Este sábado y domingo se elegirán las y los constituyentes que reformarán la odiada Constitución de Pinochet. Las elecciones se convocaron a partir de la rebelión de octubre de 2019 y tras un plebiscito que aprobó masivamente reformar la vieja Constitución. Entrevistamos a Dauno Totoro, dirigente del Partido de Trabajadores Revolucionarios (PTR) y candidato a constituyente por el distrito 10 de la ciudad de Santiago.
Sábado 15 de mayo de 2021 04:00
Para los que no seguimos de cerca la política chilena ¿nos podés hacer un resumen de cómo se llegó a esta constituyente?
Hay que partir ciertamente de que en 2019 hubo una rebelión popular que podríamos decir que fue la más grande de la historia de Chile tanto por su amplitud nacional como por su continuidad en el tiempo. Fue un cuestionamiento profundo al Chile de hoy que es un producto directo de la dictadura militar, enormemente desigual, donde las pensiones y los salarios no alcanzan, la gente muere en la lista de espera de hospitales mientras un puñado de multimillonarios se hacen cada vez más ricos, como el propio Sebastián Piñera.
Partió de la queja por el aumento del boleto del metro pero rápidamente se pasó a este cuestionamiento profundo que mencionaba, un proceso que se resume en la consigna más difundida de la rebelión “no son 30 pesos, son 30 años”.
Los partidos tradicionales de la democracia chilena, o sea, la derecha, y la vieja Concertación firmaron el llamado Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución, el que aprobó también la mayoría del Frente Amplio, porque tenían pánico de que cayera el gobierno de Piñera. El acuerdo se firma el 15 de noviembre, 3 días después de una enorme huelga general que efectivamente puso en jaque al Gobierno.
Este acuerdo da origen a la constituyente actual pero es un intento de canalizar toda esa bronca “de las calles al palacio” ya que es controlado totalmente por esos partidos tan cuestionados que son parte de la herencia que se quiere destruir.
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¿Fue un triunfo? ¿Qué trampas tiene?
Si bien el plebiscito donde el Apruebo una nueva Constitución arrasó fue visto como una oportunidad de pronunciarse rotundamente contra la Constitución de Pinochet por amplios sectores, lo cierto es que el proceso de conjunto es un intento de desvío de la rebelión que se fraguó en una “cocina” donde estaban todos estos partidos, a espaldas del pueblo. Le llamaron hipócritamente Acuerdo por la Paz pero significó la impunidad para todos los represores.
De hecho, 24 horas después asesinaron a Abel Acuña en Plaza Dignidad.
Además tiene trampas como la necesidad de ⅔ del quorum para tomar cualquier decisión lo que en los hechos le da el poder de veto a los sectores minoritarios. Por estas cuestiones creemos que no cierra el ciclo que se abrió en octubre, porque allí no se resolverán las demandas estructurales y las necesidades de las grandes mayorías.
¿Cómo es la situación actual en Chile? ¿Cambió algo desde la rebelión?
La situación en Chile cambió radicalmente luego de la rebelión. Primero hay que decir que por la pandemia estamos en condiciones mucho peores en términos económicos. Hay más de 1 millón de puestos de trabajo que se perdieron y no se prevé que se recuperen.
Justamente ese modelo neoliberal del que el país era el abanderado en américa latina mostró su peor cara durante la pandemia. Las contradicciones más profundas se mostraron abiertamente ya que el gobierno buscó por todos los medios descargar esta crisis sobre las espaldas de los trabajadores.
Además de los millones de despidos y suspensiones, los trabajadores se ven obligados a costear sus salarios con sus fondos de cesantías según lo dispone la mal llamada Ley de Protección del Empleo que votó el mismo Partido Comunista, que es una ley directamente anti trabajadores, ya que obliga a que si se suspende el contrato los trabajadores se paguen sus salarios con sus propios fondos de cesantía. Es decir, ellos siguen pagando la crisis.
Las crisis política también se profundizó, vimos como una ruptura entre el parlamento y el ejecutivo e incluso legisladores del partido del presidente votaron contra sus leyes o a favor de iniciativas de la oposición. Eso explica en parte la apuesta enorme de todo el régimen político a la salida vía elecciones, tanto ahora como en las presidenciales, como un intento de re legitimación.
Al mismo tiempo existe una gran rabia, una enorme energía contra el gobierno de Sebastián Piñera y todos los que sostienen “el régimen de los 30 años”. El enorme paro portuario y los cacerolazos que reclamaban el retiro anticipado del 10% de las pensiones son una muestra pequeña de esto. Si vemos la película, es claro que vamos a vivir momentos álgidos nuevamente.
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¿Que se juega el actual gobierno? ¿Y el régimen?
El gobierno de Piñera hoy está absolutamente debilitado, tiene alrededor de 9% de aprobación. Los partidos de la derecha están en una crisis importante, al igual que los partidos de la oposición empresarial, lo que fue la Concertación.
Claramente Piñera no está solo en esto. Su defensa a brazo partido del modelo chileno es un gesto al gran empresariado al cual él mismo pertenece. Pero el cuestionamiento es tan profundo que es imposible no entregar nada, la burguesía chilena lo entendió y por eso de a poco se están abriendo a dar ciertas concesiones, que aún no sabemos qué forma pueden tomar, pero que será su apuesta a entregar los anillos para no perder los dedos.
Por eso, como te decía antes, todo el régimen de conjunto se la juega a lograr un proceso constituyente tranquilo, por arriba podríamos decir, con el foco del resto de la oposición tradicional apostando todo a las presidenciales de finales de este año para terminar de desviar toda esa energía que se vió en las calles hacia las urnas.
Si tuviera que resumir esto te diría que apuestan a cerrar la crisis que se abrió en 2019 y que hoy es más profunda que hace 2 años.
¿Cómo participamos nosotros en la rebelión? ¿Qué política tenemos para participar ahora que el proceso pasa menos por la calle y más por las urnas?
Nosotros desde el PTR y La Izquierda Diario Chile hemos buscado presentar una política alternativa que enfrente a los sectores empresariales pero que también sea una superación de la estrategia del FA y el PC.
La Izquierda Diario se convirtió en una referencia durante los momentos más álgidos de represión y resistencia, llegamos a millones que veían que se podía tirar este régimen y buscaban una orientación política. Por eso mismo fuimos atacados duramente y a mi me procesaron penalmente por decir algo que todo el mundo decía: “Que caiga Piñera”.
Ya en el terreno, durante la rebelión hicimos un esfuerzo enorme por fundar organismos de auto organización como el Comité de Emergencia y Resguardo de Antofagasta que agrupaba a sectores estudiantiles, profesionales, sindicales y de trabajadores. Este comité enfrentó la represión y logró organizar a sectores obreros y populares de manera abierta y democrática para evitar las trampas del proceso e intentar avanzar hacia una salida de fondo para las y los trabajadores.
Si bien somos profundamente críticos del proceso constituyente hoy participamos de él. Creemos que no podemos desperdiciar ningún espacio para impulsar y defender las demandas de la rebelión, a la vez que denunciamos las trampas del proceso desde dentro del mismo. Por eso queremos una constituyente que pueda decidirlo todo.
Lo que buscamos es poner nuestra tribuna y los espacios que conquistemos al servicio de fortalecer el camino de la lucha, la coordinación y la autoorganización ya que hoy se vuelve nuevamente muy necesario si queremos enfrentar las medidas del gobierno que, como decía más arriba, busca descargar la crisis sobre los y las trabajadoras.
Queremos presentar una política alternativa a la de toda la oposición que nos quiere hacer creer que con elecciones se sale de esto, cuando la rebelión misma mostró que el camino es la lucha, la calle, la organización desde la base.
Por eso dimos una importante lucha política a nivel nacional para que la convocatoria de las direcciones sindicales oficiales de la Central Única de Trabajadores a movilización del 30 de abril fuese un paro real, llamando a los sectores críticos a la cocina a sumarse a esa perspectiva y peleando por levantar ejemplos de coordinación de sectores para preparar esa jornada.
A su vez hicimos llamados para que de cara al proceso constitucional se levantara un frente anticapitalista, de independencia de clase y de las y los trabajadores que defendiera las demandas de la rebelión, y pusimos nuestra legalidad partidaria a disposición de esto para levantar candidaturas con otros sectores. Somos la única izquierda por fuera del PC que tiene legalidad, presentamos candidaturas en más de 60 distritos. Somos conscientes de la importancia que tiene todo esto y por eso es que decidimos abrir nuestras listas para que puedan ser expresión de todo este sector.
Nosotros creemos firmemente que el camino es la independencia política de las y los trabajadores, un partido que tenga su centro en la calle, en la lucha de clases, pero que de pelea en todos los ámbitos por defender las demandas y los intereses de la clase obrera. Nuestra perspectiva es la de un gobierno de trabajadores en ruptura con el capitalismo.
En ese camino nos encontramos hoy y queremos discutir lo más abiertamente posible cómo avanzar.