El fallo de tercera instancia era el último recurso que tenía el expresidente. La Justicia ratifica su dependencia del gobierno de turno, especialmente de los de derechas.
Martes 8 de septiembre de 2020 00:44
Rafael Correa ha quedado definitivamente apartado de la política de cara a los comicios de 2021, después de que la Justicia ecuatoriana desestimara su recurso para anular la sentencia a ocho años de prisión e igual tiempo de inhabilitación política por cohecho en el caso "Sobornos 2012-2016".
El tribunal de Casación de la Corte Nacional de Justicia (CNJ) consideró que no se produjo ninguna irregularidad en el debido proceso por lo que no cabe la anulación del dictamen. En la causa también se condenó a otras quince personas con distintas penas.
"Este Tribunal, con base en los artículos 657 numerales 5 y 6 del Código Integral Penal (COIP) declara improcedente los recursos de casación", dictó la Corte.
De esta manera, el ex mandatario queda impedido de participar en los comicios del 7 de febrero próximo, en los que aspiraba a la Vicepresidencia de la mano de Andrés Arauz, un joven salido de las filas de su movimiento Revolución Ciudadana.
El caso "Sobornos", también conocido como caso "Bochornos” por la cantidad de irregularidades y arbitrariedades que se cometieron en el proceso, trata de una supuesta red de corrupción mediante la cual se habrían recibido "aportes indebidos" en el palacio presidencial de Carondelet, entre 2012 y 2016. El dinero habría ido a financiar de forma irregular al movimiento oficialista Alianza País, a cambio de la adjudicación de millonarios contratos del Estado a empresas, entre ellas Odebrecht.
Más allá que todos los gobiernos capitalistas utilizan de una u otra forma mecanismos de ese estilo para financiarse, en verdad no hubo ninguna prueba sólida en el juicio. En los hechos resultó similar a otros casos ocurridos en la región en la última década, como por ejemplo el del ex presidente Lula: la Justicia actúa según intereses políticos orientados a fortalecer las variantes más de derecha en el poder.
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Correa, denunció ser víctima de una persecución política por parte de su ex aliado y actual mandatario Lenín Moreno, cuando fue condenado en primera y segunda instancias (en abril y julio respectivamente) por el delito de cohecho como autor mediato. En el fallo, verdaderamente insólito, se argumentó una “influencia psicológica” en los supuestos sobornos.
“Finalmente lo lograron. En tiempo récord sacan sentencia “definitiva” para inhabilitarme como candidato”, dijo en esa oportunidad el ex presidente ecuatoriano a través de Twitter. Correa, desde su residencia en Bélgica, agregó: “No entienden que lo único que hacen es aumentar el apoyo popular. Yo estaré bien. Denle toda la solidaridad a perseguidos allá”. Y por último remató: “a lo único que nos condenan es a vencer”.
Finalmente lo lograron. En tiempo récord sacan sentencia “definitiva” para inhabilitarme como candidato
No entienden que lo único que hacen es aumentar el apoyo popular
Yo estaré bien. Denle toda la solidaridad a perseguidos allá
Recuerden: a lo único que nos condenan es a vencer pic.twitter.com/3XKCPBh3Bi— Rafael Correa (@MashiRafael) September 7, 2020
El correísmo recurrirá ahora a organismos internacionales, pero la suerte está echada. La última fecha para la presentación de listas es en 10 días, de ahí la rapidez de este último fallo.
El tribunal también confirmó la condena de Jorge Glas, el ex vicepresidente de Correa y luego de Lenín Moreno, que cumple seis años de cárcel por otro caso: "Como líder de Alianza País, con su selecto grupo a su orden afines al Gobierno, la recaudación de valores instigó y aconsejó a Pamela Martínez (otra acusada) para que arme la distribución de los sobornos y el sistema ilícito en una oficina paralela a la Presidencia de la República".
Lenín Moreno, se presentó como un “ala moderada” del correísmo en las elecciones de 2017 con el apoyo explícito del propio Correa que pretendía una “continuidad con cambios”, léase más a la derecha. Pero tras su acceso al poder, Moreno giró rápidamente a la derecha, rompió con sus aliados, y comenzó a aplicar una política de corte netamente neoliberal (a diferencia de su antecesor que coqueteaba con el tenue populismo de su Revolución Ciudadana).
Acompañando ese giro neoliberal y proimperialista, enseguida se vio un aumento del autoritarismo del régimen dentro del que se enmarca la persecución política contra Correa, Glas, y otros referentes opositores. Este autoritarismo llegó al punto más alto en octubre del año pasado cuando el estallido social contra un paquetazo de ajuste fue sangrientamente reprimido dejando decenas de muertos, heridos y detenidos.
En 2020, Lenín Moreno fue noticia por la desastrosa gestión de la pandemia, con imágenes de muertos en las calles que recorrieron el mundo. La economía está por el piso, se espera que el PBI caiga alrededor de un 10%, y el gobierno descarga la crisis sobre los trabajadores y el pueblo con despidos y recorte de subsidios.
Para ir cerrando el año con todo, el pasado mes de agosto firmó un acuerdo de rescate financiero con el FMI por 6.500 millones de dólares. A cambio, se comprometió a una serie de “reformas estructurales” que no fueron especificadas pero que significarán nuevos golpes contra las grandes mayorías, ya sea con ajuste fiscal, flexibilización laboral o apertura económica para mayores negocios de los grandes monopolios.
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