Se trata de Luciano Rodriguez, candidato a intendente de Quilmes por el partido Despertar, quien chocó en contramano y a toda velocidad a un auto, luego de una larga persecusión en moto. Las consecuencias de las “emociones violentas” a las que apuntan las campañas securitarias.
José Muralla @murayeando
Viernes 31 de julio de 2020 15:37
Los autos chocados. El afiche de campaña de Rodriguez por el partido Despertar
La persecución comenzó en lanús dónde una persona en moto supuestamente le robó el celular a Luciano Rodriguez (39) qué iba en auto. Este último cruzó prácticamente todo Lanús, pasando a Avellaneda, y en la localidad de Gerli se metió en contramano a toda velocidad chocando a un auto y causándole la muerte en el acto a Mauro Varela, el conductor de 37 años.
“A un inocente” escribieron los medios amarillistas, como queriendo decir que se hubiese matado al “motochorro” no hubiese estado tan mal.
“Te matan por un celular” es la frase que repiten y machacan quienes piden “seguridad” a toda costa, cueste lo que cueste. Y eso es lo que terminó haciendo Luciano Rodríguez, el ex-candidato a Intendente de Quilmes por el partido Despertar, que encabeza el economista liberal y derechista José Luis Espert. Rodriguez prometió en campaña que “Quilmes dejará de ser noticia por los hechos delictivos” y ahora el mismo es noticia y está detenido acusado de homicidio culposo agravado.
El conductor también hizo campaña junto al pastor Mario Revel de Ituzaingo quien es miembro de la mesa nacional Pro-vida, Pro-familia, Pro-valores. Es el pro-vida que asesinó a una persona. El Pro-familia que asesinó a un padre que volvía de trabajar como repartidor dejando a una familia destruida. El Pro-valores cuyos valores valen lo que vale un celular.
Este asesinato ocurre en medio de una campaña por mano dura, en las que muchos llegan a reivindicar el hacer “justicia” por mano propia, a partir del caso de jubilado Rios que ejecutó a quien había entrado a robar a su casa. Una campaña que le habla al miedo y a las emociones violentas y deseperadas de la población, generando locuras que cuestan vidas.
El ex candidato quilmeño de Espert atropelló y mato a una persona mientras perseguia en contramano a otra que le hurto un celular. Cuando un celular vale mas que la vida. Un nuevo capítulo de la campaña de mano dura de la derecha y Berni amplificada por los medios masivos
— Carla Lacorte (@Lacorte_Carla) July 31, 2020
Sin embargo en el caso de Rodríguez no es producto de esta campaña. Pues ya desde antes había elegido valorar más la propiedad privada que la vida. Sino no hubiese sido candidato de Espert.
Consecuente con el programa Liberal
El neoliberalismo que pregonan Luciano Rodríguez y Espert se presenta como antiestatal, pero tiene una postura muy diferente respecto al rol del Estado a nivel represivo. El Chile de Piñera es una prueba cabal de esto. No sólo en cuanto a la criminalización de la juventud y la pobreza sino también respecto de la protesta.
Y no es una casualidad dado que las políticas neoliberales suponen que un sector de la sociedad quedará condenado a la desocupación y la precariedad. Para este sector la única política que tiene el Estado es, en el mejor de los casos, la asistencia social, pero siempre el control social y la represión. Por eso, aún en contradicción con su insistencia en la reducción del gasto público, los liberales no cuestionan el oneroso reforzamiento del aparato represivo. Para eso siempre tienen que haber presupuesto disponible, y no preocupa el déficit fiscal.
A su vez la existencia del pequeño delito - ligado a la miseria en la que vive el sector señalado, y muchas veces instigado por la propia policía - es la base de las campañas de mano dura que justifican la saturación de los barrios con las fuerzas de seguridad que necesitan los gobiernos para implementar sus políticas de ajuste.
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A este esquema nuestros liberales le han agregado - particularmente a partir del caso del jubilado Ríos - la ejecución de una pena de muerte de hecho en manos civiles que se justificaría por la ejecución de un delito previo, sea este cual sea. Contra la propiedad o contra la vida, da lo mismo. En el caso registrado en Gerli el hurto de un celular justifica matar atropellando con un coche, incluso a alguien que ni siquiera tiene que ver con el hecho.
Muchos opinólogos que recorren los medios masivos de comunicación se espantan ahora, en forma hipócrita, de las consecuencias de su prédica.
No hay grieta para la campaña derechista
Hay que decir también que esta forma de gestionar la pobreza, y eventualmente la conflictividad social, no es un patrimonio exclusivo de los llamados liberales. El Ministro de Seguridad peronista de la Provincia de Buenos Aires, Sergio Berni ha sido otro de los portavoces de la nueva cruzada de mano dura que agrega a su política de llenar de policías y fuerzas federales el Gran Buenos Aires, el incentivo a estas prácticas por parte de la sociedad civil. Y no es sólo un intento de campaña electoral. Berni, en discusión con Kicillof, concentró desde principio de la cuarentena tropas policiales de élite en 20 puntos estratégicos en prevención de “desbordes sociales”.
Ahora que la profundización de la crisis económica y social se hace cada vez más evidente, ahora que la necesidad de salir a la calle de los sectores obreros y populares se hace más acuciante, Berni y la derecha buscan no sólo reforzar el aparato represivo sino crear una base social que incluso lo acompañe “en la práctica”.
Carla Lacorte
Carla Lacorte nació el 4 de enero de 1971 en la Ciudad de Buenos Aires. Su padre Miguel Angel murió fusilado en el Estadio Nacional de Chile en septiembre de 1973 tras ser detenido mientras resistía el golpe de Pinochet en el Cordón Industrial de Vicuña Mackenna. Junto a su madre, que escapaba de la represión del Proceso, se radicó en Quilmes. A la salida de la dictadura tuvo una activa participación en el centro de estudiantes del Colegio Nacional de esa ciudad. Integra el Centro de Profesionales por los Derechos Humanos y milita en el PTS desde el año 2000. Estudiaba Ciencias Veterinarias hasta (...)