El 16 de marzo se cumplió un nuevo aniversario del secuestro y desaparición de Matilde Itzigsohn, trabajadora del Astillero Río Santiago. Su hija Maine García, militante del PTS y miembro de Hijas La Plata- Ensenada, la recordó en un emotivo homenaje en la Casa cultural y socialista Rebelión.
Domingo 17 de marzo 14:30
Matilde Itzigsohn era conocida como “Tili”. Estudiaba Física y desde 1972 se desempeñó como operadora de IBM en el Astillero Río Santiago. Luchaba por las condiciones de trabajo y lo hacía desde una perspectiva de género. Peleó entre otras cosas por conquistar una guardería dentro de la fábrica.
El 16 de marzo de 1977 Matilde llevó a sus hijas Lucía y Maine con sus abuelos maternos. Meses antes su compañero Gustavo Delfor García Cappannini había sido secuestrado. Luego de retirarse de la casa de sus padres Matilde fue secuestrada, en el barrio porteño de Almagro. El testimonio de sobrevivientes indica que fue vista en los centros clandestinos de la ESMA y Atlético. Tenía 27 años y fue parte de una generación de trabajadoras y trabajadores que durante los años 70 encabezaron un enorme proceso de radicalización sindical y política.
Al cumplirse 47 años de la desaparición de “Tili”, su hija Maine García, militante del PTS y miembro de Hijas La Plata- Ensenada, la recordó este viernes en un emotivo homenaje en la Casa cultural y socialista Rebelión.
Homenaje a las mujeres que lucharon por cambiarlo todo
Juliana Yantorno, dirigente de la Juventud del PTS, socióloga y becaria doctoral del CONICET, sumó al homenaje una reivindicación de Matilde y, a través de su historia, la de toda una generación de mujeres que levantaron la militancia revolucionaria en los años 70. Compartimos sus palabras.
“Cuando se suele hablar en la academia e incluso en los espacios militantes de la lucha de los años 70 la imagen que se nos viene a la cabeza es la de trabajadores varones en las fábricas y en las calles. Pero no es esa la única historia. Está la historia de miles de mujeres, como Matilde, que rompieron todos los parámetros de su época. Mujeres que salían del ámbito doméstico e ingresaban al mercado laboral. En el caso del Astillero, eran 120 mujeres que trabajaban en un mar de varones. La gerencia militar de la empresa, como explica Ivone Barragán, fortalecía una imagen reaccionaria y tradicional de las mujeres, renegaba de consolidar un lugar para ellas en la representación obrera, excluyéndose del espacio fabril. Las fábricas eran espacio de los hombres. También lo era la militancia. El deber de las mujeres era estar en los hogares, siendo madres y buenas esposas. Ellas también subvirtieron ese deseo, muchas fueron madres y esposas, pero también fueron trabajadoras y militantes motivadas por el deseo de cambiarlo todo.
Durante aquellos años, en el Astillero se vivió de los procesos más avanzados de democracia sindical. Durante los años 1973 a 1975 llegaron a cuestionar la relación de fuerza al interior de la fábrica. Las y los trabajadores fueron quienes construyeron el convenio colectivo de trabajo con conquistas de derechos laborales, que defienden hasta el día de hoy. Matilde fue parte de este proceso, fue delegada de la fábrica, militante de JTP - montoneros, junto con Ana María Nievas fueron las únicas dos mujeres dentro de los 53 delegados del Astillero. Lucharon por los salarios, las condiciones de trabajo, ropa de trabajo para las mujeres, y en particular para que en el Astillero haya un jardín para los hijos de los trabajadores. Estos procesos de organización trastocaron las relaciones de género en la fábrica, posibilitando la construcción de un rol y un lugar como trabajadoras.
En este proceso, las mujeres tuvieron que enfrentar a la violenta represión estatal, a las patronales, militares, y a la burocracia sindical: los golpes hacia el final de cada asamblea, la amenaza a delegados de las corrientes más combativas, y el peligro físico por la represión estatal. Matilde luchaba contra todo estos ataques. Matilde fue un flanco de los embates de la burocracia en el Astillero, con profundas connotaciones de género y antisemitismo. En el Archivo de la DIPBA se encuentra un volante que decía ante un lock out patronal: “Los que hace años que trabajamos en este Astillero, vemos que esta situación se la debemos a la acción de los Troskos, Montos, Comunachos, a la Judía Matilde que se han pasado jodiendo con pedidos pelotudos… Mientras tanto nosotros los que llevamos años trabajando en la empresa miramos como unos pelotudos que nos llevan como ovejas siguiendo a los chantas. Esto no va más, luchemos para que se reabra la fuente de trabajo y que se limpie tanto de abajo como de arriba de “zurdos” y corrompidos nuestro querido astillero”. Firmado por el Comando Restaurador Nacional Justicialista.
Este odio de la burocracia se debe a que Matilde además de ser mujer, era parte de las y los trabajadores combativos que buscaban desarrollar la democracia sindical en la fábrica Había una predisposición a la lucha por parte de las bases, que en más de una ocasión sobrepasaba a las direcciones sindicales. Esto es lo que tanto les molestaba.
Este poder que se comenzaba a gestar al interior de las fábricas, como núcleo de la combatividad y democracia obrera es lo que la dictadura vino a destruir. Fueron 44 los trabajadores detenidos ilegalmente y que permanecen desaparecidos, 12 fueron asesinados entre finales de 1975 y en 1976. Algunos desaparecidos en los años siguientes, otros secuestrados y liberados. En total hay 70 víctimas. Además, hubo 34 trabajadores despedidos por la Ley N°21.274 de prescindibilidad, 299 despedidos por la Ley N°21.260 de personal por seguridad nacional (dentro de los cuales se encuentra Matilde) y renunciaron 1.200 trabajadores en los dos primeros años de la dictadura. La fuerza de tarea N°5 era la encargada de ejecutar estos planes en los partidos de Berisso, Ensenada y territorios aledaños, también conocida como “Agrupación Río Santiago”.
El 24 de marzo detienen a Ana María Nievas, también trabajadora del Astillero. En los juicios de Verdad realizó el siguiente testimonio: “A cada pregunta que respondía "no se” “nose” me pegaban, Me sentía como en un ring.” “Me decían si conocía a “TIli”. A Matilde la detienen el 16 de marzo de 1977 en Almagro.
Quienes compartieron la militancia con Matilde, como Mario Pelaéz, vieron en las peleas y conquistas de la actualidad una forma de traer al presente la memoria, y conmemorar esas luchas del pasado. En una entrevista que le hizo Maine, hija de Matilde, cuenta que: “Tilly era la única mujer en la agrupación. Gracias a ella ahora está la guardería en el convenio colectivo de trabajo. Es una forma de reivindicar su militancia, de que a pesar de todo está acá y nos pertenece.” En el año 2013 el Astillero pone en pie un jardín para las y los hijos de los trabajadores y lo nombran “el jardín de Tilli”.
A la vez, muchas trabajadoras al calor de lo que fue el movimiento feminista fueron en búsqueda de este pasado para reafirmar que las mujeres también fueron parte de la tradición combativa de la fábrica. Así nos lo relata en el año 2019 una trabajadora: “Nos está pasando que se están jubilando las compañeras que lucharon por la fábrica. Sabemos que tenemos una historia, pero no es nuestra. La sabemos, sabemos que hubo compañeras que lucharon, que hay una historia, que hay compañeras desaparecidas como Matilde, tenemos que tomar esa historia.”
En búsqueda de esta historia, las trabajadoras le pidieron a Maine que en el segundo boletín de la comisión de mujeres escriba sobre su mamá. Hoy en Matilde las trabajadoras encuentran una forma de seguir peleando por ser parte del colectivo obrero y de la tradición de lucha de la fábrica.
Reivindicar la militancia revolucionaria de trabajadoras como Matilde para hoy retomar, como desean las trabajadoras de la fábrica, esa historia en nuestras manos”.