Comenzó el juicio contra el cura Nicolás Parma, acusado de abuso sexual contra seminaristas que tenía a su cargo en la Iglesia Exaltación de la Santa Cruz, de Puerto Santa Cruz. Integraba la Congregación "Hijos de Jesús San Juan Bautista", fundada por Agustín Rosa Torino, ex cura recientemente condenado en Salta por el mismo delito.
Valeria Jasper @ValeriaMachluk
Martes 31 de agosto de 2021 21:34
Este martes comenzó el juicio contra el cura Nicolás Parma, acusado de “abuso sexual doblemente agravado, doblemente ultrajante y corrupción de menores”. El debate -que no contará con participación de público- está a cargo de la Cámara Criminal de la Primera Circunscripción Judicial de Río Gallegos. Es el primer juicio que se realiza en la provincia contra un sacerdote.
Parma, quien se hacía llamar "Padre Felipe", pertenecía a la Congregación "Hijos de Jesús San Juan Bautista", fundada en 2006 en Salta por el cura Agustín Rosa Torino, condenado en julio pasado a 12 años de prisión por el mismo delito.
Los delitos por los que se lo acusa, ocurrieron entre los años 2009 y 2012. Yair Gyurkovitz y Jonatan Alustiza son los denunciantes y, a su vez, sobrevivientes de Rosa Torino.
La causa comenzó cuando Yair salió del noviciado en Puerto Santa Cruz y viajó a la provincia de Salta para contarle a Rosa Torino sobre los abusos que sufrió por parte de Parma. El jefe de la Congregación no solo insistió en que se mantuviera en silencio, también lo sometió sexualmente.
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Tras una investigación realizada en el año 2016 sobre Rosa Torino en Salta, saltó el nombre de Nicolás Parma, quien se encontraba realizando su tarea sacerdotal en el sur argentino. En 2017 los hechos vinculados a Parma fueron girados a Puerto Santa Cruz a manos de la jueza de instrucción Noelia Ursino, quien llevó a cabo la investigación.
A la par, la jerarquía católica, como de costumbre, activó su plan de evacuación y Parma fue trasladado en 2012. El Vaticano lo envió a Italia, paseó por los estadios de fútbol de España y en octubre del 2018 la Justicia lo encontró en Tucumán, desde donde fue trasladado a Santa Cruz, donde permanece detenido.
Liliana Rodríguez, psicóloga e integrante de la Red de Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos, en diálogo con este medio, reflexionó sobre la trascendencia de este proceso. "Este es un juicio muy particular. Los dos sobrevivientes, Yair y Jonathan, han denunciado a dos curas de la Iglesia Católica por abuso. Uno en Salta, Rosa Torino, condenado a 12 años de prisión, y el otro es Nicolás Parma. No es menor la valentía de denunciar a dos curas".
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En referencia al encubrimiento que rodea a Parma, agregó que "ninguno de los dos curas desconocía que eran abusadores ambos. De hecho Rosa Torino rescata a Parma, que fue echado del Seminario de Entre Ríos y estuvo 8 años ´formándose´ en Salta y luego va al sur".
Los sobrevivientes, que afrontaron con valentía este camino, desde la denuncia en 2016, dieron su testimonio con total contundencia, dejando su historia y su verdad en manos de la justicia. "Todo lo que ellos podían hacer por su propia historia y por toda una sociedad lo hicieron hoy, ahora es responsabilidad absoluta del tribunal la respuesta que dé. Esperamos una sentencia ejemplar: cárcel común y efectiva para todos los curas abusadores", manifestó la profesional.