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Red Internacional
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Telecomunicaciones. Ellas también luchan

El mes de marzo se nos presenta con más de un aniversario. El 8M, día internacional de las mujeres, el 18 de marzo, día de las y los trabajadores de las telecomunicaciones y también el 24 de marzo. Hoy queremos aprovechar para destacar algunas luchas donde las mujeres telefónicas fueron protagonistas.

Lunes 18 de marzo 00:29

Marzo de 1919. Huelga telefónica. Federación Argentina de Telefonistas.

Marzo de 1919. Huelga telefónica. Federación Argentina de Telefonistas.

El gremio de las telecomunicaciones es, desde sus comienzos, un espacio muy feminizado y con grandes tradiciones de lucha y organización. Las trabajadoras telefónicas, en particular las operadoras, han cumplido desde la instalación de los primeros teléfonos un rol central. Su puesto de trabajo por excelencia en la empresa de comunicaciones era el de la sala de operación de tráfico. Allí se cursaban todas las llamadas de larga distancia nacional e internacional. Sin operadoras no había comunicaciones al exterior, por lo que su puesto de trabajo era central no solo dentro de la compañía sino para las telecomunicaciones del país de conjunto. Un paro de las operadoras dejaba, literalmente, incomunicada a la Argentina.

Los primeros pasos en la organización

Hacia febrero de 1907, 20 trabajadoras de una de las centrales telefónicas presentaron un petitorio al gerente de la empresa Unión Telefónica solicitando un aumento salarial, la eliminación de las multas (que reducía significativamente su salario) y algunos reclamos más como el sistema de francos. Sin una organización previa, este petitorio tuvo como respuesta el despido de ocho de esas operadoras. En 1919 se creó la primera organización sindical de telefónicos. La Federación de Empleados de Teléfonos se fundó al calor de la Semana Trágica, y en marzo de 1919 tuvo su primer conflicto sindical. En su primera comisión participaban dos trabajadoras.

La estatización de los teléfonos

En el año 1948 se nacionaliza la empresa de teléfonos. En conmemoración a este acontecimiento es que se festeja el 18 de marzo, como día del trabajador telefónico. En 1946, se había conformado la Empresa Mixta Telefónica Argentina (EMTA), con la que el peronismo se proponía combinar capitales privados nacionales junto con capitales del Estado. Finalmente, en un avance de la política general de nacionalizaciones Perón decide disolver la sociedad mixta, y el 18 de marzo de 1948, por medio del decreto 8.104 se retira la personería jurídica de la EMTA, pasando la empresa a ser totalmente estatal. Un año más tarde la empresa pasará a llamarse Teléfonos del Estado, con la Libertadora, pasa a conformarse la Empresa Nacional de Teléfonos (Entel), en 1956 hasta su privatización en 1990.

Buenos Aires, central telefónica, c. 1950.

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Los años de la Resistencia

“Estas luchadoras saben que se está jugando el porvenir de sus hijos, el destino de los hogares humildes”, se podía leer en el primer número del semanario Línea Dura, de noviembre de 1957, en plena Libertadora, en relación al enorme conflicto del gremio telefónico que mantuvieron un paro durante 72 días. Podemos decir la huelga de las telefónicas ya que la composición femenina era de aproximadamente un 70%. En el mismo semanario se le atribuye el éxito de la huelga a las mujeres, justamente por ocupar una gran proporción de la planta de la empresa de telecomunicaciones.

De la dictadura militar al menemismo

Durante la última dictadura cívico-militar, en las salas de tráfico -ocupadas mayoritariamente por mujeres-, las operadoras cumplían su jornada con militares al lado de sus puestos de trabajo para intentar garantizar las comunicaciones. Cuentan también las compañeras y compañeros que vivieron aquellos años que cuando un telefónico era secuestrado por los milicos, las operadoras hacían huelga de brazos caídos hasta lograr su aparición. Cuentan también que de no ser por esa valiente actitud, los desaparecidos telefónicos serían muchos más.

“Nada que deba ser estatal, permanecerá en manos del Estado” dijo Dromi, ministro de Obras y Servicios Públicos, y así se avanzaba en la privatización de Entel, que se hará efectiva en noviembre de 1990. La empresa estatal había sido intervenida a cargo de María Julia Alsogaray, y su gestión constituyó un factor clave para que la compañía pasara a funcionar finalmente bajo manos privadas, con miles de despidos de por medio. El género nos une, la clase nos divide.

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Por su parte, las y los trabajadores telefónicos comienzan un gran conflicto en contra de la privatización. El gobierno ataca con 3.000 cesantes y militariza los puestos de trabajo. Nuevamente, las mujeres tuvieron un rol destacado, repitiéndose la imagen de los militares dentro de las salas de tráfico. No pudieron evitar la privatización, pero ese balance y el rol de las direcciones sindicales y políticas, es asunto de otra nota.

Al día de hoy, nuestro gremio sigue siendo muy feminizado. Con los aires del 2001, cientos y cientos de mujeres, jóvenes pasantes universitarias que en ese momento colmamos los call center nos organizamos para exigir efectivización de pasantes y contratados. Coordinamos, junto con nuestros compañeros varones, entre distintas oficinas y otros sectores en lucha. Fuimos (y somos) parte activa de todo conflicto contra la prepotencia de las empresas. Pero también fuimos parte de las enormes jornadas de #NiUnaMenos. Porque sabemos que las mujeres seguimos sufriendo la violencia machista. Fuimos parte de las miles de mujeres que inundamos las calles con la marea verde, porque exigimos nuestro derecho a decidir.

Somos parte de las miles de mujeres que todos los años se movilizan a distintas partes del país para participar a los Encuentros Plurinacionales de Mujeres y Disidencias. También sabemos que nuestra pelea continúa, porque somos quiénes mayormente cargamos con el peso de las tareas de cuidado en el hogar, ese trabajo invisible y sin remuneración, que nadie nos reconoce. Por eso, seguimos organizándonos, para retomar las mejores experiencias que han dado en nuestra historia las trabajadoras, por eso, este 8M vamos a estar en las calles, como cada año, movilizándonos por nuestros derechos.