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Red Internacional
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Ultraderecha. Kast, Bukele, Orbán y republicanos

En entrevista con Canal 13, el representante de la ultraderecha chilena, José Antonio Kast, dió cuenta de sus giras internacionales del último tiempo, donde aprovechando el clima que se vive en el país, viajó a El Salvador a conocer la carcel especial que instaló Bukele. Defendió el régimen carcelario, las políticas de restricciones democráticas de El Salvador así como de otros referentes de la ultraderecha internacional como Orbán en Hungría.

Lunes 15 de abril

Después de un breve periodo de “ausencia” en los medios tradicionales del país, José Antonio Kast dio una larga entrevista a Canal 13 donde habló de variados temas. Uno de los segmentos más largos que dedicó fue a propósito de su viaje a El Salvador a conocer la cárcel de máxima seguridad construida por Bukele.

Kast llevaba un buen rato coqueteando con la figura de Bukele, no tanto por sus ideas económicas o religiosas, sino por su política de seguridad y el combate a las maras y el crimen organizado.

Para variar Kast defendió el Estado policial que se vive actualmente en El Salvador que, bajo la excusa del ataque a las pandillas, las autoridades declararon a las pandillas como organizaciones criminales (luego terroristas) y con total arbitrariedad comenzaron a detener, incluso sin cargos a los miembros de dichas organizaciones (como ha sido denunciado por organizaciones de defensa de derechos humanos). Kast alabó los cambios legislativos, sin mencionar queBukele metió a los militares en el parlamento como amenaza contra sus miembros para que se aprobaran sus reformas.

Cuando Iván Valenzuela (conductor del programa) le consultó a Kast sobre las denuncias de violaciones a los DDHH, él solo se limitó a señalar que no vio nada que pueda catalogarse como tal y justificó que quienes están bajo dicho régimen carcelario son violadores, asesinos, etc., lo mismo que señala el gobierno pero que ha sido desmentido por parte de organizaciones independientes que denuncian que entre los presos habrían personas inocentes que fueron encarceladas por denuncias anónimas.

Acto seguido Kast defendió el régimen de partido único que ha instalado Bukele, haciendo la vista gorda a la maniobra que este hiciera para saltar la constitución e instalarse como candidato nuevamente y lo justificó con la alta votación que obtuvo “la gente lo votó” dice Kast.

También durante la entrevista Kast defendió las políticas conservadoras que instaló Orbán en Hungría y señaló que estas serían subproducto de la reacción que generó el modelo instalado por el estalinismo (comunismo dice Kast), además defendió las manipulaciones que hiciera Orbán para obtener el control total del parlamento, los tribunales de justicia y las políticas reaccionarias en torno al aborto, matrimonio igualitario, y otras.

Kast defendió el régimen húngaro diciendo que “no hay denuncias internacionales”, aun cuando el parlamento europeo se ha pronunciado contra muchos de los cambios impuestos por uno de los referentes de la ultraderecha nacionalista y euroescéptica.

En un año electoral, Kast vuelve a arremeter con su política ultraderechista y conservadora para seguir golpeando el tablero nacional y poner presión sobre Chile Vamos y sobre todo a la UDI.

Con el problema de la seguridad como punto principal, Kast redobla la apuesta que han venido instalando desde su sector, donde el discurso de “correr bala” contra la delincuencia cala en sectores de la población, Kast y republicanos aspiran a sacar réditos políticos de un clima que el gobierno ha tomado como propio y donde la legitimidad de las policías sube aun cuando se destapan nuevos casos de corrupción (como el de la PDI). Lo mismo ocurre con la política antiinmigrante donde han sido los primeros en criminalizar a la población venezolana.

Cuando asumió el gobierno de Gabriel Boric se señaló que dicha opción servía para parar a la ultra, pero lejos de esto, Kast y los republicanos siguen más vivos que nunca. La política adoptada por el oficialismo de gobernar con las ideas de la derecha, solo le ha permitido a este sector instalar sus sentidos comunes como se refleja claramente en los temas de seguridad.

Para combatir coherentemente a la derecha hay que construir una izquierda alternativa, independiente del gobierno, del PC y todas las variantes que se subordinan al Frente Amplio, que desde el gobierno defienden el consenso neoliberal. Romper la confianza en el gobierno y apoyar los conflictos abiertos como el de profesores en Antofagasta o la movilización de los trabajadores de Huachipato, es clave para avanzar a coordinar y unificar los conflictos abiertos. Estos dos puntos serán de vital importancia de cara al próximo ciclo electoral, donde los partidos de los 30 años buscarán renovar sus credenciales de apoyo de la clase trabajadora y los sectores populares, todo esto solo para seguir defendiendo los intereses de los grandes grupos empresariales y transnacionales.