Los pibes conducidos por Chirola Romero batallaron con carácter ante uno de los mejores equipos de Perú. El partido pudo ser para cualquiera de los dos. Pero el VAR, otra vez, castigó al Lobo con un penal bochornoso. La U se llevó tres puntos a Lima y los de La Plata ya piensan en el partido del sábado contra Racing.
Jueves 6 de abril de 2023 14:27
Foto Prensa GELP
Lo primero que hay que decir es que casi todos los jugadores de Gimnasia y Esgrima La Plata que anoche disputaron el primer partido del Grupo G de la Copa Sudamericana 2023 eran unos nenes cuando el club jugó por última vez un torneo internacional. Y sólo fue hace seis años. Por eso nuevamente el estadio del bosque se llenó para bancar a “los pibes” que conduce Sebastián “Chirola” Romero, en su gran mayoría recientes debutantes en primera. Y por eso, también, el encuentro contra Universitario de Deportes de Lima no era un partido más.
Encima, las entradas no eran nada baratas: las “populares” valían $ 4.000 para socios y socias, $ 7.000 para locales sin carnet y $ 10.000 para visitantes. Doble mérito para las más de 25.000 almas que coparon el estadio en medio de una crisis económica que no da respiro al bolsillo.
Hay que recordar que la última vez que el Lobo jugó de noche en el Juan Carmelo Zerillo fue el jueves 6 de octubre del año pasado. Aunque lo de “jugó” es una forma de decir. El partido con Boca duró sólo nueve minutos porque la feroz represión descargada por la Policía Bonaerense alrededor de la cancha terminó con la suspensión del encuentro, con miles de hinchas llorando y vomitando por los gases y con César “Lolo” Regueiro muerto a causa del ataque policial. Este jueves, precisamente, se cumplen seis meses de aquella noche. El reclamo de justicia para Lolo no cesa. Parte de su familia estuvo en la cancha y eso también le dio un sabor especial al debut en la Sudamericana.
A todo eso se sumó el cantito “y ya lo ve, y ya lo ve, el que no salta es un inglés”, que en cada partido es coreado por la 22. En este caso, también lo cantó parte de la hinchada de “la crema”. A tres días de cumplirse 41 años del comienzo de la guerra de Malvinas fue otro elemento cargado de emotividad. No hay que olvidar que el pueblo peruano en 1982 fue de los que más apoyó a la Argentina cuando sus soldados desembarcaron en las islas para combatir contra el imperialismo británico.
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En la cancha anoche hubo dos uruguayos. Uno es el técnico de la “crema”, Jorge Fossati, exarquero de Peñarol, Independiente, Rosario Central y Olimpia, entre otros; y extécnico de las selecciones uruguaya y qatarí, además de varios clubes sudamericanos, entre ellos Colón. El tipo conocía la cancha del Lobo de hace años, lo que no es poco. El otro uruguayo es el muy mediocre árbitro Andrés Matonte, quien el año pasado ya había pisado el otro estadio platense, el de Estudiantes, tras aquel partido por la Libertadores cuando le anuló un gol por off side al local y lo dejó afuera de la Copa ante Atlético Paranaense
Primer tiempo
Tras un cálido recibimiento para ambos clubes de parte de sus hinchadas, Matonte (un pichón de Castrilli) dio el pitazo inicial. El partido arrancó dinámico y con la decisión de ambos equipos de no especular atrás e intentar llegar lo máximo posible a los arcos defendidos por Tomás Durso y José Carvallo. Pero durante los primeros veinte minutos fue Universitario el que armó mejores jugadas en tres cuartos de cancha. De hecho a los nueve Luis Durruti entró al área en combinación con Emanuel Herrera, quedó solo contra Durso y definió. Estaba adelantado y por eso no abrió el marcador. Dos minutos después Herrera (un santafesino surgido de las inferiores de Rosario Central) tuvo otra chance de cabeza, que el arquero albiazul sacó al córner con una muy buena atajada. Y enseguida la U se volvió a meter al área con Nelson Cabanillas que remató y Durso volvió a sacarla al tiro de esquina. Fueron minutos en los que Universitario estuvo intratable, con Piero Quispe recuperando varios pases errados por los de Gimnasia y asistiendo a sus compañeros frente al área rival.
Los pibes del Lobo entendieron que debían serenarse y controlar la pelota. Enfrente tenían jugadores con experiencia y un juego colectivo a veces practicado de memoria. A Tomás Muro, Maxi Comba, Ignacio Miramón y Alan Lescano no se les hacía fácil articular entre ellos para armar juego. Así y todo el equipo fue llegando al área visitante. Una clara tuvo Franco Soldano de cabeza tras un buen centro de Guillermo Enrique, desviada por Carvallo al córner. El delantero (siempre activo y molesto para los defensores) ya había tenido otra antes, con un cabezazo elevado sobre el travesaño. Y a los 25 Cristian Tarragona no pudo cerrar de cabeza (también se fue por arriba) una muy buena jugada preparada. Los mejores minutos de Gimnasia fueron cuando Lescano hizo enroque con Comba, pasando a la derecha y articulando con Enrique, Miramón y Tarragona.
Al local le costó mucho controlar la franja media, donde Quispe por momentos hizo lo que quería. Tuvo una a los 33 desde afuera del área que enganchó mal y el tiro se le fue muy arriba. Unos minutos antes había habilitado a Herrera que, también desde afuera del área, pateó fuerte pero la pelota terminó yéndose cerca del palo derecho de Durso.
Cuando el primer tiempo languidecía, Enrique metió otro muy buen centro casi desde mitad de cancha. La pelota llegó como regalo a la cabeza de Soldano, que volvió a preocupar al arquero de la U. Por centímetros no se coló por el ángulo superior izquierdo de Carvallo. Fueron 45 minutos intensos y los triperos se fueron al vestuario convencidos de que era posible torcer el 0-0 en su favor.
Segundo tiempo
Sin cambios, Gimnasia salió a la cancha decidido a avanzar. El contraste con lo hecho unos días antes en Rosario frente a Central (donde perdió 1-3) era evidente.
Apenas iban dos minutos y lo tuvo Comba. Otro buen centro de Enrique desde la derecha le llegó a los pies al volante que estaba casi en el área chica, solo, frente al arquero. El pie izquierdo no entendió la orden y en lugar de tocarla hacia adelante le salió un pifie que sorprendió a Lescano (entraba con él al área). La pelota le pegó en la cabeza a éste y no entró al arco por culpa del palo. Esa mala suerte que nunca deja de molestar al triperío.
Pese a las no pocas ocasiones creadas por Universitario, la defensa del Lobo cumplió un muy buen papel. Destacan la solidez del entrerriano “Yacaré” Leandro Morales (31) y de santafesino Felipe Sánchez (18), que hace apenas 24 días firmó su primer contrato profesional y lleva sólo diez partidos en primera. A él le tocó marcar, entre otros, a su comprovinciano y talentoso Herrera.
Chirola Romero y su cuerpo técnico entendieron (a diferencia de otros partidos) que hay cambios que deben hacerse más temprano que tarde. Por eso a los diez metió a Nicolás Colazo en reemplazo de Comba y a Alan Sosa por Muro, que no terminaban de encontrarle la vuelta al partido. con aire renovado, sin cambiar la táctica, Gimnasia se hizo más fuerte en el medio y eso entusiasmó a la hinchada. Mientras, Universitario se replegaba esperando nuevas oportunidades. De hecho Fossati sí hizo un cambio táctico a los veinte sacando a dos delanteros, Urruti y Herrera, reforzando el mediocampo con Alfonso Barco y metiendo como único punta a Alexander Succar Cañote.
Durante varios minutos el partido se empiojó, aparecieron un par de amarillas y ambos equipos no lograban destrabar. Hubo muchas menos jugadas de peligro que en el primer tiempo. Una de las más claras fue para el Lobo, en los pies de Sosa, que se fue al lado del palo izquierdo de Carvallo tras rebotar en el pie de un defensor peruano. Con dos cambios más (Bautista Barros Schelotto por Enrique -lesionado- e Ivo Mammini por Tarragona) el local volvió a tomar la iniciativa.
Otra arbitrariedad del VAR
Cuando Gimnasia estaba en uno de sus mejores momentos de juego, apareció el VAR y cambió la historia. A los 35 Succar Cañote la recibió dentro del área, no pudo girar porque lo cubría bien Morales y entonces se la dio a Cabanillas que estaba afuera del área. Éste tiró centro, la pelota rebotó en el cuerpo de Miramón y se fue al córner. El árbitro Matonte estaba a menos de diez metros y no vio nada, por eso marcó hacia la esquina de la cancha. Ni siquiera los jugadores de la U reclamaron con insistencia. Pero desde el VAR le pidieron que esperara para reanudar el juego.
Parecía que a Matonte nada iba a convencerlo de que el rebote en el codo de Miramón había sido no sólo involuntario sino imposible de evitar. Lo llamaron para que viera las imágenes en el monitor del costado del campo de juego. Durante un buen rato se lo vio hacer gestos propios de quien no se pone de acuerdo con su interlocutor. Finalmente, cinco minutos después de la jugada, Matonte pitó el punto penal y le sacó amarilla a Miramón.
La muy buena definición de Succar Cañote, festejada con locura por las mil almas “crema” ubicadas en la tribuna visitante, no logró ocultar la bochornosa forma en la que se rompió el 0 a 0.
Para varios comentaristas de las empresas periodísticas el penal fue sólo “polémico”. Una admirable generosidad. Si el criterio del VAR fuera rígido y sostenido en todos los casos, para que Miramón no cometiera penal debería, cuanto menos, atarse el brazo al cuerpo (si no amputárselo). Obviamente ese criterio no es ni rígido ni ni mucho menos sostenido. Sería una estupidez decir que hay una conspiración contra el Lobo. Pero lo sería más aún negar que cobrarle penales así a Gimnasia es bastante menos costoso que hacerlo contra clubes con más “peso” en la Conmebol. Sin ir más lejos, el tripero sufrió recientemente algo similar en el torneo local contra Barracas Central, el equipo del presidente de la AFA.
El trabajo restante de Matonte fue dar ocho minutos adicionales luego de que él y sus colaboradores retrasaran el juego, sobre todo en la “charla” previa al penal. Golpeado, el Lobo siguió buscando con personalidad, pero no logró torcer el marcador. Pese a la derrota y a la algarabía peruana, desde los cuatro costados tronó el aplauso y el aliento para los pibes de La Plata que pusieron todo, empezando por el carácter necesario para instancias de este tipo. Así lo reconoció el técnico visitante en la conferencia de prensa posterior.
“Fue un partido durísimo, esperábamos arrancar de la mejor manera, nos vamos con bronca y con las manos vacías”, dijo Romero ante las y los periodistas. En la conferencia lo acompañaba el capitán Matías Melluso. Sobre la cituación creada por el VAR, Chirola fue claro: “qué querés que te diga, a veces no sé cuándo es penal y cuándo no. Vi las imágenes y no me pareció para nada penal”. El técnico resaltó que “el equipo intentó por todos lados”, que “los chicos están viviendo cosas muy importantes” y que se siente “orgulloso” por la experiencia que siguen acumulando.
Melluso por su lado también remarcó el “orgullo” de defender la camiseta en esta Copa junto a sus compañeros. Y, pese a la bronca masticada, dejó en claro que ahora hay que descansar, comer bien y “enfocarse en lo que viene, queremos ganarle a Racing”.
La primer fecha del Grupo G de la Copa Sudamericana dejó puntero a Universitario y a Gimnasia último con cero unidades. Segundos quedaron Goiás de Goiânia e Independiente Santa Fe de Bogotá, que empataron y tiene un punto cada uno. El sábado Gimnasia tendrá una nueva revancha. Será las 18 contra Racing por la Liga.
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Comentario final. Para la U el triunfo adquiere carácter histórico, ya que desde 1967 los limeños no ganaban en suelo argentino. Salud para ellos y para el millar de peruanas y peruanos que llenaron la tribuna visitante. En La Plata y alrededores la comunidad del país hermano es muy grande y Universitario es uno de los clubes más populares. Como se sabe, Perú atraviesa una situación crítica. En medio de la dictadura de Dina Boluarte, con una represión feroz contra el pueblo trabajador, que este éxito deportivo al menos les dé un poco de alegría.