Publicamos la declaración del Movimiento Revolucionario de Trabajadores (MRT) de Rio frente a la crisis en Rio de Janeiro que el gobierno carioca busca que la paguen los trabajadores y el pueblo.
Martes 22 de noviembre de 2016
El centro de la crisis en Brasil se encuentra en la actualidad en Río de Janeiro. Esto se expresa no solo en la bancarrota económica del Estado, que el gobierno de Luiz Fernando Pezão (PMDB) busca resolver con grandes ataques a los trabajadores y sectores populares, sino también por el inmenso descontento de sectores de masas. La respuesta a estos sectores será dada o bien por la reconfiguración del régimen político en manos del poder judicial y su apoyo en sectores “movilizados” de las fuerzas represivas, o por el contrario, a través de una salida por izquierda.
Más de un millón de votos recibidos por el candidato a alcalde de Rio de Janeiro por el PSOL Marcelo Freixo muestran que hay un sector que busca una salida por izquierda. Desde el punto de vista de las luchas y movilizaciones, las ocupaciones de colegios , terciarios y universidades, además de las huelgas y actos masivos de empleados públicos, expresan lo más avanzado de la resistencia contra los ataques de Temer y Pezão.
El MRT ha participado activamente de estas movilizaciones, llevando sus propuestas para que el movimiento avance, sosteniendo que es necesario ocupar las calles para derrotar los ataques. Sin embargo, la burguesía, que no observa pasivamente esta movilización y la búsqueda de estos sectores por salidas por izquierda, ha buscado por sus propios medios evitar la posibilidad de una respuesta independiente de los trabajadores y la juventud a la crisis.
La clase dominante maneja la posibilidad de que Pezão y su gobierno, profundamente cuestionado y débil para aplicar los ataques, no sea capaz de garantizar hasta el final los ataques que permitan hacer pagar a los de abajo la crisis generada por los capitalistas y sus gobernantes. Con este propósito es que los periodistas de medios como O Globo han comenzado a defender la salida de Pezão. Esta respuesta, preventiva en relación al aumento de la lucha de clases en Río, se conecta con la posibilidad de un avance nacional de la operación judicial “Lava Jato”, que investiga los entramados de corrupción en Petrobras, que afecte aún más profundamente el régimen partidario y político en todo el país.
Pezão intenta ganar legitimidad para los ataques
El gobernador del PMDB, en un intento demagógico para ganar legitimidad en la aplicación de los ataques, planteó como primera medida de su paquete la reducción de un 30% de su salario y el de todos los secretarios y personal de primer escalafón del gobierno. Este tipo de medida demagógica viene siendo realizada - con mayor o menor éxito – por varias figuras frente al cuestionamiento masivo de los privilegios de los políticos. El recientemente electo intendente de San Pablo, João Dória (PSDB), sostuvo en la campaña electoral que renunciaría a su sueldo como intendente.
Pero frente a los ataques a derechos elementales como el alquiler social, los comedores populares o el boleto único de transporte y los salarios de los estatales, la medida de Pezão deja claro su carácter demagógico, al no atacar ninguno de los privilegios fundamentales de la casta política y judicial del Estado. Es totalmente diferente a lo que propusieron las campañas anticapitalistas del Movimiento Revolucionario de Trabajadores (MRT), de que todos los políticos ganen el mismo salario que una maestra y con mandatos revocables, cuestión que ya hoy es implementado por parlamentarios de nuestros hermanos argentinos del PTS-FIT, atacando los privilegios de la casta política.
La cruzada de los medios para vender al poder judicial de Sérgio Moro como “héroe” salvador
Frente a la debilidad del gobierno carioca y el cuestionamiento a sus predecesores, la burguesía busca nuevos actores con mayor legitimidad social para aplicar los ataques, tratando de lavarse la cara con maniobras por arriba. Parte de este juego ya ha comenzado a verse en varios cuestionamientos de la prensa sobre el gobierno de Pezão, con representantes de los medios patronales como Miriam Leitão y Ricardo Noblat (ambos vinculados al multimedios Rede Globo) poniendo el gobernador contra la pared.
El desarrollo de la maniobra consiste en intentar atribuir al poder judicial el papel de árbitro para resolver la crisis con sus métodos reaccionarios, como viene ocurriendo a a nivel nacional con la Operación Lava Jato y la implementación del golpe. En la actualidad es el poder judicial el que está aplicando uno de los principales ataques, la reforma laboral, ya que los poderes ejecutivo y el legislativo no cuentan con legitimidad para llevarla adelante.
El poder judicial es también una pieza clave para combatir las ocupaciones de escuelas de la juventud, a través del accionar de la fiscalía (MPF) de Río, a través del fiscal Fábio Aragão, que presentó solicitudes de desalojo de la toma del campus del Colegio Pedro II y de las ocupaciones de la UFRJ.
El espectáculo mediático de las detenciones del exgobernador Sérgio Cabral y Anthony Garotinho está vinculado al intento de ubicar al poder judicial en el papel de "héroe". Apoyándose en el legítimo repudio popular a estos políticos que gobernaron para los ricos (y para sí mismos) e impusieron innumerables esquemas de corrupción con los fondos públicos, Sérgio Moro lleva adelante prisiones espectaculares, con apoyo de los medios y gran impacto, utilizando métodos reaccionarios que legitiman en primer lugar medidas punitivas contra los trabajadores y los pobres, que son las principales víctimas de la policía y del poder judicial.
De este modo, tratan de crear una imagen de que están deteniendo a los “responsables de la crisis", como si los empresarios, banqueros y ellos mismos con sus privilegios y sueldos millonarios no fueran parte del mismo esquema y del mismo estado que generó esta crisis. Hacen de Cabral y Garotinho chivos expiatorios para no cambiar ni una coma de los ataques planeados contra nosotros. Por el contrario, la justificación de Noblat y Merval Pereira para exigir la salida o al menos cuestionar a Pezão no es sólo por sus lazos con el archicorrupto Cabral, sino porque ya no tendría condiciones para aplicar el “paquete de maldades” que defienden. Más aun, Pezão se opone a algunas privatizaciones que Rede Globo defiende, al contrario de su vice Dornelles.
La máxima expresión de la actuación del poder judicial como árbitro legítimo para superar la crisis en Río sería que el MPF adopte la sugerencia del MPF de Rio de Janeiro de solicitar la intervención federal en el Estado, destituyendo al gobierno y designando un "administrador" para poner en práctica por decreto todas las medidas que consideren necesarias. El propósito de esta acción combinada del poder judicial y los medios es que las masas dejen de ver la salida en su accionar, como protagonistas en las huelgas, ocupaciones y movilizaciones masivas en las calles y esperen una salida por parte del poder judicial.
La Operación Lava Jato muestra que puede ser utilizada para reemplazar un esquema de corrupción con el rostro petista por otro esquema con el rostro de la derecha, preparando la liberación de corruptos como Alberto Youssef y Sérgio Machado, sin investigar a ninguna de las empresas imperialistas que aparecen citadas en los testimonios de “arrepentidos”, dejándolas libres para avanzar en sus negocios en las licitaciones y el petróleo nacional.
Como instrumento autoritario del mismo Estado, su objetivo es ganar fuerza para atacarnos, como lo viene haciendo la Corte Suprema (STF), que ha salido de su ámbito y ha juzgado casos que atacan el derecho de huelga, de la seguridad social y laboral. Además, que nos quedemos pasivos frente a esta situación.
La movilización de los policías es un obstáculo infiltrado en el movimiento
El primer obstáculo para la lucha está infiltrado en la misma movilización. En medio de las protestas de los trabajadores del Estado y la juventud se están uniendo los policías, buscando tener un protagonismo cada vez mayor.
La primera semana de protestas dejaron en claro el objetivo de estos sectores: haciendo su propia movilización, ocuparon la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro (Alerj), con la reivindicación de que se retiraran las medidas del “paquete de maldades” de Pezão. Su lucha no es contra los ataques en su conjunto, sino una lucha corporativa en defensa de sus propios intereses privados como corporación militar y represiva, en detrimento de los trabajadores estatales cuya preservación de los derechos no es parte del programa de estos sectores (qué decir de los derechos sociales de los más pobres como el alquiler social o los restaurantes populares).
No nos engañemos: estos intereses no son los de los trabajadores, sino los de una casta represiva del Estado cuya finalidad es la de reprimir a los sectores que se levanten contra el orden social capitalista. Son los que a diario asesinan en los morros y favelas - en especial a la juventud negra – generando una cantidad de muertos de proporciones de una guerra civil. Son los que encarcelan en masa a personas como Rafael Braga, cuyo crimen fue ser un joven negro luchando contra los ataques de los patrones y el gobierno.
Al ocupar la legislatura carioca (Alerj), estos sectores aclamaban en sus cánticos a Jair Bolsonaro [diputado exmilitar que reivindica la represión de la dictadura militar, precandidato a la presidencia en 2018 por el Partido Social Cristiano, NdT] reivindicando su propia salida a la crisis orgánica del régimen político, que representa lo más reaccionario de la casta política brasilera. El pasado 16 de noviembre, atacaron a los profesores durante el acto, tomaron las banderas de las organizaciones de izquierda y también exigieron al sindicato (SEPE) que bajara la bandera que decía "Dictadura nunca más".
Cuando sostuvieron "Fuera Pezão " y "Fuera Picciani", estaban planteando una salida por derecha, con Bolsonaro y la intervención militar. Por eso, de ninguna manera debemos confundir nuestras banderas con la de ellos. Absurdamente, sectores de izquierda como Luciana Genro (PSOL, no es de extrañar que sea también una gran entusiasta de la Operación Lava Jato) vieron en la movilización de la policía un ejemplo.
En este momento, lo fundamental es fortalecer la movilización contra los ataques en curso, que es la forma más efectiva de arrancar del poder a estos políticos con una salida por izquierda, por la movilización obrera y popular.
Algunos argumentan que los policías son asalariados, y por lo tanto deben estar cerca de las reivindicaciones de los trabajadores del Estado. De hecho, como afirma Federico Engels y la sociología marxista, son parte de los destacamentos especiales de hombres armados de la élite gobernante. Su remuneración no proviene de su papel en la producción, formación o circulación de los bienes materiales o espirituales, sino como premio por sofocar la lucha de clases. Su función es la defensa de la propiedad privada de la burguesía, la ley y el orden que rigen la explotación capitalista de cada uno de los trabajadores, profesores, trabajadores de la salud, etc., que ahora se enfrentan con el gobierno de Pezão. Debilitan nuestra lucha porque están contra nosotros y son parte armada de la clase enemiga.
La independencia completa de los trabajadores y la juventud frente a la policía es el primer paso fundamental para que nuestra movilización no sea capitalizada por la derecha y nos lleve a la derrota. Por eso, tenemos que avanzar en separarnos de estos sectores en nuestros actos, y el próximo 22 de noviembre es fundamental la presencia masiva de la juventud y de los trabajadores para que la manifestación no sea hegemonizada por las fuerzas policiales y sus demandas reaccionarias, que van desde ser excluidos de los ataques hasta la "intervención militar ya".
Nuestra salida es confiar solo en la movilización independiente de los trabajadores y la juventud
Frente a esto, tenemos que mantener nuestra completa desconfianza en relación al aparato represivo del Estado, sea la policía o el poder judicial, y no caer en la propaganda interesada que los medios hacen de ellos como nuestros aliados.
El grotesco espectáculo de llevar a prisión a un miembro de la casta reaccionaria (Garotinho) en camilla delante de las cámaras, es para legitimar que se hagan cosas de este tipo, y mucho peores, a diario con los trabajadores y la juventud, como ya lo hacen y quieren intensificar. Nuestra lucha independiente, unificando cada sector para que se movilice, a través asambleas unitarias y la creación de organismos democráticos de dirección del movimiento, con delegados electos etc. es el camino para fortalecer las acciones en las calles con decenas de miles y expresar la verdadera fuerza de nuestra lucha. Con estos métodos también podremos debatir un programa que dé una respuesta en función de los intereses de los de abajo, para que sean los empresarios, banqueros, políticos y jueces corruptos y privilegiados los que paguen por la crisis.
Tenemos que exigir el fin del pago de la deuda pública, la confiscación de los bienes de los corruptos y el cobro de impuestos a las grandes fortunas, el fin exenciones impositivas de las empresas. Tenemos que dirigirnos las direcciones burocráticas de las centrales sindicales como la CUT, CTB y del movimiento estudiantil como la UNE y la UBES para que abandonen la tregua y pongan todo su peso en las movilizaciones. Es fundamental que la fuerza social que se expresó en la votación a Freixo construya activamente una salida como esta para la crisis. Es fundamental que los parlamentarios del PSOL y Freixo pongan todo su peso para fortalecer esta lucha, convocando a aquellos que lo votaron a organizar asambleas, reuniones para movilizarnos en las calles junto a los sindicatos.
Pero nuestra batalla debe ir más allá de lo que la bancada del PSOL en su programa de hacer auditorias en las exenciones y en la deuda. Debemos apoyarnos en la movilización tanto para que las exenciones como el pago de la deuda pública sean suspendidos por completo, para que se dé una respuesta a la crisis a costa de los capitalistas. Si Freixo y la bancada del PSOL siguen sin poner todo su peso político al servicio de movilizar masivamente a los trabajadores de forma independiente, repiten el camino petista de alimentar ilusiones en la mera actuación parlamentaria, como si con ello fuese posible derrotar a Pezão. Lo que es peor, la bancada del PSOL ha presentado una acción parlamentaria para que el MPF castigue a Cabral y a Pezão por improbidad administrativa, depositando confianza en el poder judicial y alentando una respuesta por derecha a la crisis.
Diferentes sectores de la izquierda vienen cumpliendo un papel lamentable en este momento: desde la exaltación que hace la corriente de Luciana Genro, el MES-PSOL, a la policía, a los que llama "trabajadores de la seguridad", y a la Operación Lava Jato; pasando por el PSTU, que incluso habiendo tenido sus banderas arrancadas por la policía durante el acto, insiste en su error de buscar una alianza con estos sectores; hasta el MAIS, que en un artículo ecléctico de Henrique Canary afirma que los policías no son trabajadores pero que es necesario apoyar sus movilizaciones, ya que representan una insubordinación que desestabiliza a las fuerzas armadas (insistiendo en una concepción morenista de que no importan los sujetos y los métodos cuando se "desestabiliza al gobierno").
Ahora, la mayoría de estas organizaciones han estado celebrando las detenciones de Garotinho y Cabral por la Operación Lava-Jato, como si representara un papel progresista y no un intento del poder judicial de cerrar la crisis en Río por derecha.
Estas posiciones, en sus diferentes grados, no contribuyen a desenmascarar el papel reaccionario de la huelga policial y el papel del poder judicial, y no alientan la perspectiva de que sólo a través de la movilización independiente de los trabajadores y la juventud es posible dar una respuesta progresiva.
Los sindicatos dirigidos por la izquierda, como el SEPE, el Sindiscope y Asduerj necesitan llevar adelante una lucha por una política independiente, que pueda romper con los militares en los actos y apuntar una salida clara de los trabajadores, unificar la lucha contra los ataques de Temer y poner en pie un plan de luchas que no de tregua a los gobiernos y patrones. Frente del avance de la Operación Lava Jato y el fortalecimiento del poder judicial, en el marco de la lucha para derrotar el “paquete de maldades” de Pezão, tenemos que plantear una respuesta política a la crisis en el Estado, impidiendo que esa respuesta sea dada por la Operación Lava Jato en clave reaccionaria.
Es necesario tener en claro que muchos de los que cantan "Fuera Pezão", "Fuera Picciani", no lo hacen por izquierda, sino que están por una salida reaccionaria. Es una situación similar a los que levantaron "Fuera Todos, Fuera Dilma" en medio del golpe institucional, lo que sólo fortaleció la salida por derecha que terminó consumándose. Además de que no basta derrotar a Pezão para que permanezca Dornelles y todos los parlamentarios golpistas y corruptos de Río, quienes seguirán con los ataques junto al poder judicial.
Necesitamos una respuesta que pueda cuestionar el régimen político en su conjunto, lo que solo puede ser darse avanzando en la articulación de los sectores en lucha con las paralizaciones y huelgas, rumbo a la huelga general del Estado, conectada con la lucha nacional contra los ataques de Temer que son parte del mismo plan de Pezão. Pero no basta la lucha contra los ataques si no presentamos una salida a la crisis política.
No podemos confiar en la Operación Lava Jato ni en el poder judicial. Luchemos por una Asamblea Libre y Soberana que dé vuelta este podrido régimen político, donde se pueda discutir profundamente el conjunto de los problemas que afligen al pueblo carioca, poniendo fin a los privilegios de los políticos y del poder judicial, re-estatizando las empresas privatizadas, garantizando el control obrero del petróleo para poner fin a la fiesta de la corrupción y garantizar la salud, la educación, el transporte, la vivienda, es decir, dando una respuesta de los trabajadores para que sean los capitalistas y sus gobernantes quienes paguen por la crisis y para avanzar en la solución de los grandes problemas estructurales que sufren los cariocas.
Esta lucha por una Constituyente y una salida por izquierda a la crisis en Río puede ser un puntapié para dar una salida de fondo a la crisis nacional, haciendo que los capitalistas paguen por la crisis y dando una salida de fondo a la crisis política.