El Gobierno de Dina Boluarte anuncio la militarización de sus fronteras, centralmente con Chile, con el objetivo de expulsar a los migrantes que han quedado varados y desprotegidos entre ambos países. Se trata de una política totalmente xonófoba con la que el gobierno golpista busca tapar la debilidad de su gestión.
Jueves 4 de mayo de 2023 12:07
Desde el viernes 28 de abril se estableció el estado de emergencia por 60 días en siete regiones del Perú que limitan con Ecuador, Colombia, Brasil y Chile. De esta manera, las Fuerzas Armadas, juntamente con la Policía Nacional, pasan a estar a cargo del control y vigilancia fronteriza para impedir el paso de migrantes. Con esto, el gobierno de Boluarte busca cubrir las serias denuncias que pesan sobre su gestión por violación a los derechos humanos y por actos de corrupción.
Hasta la denominada Línea de la Concordia en la región de Tacna han llegado 196 militares y 390 agentes de la Policía Nacional para reforzar el control migratorio de la zona, esto ante la llegada de cientos de migrantes venezolanos, colombianos, haitianos y de otras nacionalidades provenientes de Chile.
Este retorno masivo de migrantes por la zona sur del Perú, se da a raíz de las políticas represivas y xenófobas que viene llevando adelante el gobierno de Gabriel Boric. Del lado de Perú el gobierno golpista de Dina Boluarte pretende utilizar la crisis migratoria para lavarse la cara y para tratar de legitimar el accionar policial y militar después que estas instituciones represivas hayan sido las responsables materiales de los casi 70 muertos y los miles de heridos durante el último levantamiento popular contra el actual gobierno nacido del golpe parlamentario del 7 de diciembre del 2022.
Boluarte, de la mano de los grandes medios de comunicación regional y nacional, pretende relacionar la migración con la delincuencia; sin embargo, de acuerdo a las cifras oficiales del Instituto Nacional Penitenciario INPE, la población de extranjeros en Perú no supera el 4%. Además, no podemos perder de vista que diversos informes especializados han puesto en evidencia que el crimen organizado (responsable de las mayores cifras de inseguridad ciudadana), está relacionado con la existencia del narcotráfico y las redes de trata de personas, las cuales actúan en complicidad de autoridades políticas, policiales y militares.
Retener el paso a los migrantes, donde un gran porcentaje son niñas/os y mujeres, obligándolos a permanecer en el desierto de la frontera peruano-chilena, tiene que ver con la estrategia de la golpista Dina Boluarte de sacar del centro el cuestionamiento a su gobierno y apelar al chovinismo xenófobo, arraigado en algunos sectores de la población peruana golpeada por la crisis económica y por las campañas de odio de los sectores reaccionarios que a diario bombardean desde la gran prensa. De esta manera, el gobierno puede crear un “enemigo nacional” expresado en las y los migrantes, que les permite desviar la atención y la bronca de la población.
Toda esta situación que golpea duramente a los migrantes que hoy se encuentran en Perú y Chile, nos muestra que su situación, lejos de mejorar, tiende a agravarse mucho más. Recordemos que las condiciones de vida que las grandes mayorías trabajadoras vienen enfrentando son cada vez más difíciles. Boric llegó al gobierno gracias a que logró capitalizar toda la fuerza de la movilización y la gran lucha del pueblo chileno contra la herencia constitucional de la dictadura pinochetista, sin embargo, vemos hoy, como recurre a los mismos instrumentos y políticas de su antecesor, Sebastián Piñera.
Vemos también como el gobierno golpista de Dina Boluarte y los cada vez menos "progresistas" gobiernos de Luis Arce y Gabriel Boric coinciden en aplicar las mismas medidas represivas y criminalizadoras contra las y los migrantes pese a sus supuestas “profundas” diferencias ideológicas.
Todo esto pone de relieve que solo la unidad y la movilización independiente y sin fronteras de los trabajadores y trabajadoras, de las comunidades indígenas y campesinas, del movimiento estudiantil y de la juventud trabajadora, del movimiento de mujeres y de las disidencias, pueden arrancar salidas progresivas y democráticas para las y los migrantes.
Es por todo esto que desde La Izquierda Diario Perú, rechazamos, denunciamos y luchamos rotundamente contra toda acción y actitud chovinista, xenófoba, racista y militarista de estos gobiernos. Estas agresiones y la militarización de las fronteras generan mayores riesgos y atentan contra los derechos humanos fundamentales de miles de trabajadoras y trabajadores migrantes de todo el continente que buscan sobrevivir la precariedad de las condiciones de vida que nos impone el capitalismo y que se viene agravando con la crisis económica mundial.