Los roces entre el primer ministro de Italia, Matteo Renzi, y el bloque Merkel-Hollande, se mantienen luego de la Cumbre de Bratislava.
Lunes 26 de septiembre de 2016 08:27
El próximo miércoles en Berlín, se llevará adelante un encuentro entre los líderes de Alemania y Francia con el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker. La nota de color es que no fue citado Matteo Renzi, primer ministro de Italia. Si bien la canciller Alemana minimizó tal ausencia, diciendo que constituye el quinto encuentro que se realiza alternativamente entre París y Berlín desde 2013 bajo el título: "Mesa redonda de Industriales Europeos" que congrega a una veintena de CEOs de grandes compañías de la UE, la particularidad de esta ausencia se da luego de que en la Cumbre de Bratislava Matteo Renzi se haya negado a ser parte de una conferencia de prensa conjunta entre los tres líderes, alegando diferencias con las políticas económicas y referidas a la migración que proponen los líderes de la UE.
Estas declaraciones tuvieron mucha repercusión, ya que es la primer vez que Renzi se separa abiertamente del bloque Merkel-Hollande. Luego de darse a conocer la futura cita en Berlín, Renzi, reafirmando lo declarado en Bratislava, manifestó: "no quiero ser cómplice de este pantano, de un rotundo error. No quiero que se piense, en seis meses, que he secundado una estrategia que no funciona y así pone en riesgo a Europa". Y en la misma sintonía prosiguió: "continuaré criticando la deriva de Europa todavía con mayor intensidad. Lo digo con convicción absoluta". Y sobre los objetivos del encuentro en Berlín expresó: "Dicen que será una reunión sobre agenda tecnológica, pero el verdadero objetivo es blindar el camino que conduce directamente a la Cumbre de Roma 2017". Aquí hace referencia a la cumbre en la capital de Italia en la que se celebrará, durante la primavera europea, los 60 años de la firma del Tratado. "Quieren arribar a esa fecha en una especie de punto muerto. Como en Bratislava, donde terminó, como todos sabemos, con un documento vacío y del todo inútil". Y prosiguió "Casualmente, después de la ruptura de Bratislava, no voy de invitado. Conociendo el modo de razonar de Merkel, se puede interpretar como una señal hacia mí, una advertencia" y en un tono desafiante aseveró: "Si la Unión, y el eje que la guía, intentan detener la propuesta italiana, deben ser conscientes que yo continuaré martillándoles".
Por su parte, la Canciller alemana planteó que no responde a ningún acto discriminatorio, y se basó en los encuentros de Maranello y el de Ventotene, ambos realizados en Italia entre Renzi y Merkel el primero y Merkel-Hollande-Renzi el segundo, diciendo que los mismos se repetirán en el futuro: "Tanto rumor por nada".
Estas diferencias se dan en un contexto atravesado en el escenario pos Brexit, donde los diferentes alineamientos geopolíticos se reconfiguran en el marco de gobiernos con sendos desafíos electorales y escenarios complicados. Tanto en lo que respecta a Merkel y Hollande en las elecciones ejecutivas del 2017, como para Renzi en el Referéndum Constitucional de los próximos meses. A su vez, las diferencias manifestadas por Renzi pueden ser síntoma de una línea con la marca de EE.UU. de fondo. Recordemos que hace unas semanas atrás, el embajador en Italia de la potencia norteamericana llamó a votar en apoyo al Si de la Reforma impulsada por Renzi, y que la búsqueda por parte de EE.UU. de acuerdos con Italia pueden ser una vía para continuar con la cola en la UE y contrarrestar de esta manera la hegemonía del eje Merkel-Hollande, haciendo de estas diferencias formas para sacar provecho en función de los intereses imperialistas de EE.UU., donde los roces entre EE.UU. y Alemania se mantienen como parte de las disputas interimperialistas de la actual crisis capitalista.