Las imágenes del Che Guevara y Camilo Cienfuegos de fondo en la icónica plaza de la Revolución sirvieron de escenario para la primera homilía de Francisco en suelo cubano. La jornada incluyó el encuentro con Raúl y la foto de la visita del Papa a Fidel Castro que graficó el entendimiento entre el Vaticano y los líderes de la burocracia cubana para avanzar en la restauración capitalista en la isla.y para fortalecer un acuerdo político con la burocracia castrista.
Diego Sacchi @sac_diego
Martes 22 de septiembre de 2015
La homilía de Bergoglio en la Plaza de la Revolución se esperaba con ansiedad, aunque la convocatoria a la misa fue menor que en otras giras. No fue el primer Papa en dar un discurso en Cuba, pero el rol jugado en el avance en la restauración de las relaciones entre el gobierno de la isla y Estados Unidos y los gestos y discursos con “tinte” social que adoptó el Papa transformaron la visita en un hecho político de magnitud mundial.
Francisco aprovechó la ocasión para pronunciarse sobre la negociación entre las FARC y el gobierno colombiano. Dijo que no puede haber "otro fracaso" en lo que denominó el "camino de paz y reconciliación" en Colombia y se dijo "consciente de la importancia crucial del momento presente", aunque como se había anunciado, evitó reunirse con los representantes de las FARC que están en la isla.
Cuando la mayoría esperaba una misa con un marcado discurso político y una referencia explícita al futuro económico y social de la Isla, siguiendo la línea trazada por Juan Pablo II en su visita de 1998 cuando pidió que “Cuba se abra al mundo y el mundo se abra a Cuba”, Bergoglio opto por una homilía de tono pastoral para trazar algunas definiciones de la estrategía del Vaticano para una Cuba que ya dio los primeros pasos en “abrirse al mundo” y dar una muestra de apoyo a la burocracia castrista, en especial por la ausencia de un pronunciamiento público sobre los reclamos de los disidentes o sobre la situación social en la isla.
Para Cuba llegó el tiempo del fin de las “ideologías” y el momento de la restauración y apertura
La homilía papal continuó la tónica social que adoptó Bergoglio como forma de recomponer la imagen de una institución muy cuestionada. Intentó mostrar a una Iglesia que “entraña servir la dignidad de sus hermanos, luchar por la dignidad de sus hermanos y vivir para la dignidad de sus hermanos.” y que "lejos de todo tipo de elitismo, el horizonte de Jesús no es para unos pocos privilegiados”, aunque más allá de las palabras la historia de esta institución ha mostrado una marcada intención por “servir” a los “hermanos” más poderosos.
Comparado con otros discursos, el sermón del domingo se mostró tibio. Su homilía más esperada, evitó cualquier referencia a las desigualdades sociales que produce el “capitalismo salvaje” (según gusta especificar Bergoglio) y también evito pronunciarse sobre la disidencia política o el proceso de acercamiento a EE UU. Bergoglio evito las grandes definiciones públicas, mostrando su predisposición a servir como garante de la diplomacia bilateral y beneficiar las negociaciones privadas con Raúl Castro y, en las próximas horas, Barack Obama.
No obstante, eso no impidió que la homilía dejara algunas importantes definiciones.
La primera de ellas se dio cuando el Papa dijo “El servicio nunca es ideológico, ya que no se sirve a ideas, sino que se sirve a las personas”. Esa “reflexión” Papal destacó precisamente por el lugar en la que se hizo, la Plaza de la Revolución, donde concentran símbolos de la Cuba revolucionaria y anticapitalista. La referencia a que “nunca” el servicio es ideologico parece dirigida directamente contra la gigantesca imagen del Che Guevara, una de las figuras mundiales que representa la lucha por las ideas revolucionarias.
La insistencia de Bergoglio en contra de la”ideología” se volvio a repetir el lunes en un encuentro con jóvenes cubanos en La Habana. Allí el Papa, representante de una institución que ha defendido una y otra vez las ideas más retrogradas y reaccionarias, volvio a reiterar “no nos encerremos en los conventillos de las ideologías”.
La otra fue dirigida a marcar el orden en la transición restauradora en la isla. “debemos cuidarnos del otro servicio, de la tentación del ‘servicio’ que ‘se’ sirve. Hay una forma de ejercer el servicio que tiene como interés el beneficiar a los ‘míos’, en nombre de lo ‘nuestro’”. Así Bergoglio hizo un llamado a mantener el equilibrio entre los distintos sectores de la burocracia económica y política “comunista” y las Fuerzas Armadas que ocupan un papel decisivo en el manejo de las principales empresas, y a evitar la tentación de “beneficiar a los míos” ante las oportunidades de negocios que ofrezca la apertura capitalista, generando un clima de inestabilidad política del régimen en general.
La santa alianza entre los Castro y la Iglesia para avanzar en la restauración
El otro hecho destacado de la primera jornada de la gira Papal en Cuba fue el encuentro con Raúl y Fidel Castro.
El encuentro con el menor de los hermanos y presidente de Cuba, Raúl, mantuvo el caracter de conversaciones oficiales, en la que hablaron del “buen estado y favorable desarrollo de las relaciones bilaterales entre Cuba y la Santa Sede” según el informe oficial, y es parte de la estrecha relación creada a partir de la mediación Papal entre Estados Unidos y Cuba.
La visita de Bergoglio a Fidel Castro fue leída por un sector de los medios de comunicación afín a la burocracia castrista como un reconocimiento para el histórico líder cubano. Y aunque se mostro como una visita de cortesia al historico lider cubano, lo cierto es que fue un gesto que graficó el sentido de la gira de Bergoglio por la isla: posicionar a la iglesia católica como el principal actor político de la isla, por fuera del Partido Comunista, al mismo tiempo que apoyar el proceso general de restauración emprendido por la burocracia gobernante (y en este mismo sentido se lee la negativa de recibir y apoyar el reclamo de los disidentes por parte del Papa).
Tanto en su misa de la Plaza de la Revolución, en los encuentros con las principales lideres de la burocracia cubana y en la negativa pronunciarse públicamente sobre los reclamos de los disidentes o sobre la situación social en la isla, Bergoglio dejo claro que busca recuperar para la Iglesia un lugar relevante en el proceso político cubano en la era de la restauración.
El proceso de reforma emprendido por la burocracia exigirá ataques mayores a la propiedad estatal, el empleo, los sistemas de educación y salud y las condiciones de vida populares, en función del “mercado”, como analizamos un otro artículo de Ideas de Izquierda. Sin duda, a medida que avance la restauración, se pondrá en juego la autoridad y prestigio de Raúl, que ya no es igual al que tenía Fidel, y choca con el desgaste de las instituciones del régimen bonapartista de la burocracia, así como del propio PCC y los sindicatos. Bergoglio busca mostrar a la Iglesia catolica como una mediación y factor de contención a favor de las elites gobernantes (un arte del que la Iglesia conoce y mucho) ante la bronca y la posible respuesta de los trabajadores y el pueblo pobre contra el impacto que causaran estos cambios sociales y económicos.
Diego Sacchi
Nacido en Buenos Aires en 1977, militante del Partido de Trabajadores Socialistas desde 1994. Periodista, editor en la sección Internacional de La Izquierda Diario y columnista de temas internacionales en el programa de radio El Círculo Rojo.