A continuación presentamos la traducción al castellano de la entrevista completa realizada por Lynda Zerouk en la publicación Arrêt sur Images especializada en crítica de los medios de comunicación, donde Anasse Kazib hace un repaso por su historia personal y su militancia, así como una crítica a los medios franceses y cuenta su intervención en ellos y las polémicas que viene generando.
Trabajador ferroviario sindicalizado en SUD-Rail, marxista y columnista del programa Grandes Gueules [“Grandes Bocotas”] en [la emisora] RMC, Anasse Kazib multiplica sus destacadas intervenciones tanto en los piquetes como en los televisores. Polemista locuaz y sin filtros, critica a CNews como a France Inter, pero explica que no debemos “abandonar el espacio de los medios” a riesgo de dejar que las élites se hablen entre sí.
Del megáfono al micrófono, hay un solo paso. Al menos eso es lo que uno podría creer al ver el recorrido de Anasse Kazib. Este ferroviario de 32 años pasó de ser un sindicalista de SUD Rail muy activo en su terreno a ser un invitado habitual en los pisos de la televisión. Varias veces en LCI y CNews, un día en Balance Ton Post, una vez en RT... pero es sobre todo en RMC donde los oyentes escuchan sus intervenciones sobre temas muy variados, desde la reforma ferroviaria hasta la de las pensiones; una controversia sobre el velo, los musulmanes, el CICE [una ley de incentivo fiscal para las empresas, NdT] o el clima. Sin embargo, todavía no era ese columnista destacado en Grandes Gueules (GG) de RMC cuando [la revista cultural] Les Inrocks [Los inrockuptibles] bosquejó, en abril de 2018, el retrato “del trabajador ferroviario y activista en SUD Rail y en el NPA”, “más rojo que el rojo”. En ese momento, aquel padre de familia, un controlador del tráfico en el Sistema Nacional Ferroviario Francés (SNCF) Paris-Nord, al igual que su padre y aún hoy su esposa y su propia hermana ferroviaria, era conocido por su calidad como “pilar de la huelga” en la Gare du Nord [Estación del Norte, NdT] contra la reforma que prevé la apertura de la SNCF a la competencia.
“Proletarios, burgueses, lucha de clases…” se cuelan en el debate
Un mes después de dicha publicación, en mayo de 2018, realizó su primer ensayo en la transmisión del programa televisivo Grandes Gueules. En plena polémica después de las palabras del diputado de Los Republicanos [centroderecha francesa, NdT], Jean-Luc Reitzer, quien señalaba que los legisladores cobraban poco, Anasse Kazib interpeló al columnista Charles Consigny: “Para alguien que vigila a los ferroviarios a la salida del trabajo, yo te veo muy complaciente con los parlamentarios”. Toda su intervención, para quien todavía era solo un novato, le valió elogiosos comentarios de la productora del programa y sus dos presentadores Alain Marshall y Olivier Truchot, como confió Anasse a Arrêt sur Images. Esto marcó el comienzo de una colaboración como columnista, a razón de tres veces por mes, alternando con su trabajo como ferroviario y la calle que no abandona, combinado con cruces al calor de la coyuntura /actualidad y, por lo tanto repercusión mediática (aquí, aquí y aquí entre otros).
Es este columnista y activista acostumbrado a los pisos televisivos con “velocidad de ametralladora” y “voz que satura” quien obtuvo el favor de un brillante retrato en Le Parisien este 3 de enero de 2019, presentándolo con los aspectos que él desea poner por delante: el de un militante “marxista revolucionario” que coloca en el centro de los debates la “miseria” y “el destino de las generaciones futuras”, hablando también de la “radicalidad” que le gusta en los chalecos amarillos, o recordando al pasar su amistad con uno de los líderes del movimiento, Jérôme Rodriguez. Sus intervenciones televisivas se apoyan deliberadamente en un vocabulario marxista que casi desapareció de las ondas radiales y de la televisión: “Lucha de clases”, “proletario”, “burguesía”, etc.
“Terrorismo verbal”
El presente retrato llega unos días después de un acalorado debate entre Anasse Kazib y la concejal que responde a LREM (La República En Marcha, partido fundado por Emannuel Macron, NdT), Fadila Mehal. El 29 de diciembre, invitado a discutir sobre la reforma de las pensiones en CNews, Anasse Kazib interrumpe a la funcionaria electa y le dice que está entregando información “falsa” sobre las contribuciones [jubilatorias]. Luego la interrumpe y ella le responde con que “esto es terrorismo verbal”. Kazib abandona el set de televisión.
El video se vuelve viral y el debate es replicado por algunos medios como RT, Sputnik, Le Parisien. Kazib volvió luego sobre ese episodio a través de un largo hilo y dos videos publicados en Twitter. "Digo 2 palabras: CICE, ISF... y tengo que responder a 4 personas al mismo tiempo, ellos quieren que cierres la boca, un trabajador sólo debe hablar sobre merguez [salchicha típica del norte de África, NdT] y fondos de huelga; la política es para los enarques [graduados universitarios de la Escuela Nacional de Administración, NdT]", escribe, señalando además que él no la interrumpió. También acusa (ver el video a continuación) a Dominique de Montvalon, columnista presente en el set y ex editor en jefe de Le Journal De Dimanche (JDD) por su “desprecio de clase”.
“Acusarme de terrorismo verbal es muy grave, pero mientras todos (los medios) se enfocaron en este ataque, justo antes Fadila Mehal me había dicho algo peor que eso”, señaló Kazib a ASI (Arrêt sur Images). Ella dijo: ‘No intervengas en el debate’”. Para Kazib, esto es precisamente lo que buscan las élites. “Quieren debatir únicamente con inútiles, pero yo estoy en el set y estoy destruyendo en vivo el discurso que Mehal ha previsto para las elecciones”.
“La extrema derecha, el peor enemigo del mundo obrero”
No hay duda, por lo tanto, de que este encargado del patio de maniobras de Le Bourget (93) [lugar donde trabaja Anasse, NdT] vaya a abandonar el espacio de los medios. En una entrevista a Arrêt sur Images, ofrece una crítica sin filtro de los medios de comunicación, aquellos en los que todavía acepta intervenir y aquellos a los que ha rechazado, constantemente navegando entre los roles del columnista y el activista sindical y político. Convencido de que cada una de sus intervenciones “perturba” a la derecha y especialmente a la extrema derecha, el peor enemigo, según él, del “mundo laboral”. También cuenta la historia detrás de escena de Grandes Gueules, un programa que parece hecho a medida para este comentarista locuaz y sin filtros.
ASI: ¿Cuál es tu experiencia, cómo llegaste a SNCF (Sistema Nacional Ferroviario de Francia)?
Anasse Kazib: Nada me predestinó a unirme a la SNCF, ni siquiera que
mi padre hubiera tenido un contrato allí, ni que llegué como trabajador marroquí y desde los 18 años, comencé a tener trabajos temporarios allí. Básicamente, tengo un título como Técnico colaborador de arquitecto, el equivalente a un bachillerato técnico; luego gané un concurso para ingresar a la Escuela Profesional de Artes Gráficas en Ivry. Pero la falta de dinero -el material de estudio es costoso- y el aburrimiento, me hicieron interrumpir los estudios en segundo año. Luego trabajé durante tres años como cadete en el ámbito de los laboratorios de análisis de sangre, antes de convertirme en un controlador de tráfico en SNCF.
ASI: ¿Y qué te impulsó a unirte a SUD Rail desde el principio?
Anasse Kazib: Muy rápidamente, la gerencia busca reasignarme a Amiens, lo que no me conviene, especialmente porque mi esposa está embarazada y trabaja cerca de la casa. Me opongo tres veces y entiendo muy rápidamente que no es bueno abrir la boca. Tengo la sensación de que buscan echarme. Pero todo cambia cuando me encuentro con un delegado de SUD Rail, le cuento sobre mi problema y tan pronto como los miembros del sindicato intervienen ante mi situación, la gerencia cambia de tono conmigo y admite mi rechazo al traslado. Entonces entiendo el peso que puede tener un sindicato para hacer valer tus derechos. Pero al principio, en 2013, sólo me afilio a SUD Rail en agradecimiento por su intervención. El verdadero clic vendrá con la reforma ferroviaria de 2015 y la ley laboral conocida como El Khomri, bajo la presidencia de Hollande. ¡Había votado a Hollande por primera vez y me dije que no! La política, no hay elección entre votar por burgueses de izquierda o de derecha.
ASI: ¿Entonces decidiste ir más allá en tu compromiso?
Anasse Kazib: Sí, me postulo para un cargo y en noviembre de 2015, fui elegido para Sud Rail. Hoy, el 50% de los agentes en mi sector están sindicalizados con Sud Rail. En 2017 iniciamos una huelga “por goteo” de enero a mayo, prorrogable por 32 días, y solo por las acciones del mes de mayo, antes de firmar un acuerdo de fin de conflicto, ganamos ofertas de trabajo, un bono de 1000 euros para los agentes para el año 2017, creaciones de trabajo y una mejor gestión.
ASI: También está colaborando en el sitio de información de la extrema izquierda Révolution Permanente (NPA) lanzado en junio de 2015, nombre elegido con referencia a la consigna de Karl Marx.
Anasse Kazib: Sí, porque siempre supe que el sindicalismo no era suficiente. En 2017, cuando se organizó una huelga en Le Bourget, ningún medio habló de ella, excepto Révolution Permanente [parte de la Red Internacional de La Izquierda Diario, NdT]. Un día vino un periodista de Le parisiene. Nos preguntó cuál era el impacto de la huelga en los viajeros y le dijimos “ninguno” porque es una huelga en el transporte de mercancías. Entonces, cerró su cuaderno. No le pareció útil saber más. Se contentó con escribir una breve referencia (que ASI encontró aquí).
ASI: ¿Cómo surgió la colaboración con este sitio?
Anasse Kazib: Durante el proceso de Nuit Debout y en las manifestaciones, conocí a bastantes compañeros del mundo obrero. A fuerza de cruzarme con los colaboradores de Révolution Permanente, empiezo a hablarles sobre mi interés en los medios y el marxismo. Yo, que no leía muchos libros, aparte de los obligatorios en la escuela, estaba impresionado por las obras de Marx como El Capital, y las de León Trotsky o Antonio Gramsci. Luego me ofrecieron escribir para el sitio. Así es que escribo artículos, editoriales y hemos tenido reuniones desde finales de 2017. Para mí, Révolution Permanente es hacer política de la realidad, desde abajo y no política de la ENA [de las élites, NDT].
ASI: poco después, en mayo de 2018, te convertiste en columnista del programa Grandes Gueules de RMC. ¿Cómo vas de uno a otro, entre estos dos extremos?
Anasse Kazib: Conocí a Grandes Gueules gracias a mi supervisor cuando trabajaba como cadete para laboratorios de análisis de sangre. Él no escuchaba más que eso y yo quedé realmente enganchado. De repente me encontraba haciendo mis recorridos conectados al programa y seguía todas las ediciones hasta el final de mi servicio. Lo que más me gusta es la diversidad del programa y los invitados. Fútbol, política, temáticas sociales e inclusive ha habido un “Lahaie, el amor y vos” [programa radial francés conducido por la actriz y animadora Brigitte Lahaie que aborda temas sobre sexualidad y vínculos amorosos, NdT], todo eso me agradó. Hay total libertad, hablamos sin filtro. Entonces, cuando me ofrecieron intervenir regularmente como columnista, acepté.
ASI: ¿Y cómo te descubrieron?
Anasse Kazib: Como oyente, solía hacer llamadas telefónicas a la transmisión en vivo de Bourdin en BFM / RMC y cuando vos hacés una buena intervención, la producción mantiene tu número de teléfono para que puedas hablar sobre otros temas. En mayo de 2018, la programadora y coproductora del programa, Anaïs Sinsz, me dijo: “¿Tenés ganas de venir a los GG para hablar sobre tu carrera, el trabajo de un ferroviario en el marco de la semana de protesta ‘Salvemos el servicio público ferroviario’?” Acepto, pero me ubico en defensa la huelga de los trabajadores ferroviarios. Después del show, Anaïs me dijo “estuvo fantástico, ¿podés hablar sobre otros temas actuales?”. Entonces me dio una oportunidad (en el programa) con Charles Consigny, yo nunca lo había hecho antes. Y allí es cuando recibo muchos cumplidos, inclusive de los anfitriones Truchot, Marshall, que me dijeron que se me veía muy cómodo. Yo encarnaba al trabajador, padre, joven de la clase trabajadora, musulmán, involucrado en la vida sindical y asociativa. Los otros, en general, provienen todos del mismo molde.
ASI: Precisamente, ¿no temés quedar encerrado en este papel, una especie de aval, en un programa que se apodera de las controversias sobre el Islam y las barriadas de la clase trabajadora?
Anasse Kazib: Para nada. Con o sin mí, es un programa muy seguido, con mucha audiencia. No necesitan un aval mío para existir. No conozco ningún programa con una audiencia equivalente, donde la gente habla sobre la dictadura del proletariado, la lucha de clases, la evasión fiscal. Pero también de ecología. Como cuando Pascal Canfin (ex diputado Verde al Parlamento Europeo ahora LREM) apareció en el set y le dije que era un charlatán de ecología. O cuando “le puse los puntos” al animador televisivo de France 2, Patrick Sébastien que criticó en su libro el fenómeno #BalanceTonPorc [similar al #MeToo estadounidense, NdT]. Al final, intervine rara vez sobre el velo o el Islam, y lo hice mucho más con respecto a los chalecos amarillos, por ejemplo.
ASI: los GG te invitaron recientemente a hablar sobre el Islam después de declarar, durante una marcha contra la islamofobia el 10 de noviembre, que “la SNCF había despedido a agentes que se habían negado a estrechar la mano de las mujeres”. (Un agente fue despedido por varias razones, no sólo esto, como señala Check News).
Anasse Kazib: Sí, es cierto, el programa me invitó a hablar sobre el tema, y acepté porque permitió aclarar mis comentarios que [hechos en el marco de una acción callejera, NdT] fueron torpes y precipitados. La extrema derecha aprovechó la oportunidad para atacarme. Valeurs Actuelles primero y luego L’ Incorrect escribieron un artículo titulado “Hacia la salafización del sindicalismo francés”.
“Si comiera de la mano de la burguesía, podría haber sido de la Legión de Honor”
ASI: Estas acusaciones de “terrorismo verbal” seguidas de los artículos de Valeurs actuelles y L’Incorrect indican una tensión en las interacciones con tus interlocutores, ¿cómo lo explicás?
Anasse Kazib: Me doy cuenta de que con otros miembros del sindicato, la forma de discutir es diferente. Frente a mí, hay mucho nerviosismo, constantemente me piden que deje de gritar, critican el tono de mi voz y siempre dudan de lo que digo, debido a mis orígenes sociales y mi filiación religiosa. Permanentemente buscan en mí “lo radical”. Nunca llamarían a Martínez (secretario general de la CGT) un “fundamentalista católico”. Yo soy “salafista” para L’incorrect. Pero básicamente, lo que estas personas odian detrás de todo es a la extrema izquierda; la religión es sólo una máscara para distraer. Si yo comiera de manos de la burguesía, podría ser de la Legión de Honor. La izquierda paraliza a la burguesía. Lo que los asusta es lo que yo le explico hasta el último peón rural, a cualquier trabajador y es que al final estamos todos en el mismo infierno capitalista. Nosotros (la izquierda) hemos vuelto a poner la solidaridad y a la clase trabajadora en el centro de la escena, y eso es lo que los perturba.
ASI: En estas condiciones, ¿tenés la sensación de que sus palabras son audibles en estos debates televisados?
Anasse Kazib: Por supuesto. Cuando le dices a la gente que no es Kader [ex futbolista togoleño radicado en Francia, NdT] quien cerró Whirlpool, no es Samira [joven libia de 10 años que huyó de su país para evitar la ablación de clítoris, y el Estado Francés pretendía expulsar del país, NdT] quien entregó la Legión de Honor a BlackRock, hasta el más tonto entiende. Mirá cómo los chalecos amarillos han debilitado las posiciones de la extrema derecha. Hoy el Rassemblement National (RN) [agrupamiento de la extrema derecha, NdT] defiende nuestra huelga para pelear su batalla política. Pero yo dije que no iré a un programa si hay alguna personalidad de la extrema derecha, porque no quiero pasar por algún tipo de aliado para ellos. No hay peor enemigo, anti-trabajador y anti-ecológico que el RN.
ASI: ¿Cómo podés decir con certeza que sos audible?
Anasse Kazib: Los huelguistas están ganando la batalla por la opinión pública mucho más que la huelga. Mirá la última encuesta de Odoxa (para Le Figaro y Franceinfo). Más del 60% de las personas apoyan la huelga. Nos guste o no, la gente mira televisión. Vas a bares, kebabs, CNews y BFM están y la gente mira. Ya sea que pertenezcan a Drahi o Arnault [empresarios millonarios directores de esos medios, NdT], no podemos ignorar eso. O los dejamos a ellos decir generalidades, o entramos al ruedo. Todo está dispuesto para que la gente no tenga tiempo de pensar en política. Abandonar el espacio de los medios y dejarlos discutir entre ellos, sería el mejor regalo que podríamos hacerle a las elites.
ASI: ¿Esto significa que vas a todos los programas?
Anasse Kazib: No, una vez fui al set de Pascal Praud en CNews en 2018, y dije que sería la última vez. No me gusta ese personaje condescendiente. Si tus palabras le desagradan, se vuelve paternalista. La producción corta los micrófonos y cambia el ángulo de la cámara. Hay momentos donde hablé y el micrófono no estaba “encendido”, pensé que estaba hablando pero en realidad no intervine. Además, sólo invitan a activistas ultrapolíticos como Elisabeth Levy.
ASI: ¿Cuál es su opinión sobre los medios en general?
Anasse Kazib: me doy cuenta de que hay muchos programas en los que no se puede decir todo. En las Grandes Gueules, tengo total libertad. Nunca hay un informe antes o después de la transmisión. En esto, el programa es bastante único, se expresan posiciones divergentes, incluso las de los barrios populares y de la clase trabajadora. Las cadenas de servicio público como France Inter nunca me invitan, ni tampoco a personas como yo. Sin embargo, existe el espectáculo C dans l’ Air en France 5 que aprecio especialmente. No aquel presentado por Yves Calvi, que coloco al mismo nivel que Pascal Praud, sino el conducido por Caroline Roux y Axel de Tarlé. Los anfitriones alientan a los invitados a entregar análisis documentados, de modo que incluso un escritor editorial como Bruno Jeudy es completamente diferente cuando interviene en el set de BFMTV, donde es más tímido, que en France 5.
Traducción: Laura Vilches
COMENTARIOS