esto?

La educación y alimentación no es una prioridad para los gobiernos de Milei y Jorge Macri. La motosierra es también, hacia las infancias de la Villa 31.

Lunes 15 de abril 10:49

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Las imágenes de las raciones de comida son del Polo Educativo Mugica al cual asisten aproximadamente 1.500 alumnos todos los días. Una imagen vale más que mil palabras.

Mientras Jorge Macri, el Jefe de Gobierno de La Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la Ciudad más rica de todo el país se suma al recorte que lleva a cabo Javier Milei despidiendo trabajadores sin motivo, tarizafos e inflación. No sólo deja a las familias sin trabajo, además a los niños y niñas que asisten a la escuela pública les recorta el presupuesto en alimentos, ajustan en las infancias de los barrios más vulnerables.

El Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República Argentina (INDEC) informa que el 58% de los niños en nuestro país son pobres, el gobierno de Javier Milei y Jorge Macri llevan a cabo un ajuste sobre las raciones de comida de las infancias, en este caso en una Villa como la 31, que se replica en todas las Villas de la ciudad.

Sin embargo desde la página oficial del Gobierno de la Ciudad, sobre el Programa de alimentación Escolar, el cual está conformado por un grupo de profesionales que “en la elaboración de los menúes se contempla: población destinataria, aspectos nutricionales, hábitos alimentarios y aspectos bromatológicos que aseguran una alimentación saludable. Los menúes se ajustan a los requerimientos establecidos en la Ley N° 3.704.“

Pero esto, ¿realmente es así? Le consultamos a Marian, nutricionista que se organiza en la Posta de Salud y Cuidado: ”En las imágenes podemos ver que no hay vegetales ni frutas frescas. Faltan vitaminas y minerales, lácteos de calidad y proteínas, que es un macronutriente fundamental para el desarrollo de los músculos y el crecimiento. Lo más alarmante es la falta de alimentos frescos, que es parte de la epidemia de malnutrición que vivimos en Argentina que está tomando forma de niñes desnutridos o malnutridos que presentan obesidad, va en contra de las recomendaciones de la OMS y la sociedad Argentina de pediatría”.

¿Por qué los chicos van a comer a los colegios?

El Estado es quien debe garantizar que se cumplan con los Derechos de los niños, niñas y adolescentes. No solo no cumplen con eso, sino que vulneran cada uno de sus derechos.

Es así cuando vemos que destinan millones a los operativos represivos que atacan a las familias que piden comida para los comedores, al amedrentamiento en lugares como el aeroparque donde despiden trabajadores dejando a cientos familias sin sustento. Recortan los programas estatales que complementan diversos aspectos de la vida de las niñeces, como despidos en el Ministerio de Educación en la Villa 31 donde hubo más de 300 trabajadores que se quedaron en la calle así como también en el Consejo de los niños, en los programas de recreación, en los paradores de ciudad, hasta el recorte de los insumos de las salitas a las que asisten cotidianamente.

Son las infancias quienes viven cada vez en peores condiciones, sin acceso a la salud, sin vivienda, sin infraestructura escolar de calidad, sin viandas saludables. Son quienes hoy en día están cenando un té con pan porque al comedor al cual iban a buscar la cena ya no recibe alimentos para poder cocinar, porque sus familias las que podían antes garantizar la cena ya no pueden cocinar porque se quedaron sin sus fuentes de trabajo.

El hambre no puede esperar

Mientras las familias trabajadoras sufren, unos pocos que se la llevan en pala.
Esos son los empresarios de la alimentación como Alfredo Coto, de los más ricos del país. Son los ricos de ayer, a los que ningún gobierno tocó sus ganancias. ¿Cómo puede ser que en un país con campos, ganado y mucha producción la gente pase hambre? ¿Y cómo puede ser que ante todo esto, los sindicatos convoquen a un paro dentro de un mes?

Mientras tanto los sindicatos llaman acciones aisladas en los distintos ministerios y dependencias para denunciar los despidos en vez de pelear todos juntos. Pero, ¿qué pasaría si toda esa fuerza dispersa se uniera, los movimientos sociales que defienden los comedores también se unifican con todos los que están enfrentando el vaciamiento en las escuelas y en el estado?

El gobierno de Javier Milei llevó a cientos de miles de vecinos a organizarse en asambleas barriales en toda la Ciudad. También en la Villa 31 también se está gestando esta organización de vecines, desde trabajadores de la tercerizada de Aerolíneas GPS que enfrentan 150 despidos, estudiantes universitarios, trabajadores del Polo Educativo Mugica, personal de salud, cocineras de comedores populares del barrio, por la unión de todos estos sectores se democratiza la información de lo que viene pasando en las escuelas, en los comedores, en el barrio, en los CESAC. Por lo tanto, el discurso del Gobierno de la Ciudad de que entregan viandas hechas por nutricionistas, se cae pero la resistencia recién comienza.