Mientras el gobierno del MPN repite en cada acto y en cada entrevista de campaña que el sistema público de salud de Neuquén es el mejor de Latinoamérica, el único servicio público de radioterapia, que funciona en el Hospital Castro Rendón, el hospital de mayor complejidad de la provincia, está a punto de colapsar. La bomba de “Cobalto 60” con la que se realizan los tratamientos radiantes a los pacientes oncológicos, en pocos meses cumplirá 35 años desde su instalación y este tipo de aparatologia (imprescindible en ciertas patologías y estadios oncológicos) comienza a deteriorarse a pasos agigantados.
Martes 7 de abril de 2015
Recientes informes técnicos señalan desgastes, ya irreparables de la bomba de cobalto, propios de su uso cotidiano. Fallas cada vez más recurrentes con graves deterioros de repuestos esenciales.
Este equipamiento desde hace décadas en la mayoría de los países del primer mundo, lo califican como obsoletos y hasta peligrosos tanto para los pacientes como para los trabajadores.
Al dejar de fabricarse, los repuestos que se averían o fallan son difíciles de conseguir y los pocos que se encuentran son usados, sin garantía ni certeza de que funcionen correctamente. Al poseer una fuente continua de radiación, el mantenimiento y correcto funcionamiento es imprescindible para evitar cualquier tipo de accidente radiactivo.
Sin embargo las políticas de salud pública de la provincia y de nuestro país aún los conservan.
Ante esta situación, muchos tratamientos de alta complejidad deben ser derivados a clínicas y centros privados de tratamiento que cuentan con Aceleradores Lineales de Electrones, equipos seguros, fiables y utilizados en todo el mundo ya que por su versatilidad logran una eficacia clínica imposible de igualar con una Bomba de Co60.
Los trabajadores del sector junto a familiares y pacientes del sistema público de salud venimos denunciando esta grave situación y reclamando la instalación y puesta en marcha de un Acelerador para garantizar una atención de calidad a la población.
Pero a pesar de las denuncias públicas y de los reclamos realizados por la Jefatura del servicio, las únicas respuestas que obtuvimos de la dirección del Hospital y de las autoridades durante todos estos años fueron promesas vacías con meros de fines electorales.
Frente a esta situación nos venimos organizando en el servicio de oncología y junto a Favea (Familiares amigos, vecinos agrupados), y el resto de los trabajadores del Hospital vamos a seguir haciendo denuncias públicas, exigiendo la inmediata instalación y puesta en marcha de un Acelerador Lineal de electrones, que se garantice el mantenimiento adecuado, la construcción de un nuevo bunker acorde a los planos ya presentados, capacitación a los trabajadores para desempeñarse en sus tareas de forma segura y actualizada.
Los trabajadores de la salud junto a los pacientes y familiares somos los únicos interesados en defender el sistema público de salud. Somos el equipo de salud y no los funcionarios a sueldo, los que día a día garantizamos con nuestro trabajo y nuestra lucha una atención de calidad a la población.