La esclavitud fue abolida en EE.UU hace más de 150 años, pero aún existe como castigo para personas presas, sometidas a trabajo forzoso gratuito o casi, al servicio de las empresas de cárceles privadas y otras.
Martes 8 de noviembre de 2022 22:30
Foto: Reclusas en California cosen máscaras en abril de 2020 | Getty Images
Estados Unidos prohibió la esclavitud, entendida como el acto por el cual una persona es propiedad legal de otra, hace más de 150 años. Sin embargo, en la mayor parte del país sigue siendo legal como castigo para aquellas personas que hayan sido condenadas por un delito.
Este 8 de noviembre, la continuidad del trabajo forzoso para personas presas es sometida a referéndum en cinco estados: Alabama, Luisiana, Oregón, Tennessee y Vermont. Allí se decidirá si se eliminan estas exenciones de las constituciones estatales.
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Según publicó la BBC, unas 800.000 personas encarceladas trabajan a cambio de unos centavos o gratis. Siete estados no les pagan ningún salario por muchas de las tareas que realizan.
"Trabajé durante 25 años y regresé a casa con US$124" denuncia en la BBC Curtis Ray Davis, quien escribió un libro sobre su experiencia en la cárcel de Luisiana, titulado "Slave State: Evidence of Apartheid in America" ("Esclavo del Estado: evidencia del Apartheid en América"). Allí pasó más de 25 años cumpliendo trabajos forzados por un asesinato que no cometió, antes de ser indultado en 2019. Nunca le pagaron más de 20 centavos por hora. Fue "contra mi voluntad y a punta de pistola", asegura.
Algunos estadounidenses negros encarcelados son obligados a recoger algodón y otros cultivos en plantaciones del sur donde sus antepasados fueron encadenados. Según Innocence Project, alrededor del 75% de los presos en la penitenciaría son negros.
Según el sitio Sport.es, esas personas presas recogen algodón o alfalfa de sol a sol en las prisiones del sur o producen bienes y servicios para las administraciones públicas, una industria que mueve cada año 11.000 millones de dólares.
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La organización Freedom United impulsa la erradicación del trabajo forzoso en cárceles. Según denuncia en su sitio (con datos de 2016 y 2017), Estados Unidos alberga el sistema penitenciario más grande del mundo, que alberga al 25% de las personas encarceladas del mundo, pero solo al 5% de la población mundial.
¿Por qué es legal la esclavitud en las cárceles estadounidenses?
La Enmienda Decimotercera acabó con la compraventa de seres humanos, especifica que tanto la esclavitud como la servidumbre involuntaria podrán mantenerse como “castigo” para los reos debidamente condenados.
Según publicó El Universo, Alabama, Luisiana, Oregón, Tennessee y Vermont, fueron los primeros estados en abolir la esclavitud en 1777, sin embargo recién ahora votarán para prohibir la “servidumbre impuesta” como castigo por delitos o para el pago de deudas y multas.
Esta votación se dará en el contexto de 132 referendos e iniciativas populares en los que participaron votantes estadounidenses en 37 estados, vinculados entre otras cuestiones, a temas como el aborto y la marihuana.
Colorado fue el primer estado en someter la cuestión de la esclavitud en cárceles a referéndum en 2016. Desde 2018, tres estados prohibieron el trabajo forzado de prisioneros, pero unos 20 todavía lo permiten.
El negocio de las cárceles en Estados Unidos
Según publicó el sitio Magnet.xataka en 2018, uno de cada cuatro prisioneros del planeta es norteamericano y el 60 % trabaja. En algunos estados no tienen opción. En otros se ven presionados para hacerlo, a través de beneficios penitenciarios “que rozan los mínimos humanitarios, como poder cenar”.
“Si contásemos todos los trabajos realizados en cárceles estadounidenses como un mismo empleador serían el tercero del país sólo por detrás de General Motors y WallMart. (...) Dependiendo de la prisión y el puesto, ganan entre 23 centavos y 1.41 dólares la hora. Desde hace décadas los reos protestan por sus condiciones inhumanas, considerándose a sí mismos los esclavos del siglo XXI, y en estos días se han coordinado para ir a la huelga en 17 estados”.
Desde que se privatizaron, buena parte de las cárceles estadounidenses son gestionadas como un negocio. Hacen acuerdos con los estados que les garantizan un número mínimo de prisioneros, suban o bajen las cifras de delitos. “Esto ha llevado, entre otras cosas, a cárceles públicas medio vacías que deben trasladar presos a las cárceles privadas (por lo que las públicas terminan cerrando) y también a un entramado sistémico que fuerza que nunca bajen los índices de encarcelación, por lo que indirectamente se persiguen y sancionan más delitos menores”, sostiene el mismo medio citado.
“Compañías con ánimo de lucro contratan a los presos por salarios muy inferiores al salario mínimo fabricando productos a bajo costo, por lo que las empresas que no se hayan ganado el acuerdo penitenciario están en clara desventaja competitiva. Estos empleos, además, crean dumping social: perjudican negativamente a los salarios de los trabajadores regulares de los gremios más precarios”.
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Por otra parte, según denuncia Magnet.xataca el trabajo forzado en cárceles no forma ni reinserta a las personas presas, ya que mucho de su trabajo tiene que ver con el propio mantenimiento de la cárcel, como cocinas o lavandería.
Otros empleos son por fuera de la cárcel, como la limpieza de rutas estatales, la fabricación de piezas de armamento militar, tareas que no son de cara al público para Microsoft, Starbucks o McDonalds. “Se sabe que 2.000 presos trabajan como bomberos en California. El problema viene cuando los reclusos terminan su pena, intentan volver a las calles y descubren que su experiencia en los puestos de mayor especialización, como el de bombero, no les sirve de nada, ya que alguien con antecedentes no puede después optar a trabajos de cierto nivel”.
Personas negras y migrantes presas: principales víctimas del trabajo forzoso en Estados Unidos
Según Freedom United las tasas de encarcelamiento en los Estados Unidos han aumentado en un 700 % en las últimas cuatro décadas, a pesar de que el crimen disminuye. Entre los encarcelados, más del 60 % son personas de color. Los hombres negros tienen seis veces más probabilidades de ser encarcelados que los hombres blancos.
“Este sistema de encarcelamiento masivo - a una tasa per cápita que supera a todos los países del mundo - es intrínsecamente discriminatoria y afecta de manera desproporcionada a las comunidades de color mientras va creando un grupo interminable de personas a las que explotar a través trabajo forzado en prisiones y centros de detención de todo el país para ganancia corporativa”, asegura.
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Según la citada organización, en base a información de 2016 y 2017, la empresa propietaria de la prisión de San Diego, CoreCivic, es una de las mayores empresas privadas de detención de inmigrantes y cárceles de EE.UU. Pagaba como máximo 1.50 dólares al día y a veces nada al personal de cocina, a conserjes, barberos y otros roles.
“Pero informes de trabajo forzado no están aislados de los centros de detención de inmigrantes. En Oklahoma personas encarceladas condenados a rehabilitación han sido sometidos a trabajo forzado en granjas de pollos, sin ningún recurso o acceso a un programa de recuperación real. Las personas encarceladas en California también han sido obligadas a trabajar y han arriesgado sus vidas luchando contra los incendios forestales del estado por un dólar la hora o menos”, asegura Freedom United.