confesiones. Fernández dijo que lo que se pagaría al FMI es el triple de lo invertido en obra pública

Este lunes, Alberto Fernández anunció la ejecución de las primeras mil obras públicas en toda la Argentina, a través del Ministerio de Obras Públicas. Ahí mismo admitió, luego de improvisar algunas cuentas mentales, que el presupuesto público que planean destinar al pago de la deuda que buscan renegociar con el FMI, triplica lo invertido en estas obras.

Esto no fue destacado por ningún otro medio, lo que tanto medios de comunicación oficialistas como opositores hicieron trascender, fue el ataque solapado que hizo el Presidente a quienes se manifestaron por los incendios en la Comarca Andina y contra la megaminería, cuando hizo referencia a los "violentos que tiran piedras". Ambientalistas ya han presentado pruebas de que las piedras arrojadas al vehículo presidencial, vinieron de una camioneta con una patente que pertenece a la Policía provincial. Un montaje de infiltrados que sirvió de excusa para desatar la represión y detención de los manifestantes, del que el Presidente parece no haber querido informarse, colaborando así con la campaña de criminalización que lleva adelante el Gobierno de Arcioni, aunque también haya buscado despegarse de él.

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Como es un clásico en los años electorales, la inauguración de obras públicas se utilizó como tribuna de campaña y Fernández se tiró contra la oposición de Juntos por el Cambio por haber contraído la deuda con el FMI. "Se los digo en números para que todos tomen conciencia de cuánto nos posterga la deuda en la que nos han metido”.

La intención de Alberto Fernández fue mostrar que la prioridad de su Gobierno está en "los argentinos y las argentinas" y no en el pago de la deuda. Pero en su propio discurso demuestra que esto es una contradicción insalvable."El año que viene deberíamos pagarle al Fondo Monetario (Internacional) dieciocho mil millones de dólares, es decir, tres veces lo que hemos invertido en estas mil obras".

La prioridad es el FMI y se ve a diario en las consecuencias del ajuste.

La ilegal, ilegítima y fraudulenta deuda contraída con el FMI, que se tomó para financiar la fuga de capitales y la propia campaña de Mauricio Macri, es tan escandalosa que hasta el propio organismo tuvo que anunciar que realizaría una investigación al respecto. Fernández dijo que iniciaría una querella contra el expresidente y los funcionarios responsables de esta estafa. Pero no son más que fuegos artificiales, cuando FMI continúa presionando por el pago y el Gobierno se prepara para renegociarla.

Mientras tanto, el presupuesto público para este año, que el Ministro Martín Guzmán confeccionó para cumplir con las exigencias del FMI, presentó recortes en Salud, Educación, en partidas sociales y ¡en el Servicio Nacional de Manejo del Fuego!.

"¿Qué prioridad pueda haber si no es devolverle la casa a los que vieron incendiar su casa en esos bosques?", lanzó Alberto Fernández. La devastación ya estaba consumada cuando vino el anuncio de una inversión de 170 mil millones de pesos. Pero es el propio Gobierno el responsable de este crimen ambiental y social, ya que redujo a la mitad el presupuesto en el área dedicada al manejo del fuego, para luego decir que no alcanzaban los recursos para combatir el incendio.

Párrafo a parte merece la rastrera utilización de Juntos por el Cambio, al respecto de la crisis desatada tras los incendios, con la descabellada acusación de Bullrich hacia el pueblo mapuche.

Invertir realmente las prioridades es desconocer la deuda odiosa. El Frente de Izquierda plantea el desconocimiento soberano de una deuda que fue tomada a espaldas del pueblo y en perjuicio de él.

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