En horas de la mañana Evo Morales reafirmó su triunfo en una conferencia de prensa denunciando que la oposición habría puesto en marcha un golpe de Estado desconociendo los resultados electorales. El conteo oficial sigue en proceso. Comités Cívicos departamentales inician paro indefinido y bloqueos de caminos. El oficialismo prepara una gran concentración con la COB y la Codelcam para hoy al mediodía. El MAS y CC se disputan la “democracia”.
Miércoles 23 de octubre de 2019
Foto: Evo Morales en Conferencia de Prensa, acompañado de su vicepresidente, Álvaro García Linera (izda.) y el canciller de Bolivia, Diego Pary (dcha.). EFE/MARTÍN ALIPAZ
La denuncia del “candidato de la oposición” Carlos Mesa de Comunidad Ciudadana (CC) de la interrupción intempestiva del escrutinio de votos alentó a “defender la democracia”.
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Su llamado a “defender el voto” dio inicio a un proceso de vigilias y movilización que empezó a exigir que se garantice lo que consideran una “inminente segunda vuelta” ya que, y como era previsible, el discurso de fraude que fue anunciado durante toda la carrera electoral habría sido consumado. Ayer en horas de la tarde, mientras se retomaba el conteo oficial de votos a partir de las 15:00, masivas movilizaciones -en ocho de los nueve departamentos del país-, fueron protagonizadas por distintos sectores de la oposición como la Conade y los comités cívicos departamentales.
En Santa Cruz, exigieron que hasta el mediodía de hoy, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) tiene plazo para emitir los resultados finales del escrutinio, “ratificando lo que el pueblo decidió que es una evidente segunda vuelta” y señalaron que “caso contrario, mañana (por hoy) a las 12:01 vamos a convocar a Cabildo Nacional para desconocer este cuarto mandato y reconocer al candidato por el que el pueblo votó (Carlos Mesa, NdR)” frente a lo cual la gente empezó a corear “Mesa presidente”, “Mesa presidente”, “y va a caer, va a caer, Evo Morales, va a caer”. De esta manera, de conjunto, las concentraciones desconocieron la auto-proclamación del binomio Evo Morales-Álvaro García Linera.
Algunos representantes de la oposición como Alejandro Almaraz, ex ministro de Tierras del MAS y hoy uno de los representantes de la Conade, planteó que sólo hay dos salidas a esta crisis, que se declare oficialmente la segunda vuelta o que se anulen las elecciones.
Son varios hechos los que siguen aumentando la tensión en la espera de los resultados finales de un escrutinio que ya viene demasiado lento. La renuncia –ayer en horas de la tarde- del vicepresidente del TSE, Antonio Costas, deja un velo de más incógnitas señalando que no fue parte de la decisión de interrumpir el conteo rápido de votos que calificó como una decisión “desafortunada” tomada por “inexperiencia política de los vocales”.
Tanto Evo Morales como Carlos Mesa se reunieron con la OEA. El resultado de ello fue que esta instancia acepte la oferta del oficialismo de auditar el proceso de conteo de votos pero su condición es que sea de carácter vinculante. A esto se suma una declaración difundida por el subsecretario de Estado para el Hemisferio Occidental, Michael G. Kozak, quien el lunes por la noche, anunció que desde EE.UU trabajarán con la «comunidad internacional» contra «cualquiera que menoscabe las instituciones democráticas de Bolivia«.
En este escenario de crisis política ambos candidatos se acusan mutuamente de ser responsables de los enfrentamientos que se vienen desatando en el país.
El gobierno, con su decisión de burlar de nuevo la voluntad del pueblo, es el único responsable de la violencia que amenaza a Bolivia. Mi solidaridad con @w_albarracin brutalmente agredido por la violencia masista. ¡No nos rendiremos! pic.twitter.com/tndORDLG7V
— Carlos D. Mesa Gisbert (@carlosdmesag) 22 de octubre de 2019
Evo Morales firme en reafirmar su victoria señaló que “entiende la desesperación de la derecha boliviana que no quiere reconocer el voto indígena” y que “desconocer el voto indígena, nuevamente trae odio y racismo". Se espera también para la jornada de hoy, concentraciones masivas del MAS, una de ella será al mediodía en el centro de la ciudad de La Paz, convocada por la Coordinadora Departamental por el Cambio (Codelcam) que a través de su representante, Hugo Tórrez, señalaron que "con el voto rural se ha ganado en la primera vuelta y no existe ninguna posibilidad de una segunda vuelta”,
Exhortamos a la derecha boliviana a dejar de provocar enfrentamiento entre bolivianos. No siembren odio y desprecio a los sectores populares. Desconocer el voto de los sectores populares es actuar con racismo. Los paros políticos solo perjudican económicamente a cada departamento pic.twitter.com/6gEq6vhL8X
— Evo Morales Ayma (@evoespueblo) 23 de octubre de 2019
La crisis política actual se expresa en una disputa por el contenido de la "democracia"
Finalmente, en Bolivia se instaló la polarización política y desató una crisis que empieza a marcar también una polarización social. La disputa por el voto pareciera ser hoy el depósito último de las "esperanzas democráticas". Los enfrentamientos entre “mesistas” y “masistas” han desempolvado tensiones racistas y regionalistas que la bonanza económica del gobierno del MAS habría podido contender por algo más de una década.
Los dos campos enfrentados sostienen la defensa del voto y la "democracia", unos contra el eventual fraude y otros contra el eventual golpe de Estado. Para la oposición política la democracia se reduce al respeto de la normativa institucional y la alternancia en la gestión del Estado y para el oficialismo, la democracia se reduce en garantizar un cuarto mandato de Evo Morales. Ambas visiones de la democracia sin embargo excluyen de su contenido la discusión de los derechos, hoy cada vez más vulnerados, de las y los trabajadores, de las mujeres, de las diversidades sexuales, de los pueblos indígenas y campesinos, como Tariquía, TIPNIS, del Chepete y Bala entre otras. Ambas visiones excluyen de la discusión de la democracia en la propiedad de la tierra, la presencia de las trasnacionales petroleras y mineras en el país, o la situación de los trabajadores en las fábricas, en los talleres, las industrias e incluso en el Estado donde son prohibidos los derechos la a organización sindical y a la protesta.