La semana que pasó se le rindió un homenaje a los ocho militantes del PST asesinados hace 40 años. Una oportunidad para reflexionar sobre la militancia revolucionaria de ayer y de hoy.
Juana Galarraga @Juana_Galarraga
Sábado 12 de septiembre de 2015
El 4 y 5 de setiembre se cumplieron 40 años de la llamada Masacre de La Plata. En 1975 ocho jóvenes militantes del Partido Socialista de los Trabajadores (PST) fueron torturados y fusilados por la Triple A. Cinco de ellos cuando se disponían a llevar un fondo de huelga a los trabajadores de Petroquímica Sudamericana (hoy Mafissa) y los otros tres cuando organizaban el repudio por la desaparición de sus compañeros.
El Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) homenajeó el último martes a Roberto “Laucha” Loscertales, Adriana Zaldúa, Héctor Frigerio, Ana María Guzner Lorenzo, Lidia Agostini, Oscar Lucatti, Carlos Povedano y Patricia Claverie, con un acto en el que participaron más de doscientos jóvenes y trabajadores de la zona junto a algunos camaradas de los años 70.
En el panel estuvieron Carlos “Titín” Moreira, Walter “Pata” Moretti y Jorge “Turco” Sobrado, exmilitantes del PST y actuales miembros del PTS. También se invitó a Sergio Hernández, militante trotskista de la regional del PST en La Plata en los 70.
En el inicio de la charla se planteó que el PTS rompió en 1988 con la corriente morenista que formó el PST en los 70 y el MAS en los 80, tomando lo que tuvo de correcto pero superándola estratégica y políticamente. Sin embargo el homenaje a los compañeros caídos del PST era más que necesario porque fueron parte de la tradición trotskista en nuestro país.
La masacre previa a la dictadura ha sido siempre silenciada. Más de dos mil compañeras y compañeros de la vanguardia obrera y estudiantil fueron asesinados o desaparecidos por las bandas fascistas de la Triple A, organizadas por el gobierno peronista, abriendo el camino a la dictadura cívico militar que llegó el24 de marzo de 1976.
“Es muy importante este homenaje más allá de la época, porque cuando yo entré a trabajar a Mafissa en 2005, donde antes los Curi tenían Petroquímica Sudamericana, ni siquiera sabía que ahí había obreros desaparecidos y que militantes habían sido asesinados por llevar la solidaridad con su lucha. Esta historia los jóvenes tienen que conocerla. Hacemos esta charla para homenajear a los militantes caídos y para que las viejas camadas entreguen a los más jóvenes su experiencia de lucha en estos más de 40 años”, señaló Hernán García, actual trabajador del Astillero Río Santiago y referente de la lucha de Mafissa de 2008.
El "Pata" Moretti planteó que "la masacre fue una política que apuntó a dar un duro ataque a la izquierda. Siempre cuando nos referimos a los 70, la mayoría de los textos hacen referencia a la izquierda guerrillera y se conoce menos la izquierda que se insertaba en el movimiento obrero y estudiantil y era parte de su proceso de lucha y organización, como fue el PST".
“En la época del golpe hacíamos homenajes a los compañeros en el cementerio. Íbamos a la tumba de Adriana, algunos compañeros hablaban y después cantábamos La Internacional. Parece mentira que en ese lugar podíamos hacer un homenaje así, en esa situación”, recordó Sergio Hernández.
“Eran jóvenes revolucionarios que peleaban por terminar con esta sociedad capitalista, por el socialismo, por la IV Internacional bajo la bandera del trotskismo y por eso fueron asesinados", explicó "Titin" Moreira. Y agregó que "los desaparecieron no solo porque eran combativos, por ir a apoyar la huelga de Petroquímica Sudamericana. El PST era un partido de vanguardia, pequeño, que tiene 16 camaradas asesinados por la Triple A, y 100 en total entre desaparecidos y asesinados por la dictadura”.}
Los obreros, las tareas y el partido
Una de las ideas que más se destacó durante el homenaje, fue la necesidad de reivindicar el carácter combativo y revolucionario de los militantes caídos por la Triple A y por la dictadura, a pesar de las diferencias teóricas, políticas y organizativas con el PST.
En este sentido, Moreira expresó la importancia de aprender de los errores del pasado: “El PST tuvo una política equivocada. Primero intentó mantener los locales abiertos cuando nos volaban uno por semana. No sacó las conclusiones de que había una guerra civil que ya empezaba. Además lanzó una política democratizante porque se pensó que no estaban dadas las condiciones para la autodefensa, cuando en realidad hubo trabajadores como los de Propulsora, que esperaban a los fachos en la fábrica con escopetas".
“Frente a los grupos fascistas el PST impulsó una política de frente democrático con todos los partidos, al que supeditó toda su política. Sacaba declaraciones, pedía entrevistas a ministerios, al gobierno. Trataba a través de la vía democrática combatir a las bandas fascistas amparadas en el Estado. ¿Se imaginan hacer un frente con Balbín que fue el que dijo que había que terminar con la guerrilla fabril? No podés enfrentar a las bandas fascistas con los métodos de la democracia burguesa. Fue una política impotente y fracasó”, explicó "Titín".
“Ustedes no se pueden imaginar, pero en ese momento en el local de calle 54 nosotros lo único que teníamos para defendernos de los fachos eran sifones. Estaban en fila en el balcón”, comentó Sergio Hernandez.
A pesar del accionar cada vez más violento de la Triple A, la tarea militante por aquel entonces era intensa: “Nos decían pata de fierro, estábamos todas las madrugadas en la puerta de las fábricas con el periódico en la mano, esperando el cambio de turno de los obreros. Una vez tuve que seguir a un trabajador que había tenido una buena participación en una asamblea, pero era un lumpen. Lo seguí por todos los billares de Berisso y el hipódromo para tratar de convencerlo de sumarse al partido. Casi me vuelvo lumpen yo, pero por suerte terminó militando -recordó Sergio-. Cuando uno descubre el marxismo, cuando un obrero descubre el marxismo, no hay vuelta atrás. Toda su perspectiva cambia”.
Según comentaron los integrantes del panel, al fundar el PTS fue necesario sacar las conclusiones acerca de los errores cometidos que impidieron al PST aprovechar oportunidades históricas y estar a la altura de las tareas que le imponía el movimiento obrero y estudiantil en lucha.
“Hoy nos tenemos que preparar, los jóvenes se tienen que preparar, para ser más revolucionarios cada día. Es difícil construir un partido revolucionario en una etapa no revolucionaria. Hay que amigarse más con la realidad de la tarea histórica que nos toca. Es apasionante el desafío que tiene hoy el PTS de construir un partido revolucionario de la clase trabajadora”, destacó Moreira.
Para finalizar, "Quique" Ferrer, fundador del PTS y trabajador del Astillero Río Santiago, tomó la palabra y sintetizó el eje central que atravesó todo el homenaje: “Los obreros van a salir a pelear inevitablemente con o sin nosotros, porque nadie quiere que le pisen la cabeza. Pueden ganar una huelga o un mejor salario, pero esos triunfos son efímeros si no van acompañados por la construcción de un partido revolucionario que pelee por un objetivo superior”.