En la Ciudad de Buenos Aires los espacios de Santa María, Donda, Solanas, Cerruti, Grosso, Lozano y el maoista PTP buscan competir en bloque contra el PRO. Hay archivos que no perdonan.
Daniel Satur @saturnetroc
Martes 14 de mayo de 2019 13:50
En su edición de este martes, un diario progresista porteño dice que “la unidad opositora al macrismo comenzó a gestarse en la Ciudad de Buenos Aires”.
Este lunes, en la sala Pablo Neruda del céntrico Paseo La Plaza, referentes del Partido Justicialista porteño (conducido por el negrero dueño de Página|12 Víctor Santa María), del kirchnerismo y de la siempre lista centroizquierda (a veces gorila, a veces no tanto), lanzaron Ampliar, un frente “para derrotar a Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta y su proyecto político que nació en la ciudad”.
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En la lista de integrantes, dispuestos a dirimir candidaturas en “una gran primaria” en agosto, ya se anotaron el propio Santa María (dirigente, a su vez, del sindicato de porteros), la agrupación Somos de Victoria Donda, Nuevo Encuentro de Gabriela Cerruti, el Movimiento Evita de Leonardo Grosso, Unidad Popular de Claudio Lozano, Barrios de Pié de Daniel Menéndez, Proyecto Sur de Pino Solanas, el maoista PTP y figuras como Ofelia Fernández (joven universitaria), Roberto Pianelli (subte), la abogada Eli Gómez Alcorta y Eduardo Valdés (amigo de Bergoglio y exembajador en el Vaticano).
La primaria, en principio, podría ser en competencia con La Cámpora, cuya referencia central en la Ciudad es Mariano Recalde. Y no se descarta una reedición de las PASO de 2017, donde también participaron Patria Grande y una lista de Guillermo Moreno.
La presencia en primera fila del hasta hace poco massista Alberto Fernández, hoy devenido vocero de Cristina Fernández, le agregó una importante cuota de kirchnerismo a la juntada en el Paseo La Plaza.
Según la crónica publicada por el diario de Víctor Santa María, “fue una presentación novedosa, dirigida a los porteños, y que mostró la diversidad de la convocatoria”.
En el evento se escucharon definiciones como “no es momento de ser neutrales, hay que desterrar la ciudad de la exclusión y construir el camino luminoso de la justicia social” (Donda); o “es ahora, es con vos y con todos los que coincidieron en las plazas, las calles, las luchas, las derrotas, las victorias y los anhelos” (Cerruti); o “este es el camino a la construcción de una fuerza que tenga la conciencia y la convicción de vencer el modelo de Cambiemos en la Ciudad” (Solanas).
Tampoco faltaron referencias (muy generales) a la crisis que atraviesan importantes áreas de la vida de millones de personas, como la educación, la cultura, el ambiente, la vivienda, la cuestión de género, la salud, el transporte, la “seguridad ciudadana” y el “buen Gobierno”.
Si te he visto…
Luego de la experiencia noventista junto a Carlos Grosso y compañía, el PJ porteño lleva años buscando ampliar alianzas electorales con sectores centroizquierdistas, buscando “hacer fuerza” contra las diversas versiones de la derecha y la centroderecha. Así, desde hace dos décadas se alían con figuras y agrupamientos que incluso en épocas previas jugaron con “el enemigo”.
Un caso emblemático de esas figuras es el de Aníbal Ibarra, quien allá por el año 2000, con Elisa Carrió como madrina, fue elegido jefe de Gobierno de la Alianza que llevó a De la Rúa a la presidencia. Es el mismo Ibarra que se fugó escondido en una ambulancia el 20 de diciembre de 2001 ante el grito callejero de “que se vayan todos”. El que sobrevivió al odio popular hasta que en 2004 quedó expuesto como responsable político de la masacre de Cromañón. El que luego, aliándose al peronismo-kirchnerismo, consiguió una banca en la Legislatura porteña. El que el año pasado terminó siendo abogado defensor de Cristina Kirchner en una de las causas en las que fue procesada.
Este lunes no se lo llegó a ver a Ibarra (al menos en la primera fila) en el lanzamiento de Ampliar. Pero varias figuras que sí estuvieron en el acto, poco tienen que envidiarle a su “prontuario”. Varias de ellas, incluso, fueron compañeras de ruta en los agonizantes 90 del exjefe de Gobierno, de Elisa Carrió y de los radicales que hoy gobiernan con Macri.
Gabriela Cerruti, por ejemplo, “combatió” desde el Frepaso en los tiempos en que la consigna era “todos contra Menem”. En aquella época, la pelea contra el modelo del riojano la enfrentaba, por ejemplo, a los mismísimos Alberto Fernández, Aníbal Fernández, Felipe Solá, Víctor Santa María y… los Kirchner.
Junto a Aníbal Ibarra, Cerruti empezó a cumplir funciones públicas en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Primero en el ámbito de la Secretaría de Cultura y luego, en noviembre de 2004 (un mes antes de la masacre de Cromañón), asumiendo como jefa de Gabinete de la Vicejefatura de Gobierno. En marzo de 2006, Jorge Telerman (sucesor de Ibarra tras su destitución por su responsabilidad política en la muerte de 194 jóvenes) la nombró ministra de Derechos Humanos y Sociales porteña.
Habrá quien diga que a Cerruti se le pueden facturar algunos “pecados” cometidos hace más de diez años. Pero en la sala Pablo Neruda de La Plaza, este lunes, la foto registró otros ejemplos más actuales de impresentables derivas políticas.
Progresistas de Carrió, Prat Gay y... Ruckauf
Gente poco memoriosa puede sorprenderse si se dijera que la abogada Victoria Donda fue una de las que más ayudó a que el ex JP Morgan y expresidente del Banco Central (durante el kirchnerismo) Alfonso Prat Gay llegara a ser el ministro de Economía del derechista Mauricio Macri.
Si bien entre 2003 y 2009 su espacio Libres del Sur fue kirchnerista y ella llegó a ser diputada del Frente para la Victoria, luego Donda abrazó un antikirchnerismo tenaz que la llevó a aliarse con personajes como Hermes Binner y Margarita Stolbizer. En 2011, junto a otros referentes, denunció a la entonces presidenta Cristina Fernández y su secretario de Comercio Guillermo Moreno por “asociación ilícita, malversación de caudales públicos, defraudación contra la Administración Pública y delito contra el orden económico y financiero”.
En 2013, ese derrotero la llevó a presentarse a las elecciones legislativas junto a Prat Gay, convencida de que ambos querían ser “una opción al macrismo y al kirchnerismo”. Sin dudas era una alianza que al ex JP Morgan le convenía, ya que Libres del Sur le daba cierta cobertura “progre”, con cierta extensión territorial, con la que avanzar en su carrera de legitimación política. Año y medio después, el muchacho de la Coalición Cívica-ARI asumiría como ministro de Economía de Cambiemos y comenzaría a aplicar el brutal ajuste a las órdenes de Macri.
No es descabellado decir que Pino Solanas fue a Elisa Carrió lo que Donda a Prat Gay. La líder de la Coalición Cívica venía de un estrepitoso fracaso en las presidenciales de 2011, cuando su fórmula con Adrián Pérez quedó última en la tabla de resultados con un 1,82 % de los votos.
Luego de un período de ostracismo, la exradical se juntó con Solanas en 2013 y armaron el espacio Unen, que los llevó a ser segunda fuerza en la Ciudad de Buenos Aires, detrás del PRO y muy por encima del peronismo kirchnerista. Ambos obtuvieron una banca en el Congreso y esa noche del domingo 27 de octubre Pino diría que con Carrió no solo no tenían “antagonismos” sino que “pese a los vaticinios, seguimos casados y sin pelearnos”.
Diez meses después el “matrimonio” se divorciaría, luego de aquel recordado desplante que Carrió le hizo a Solanas en medio de un acto de Unen cuando a Pino se le ocurrió decir que en ese frente no había “espacio para los ajenos y para la derecha moderna”. Faltaba poco para que Lilita (y Prat Gay) se empezaran a reunir con macristas y radicales para formar en 2015 Cambiemos.
Más que interesantes serán las conversaciones cotidianas de les nueves aliades en la cruzada “antomacrista”. Sobre todo si en medio de discusiones de cara al futuro se preguntan mutuamente “che, ¿y a vos cómo te dio la cara para juntarte con Fulane?” o “vos que le conocés bastante a Sultane, ¿cómo podemos chicanearle?”.
Y ni hablar si en alguno de esos encuentros llega a aparecer, invitado por algún dirigente del PTP (impulsor de la Corriente Clasista y Combativa), el responsable político de los crímenes de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, Felipe Solá. Vale recordar que el exgobernador (quien llegó a la Casa de Gobierno bonaerense junto a Carlos Ruckauf en 1999), es el flamante precandidato presidencial del maoismo vernáculo en una de sus habituales apuestas “patrióticas”.
Sin dudas, eso sí es "ampliar".
Daniel Satur
Nació en La Plata en 1975. Trabajó en diferentes oficios (tornero, librero, técnico de TV por cable, tapicero y vendedor de varias cosas, desde planes de salud a pastelitos calientes). Estudió periodismo en la UNLP. Ejerce el violento oficio como editor y cronista de La Izquierda Diario. Milita hace más de dos décadas en el Partido de Trabajadores Socialistas (PTS).