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Red Internacional
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Escalada militarista. La OTAN lanzó el mayor ejercicio militar desde el fin de la Guerra Fría

La operación “Steadfast Defender 24” moviliza a unos 90.000 hombres y mujeres de 32 países de la OTAN, así como 1.100 vehículos blindados, incluidos 166 tanques de combate. Es un mensaje para Rusia y una confirmación del rearme militarista del imperialismo europeo y la OTAN.

Martes 19 de marzo 13:44

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El extremo norte de Noruega es actualmente escenario de un ejercicio que moviliza a más de 20.000 soldados. En medio de la nieve, junto a tanques que circulan en el frío polar, estos hombres y mujeres de los ejércitos de 13 países diferentes de la OTAN, repiten el escenario de un conflicto abierto en el Círculo Polar Ártico.

Semejante despliegue tiene una razón: el derretimiento del hielo en el ártico, zona fronteriza directa entre la OTAN y Rusia, empieza a dejar al descubierto más de 1 billón de dólares en materias primas (que aviva los deseos de las burguesías de las principales potencias imperialistas), y podría ser el terreno de un conflicto futuro.

Este ejercicio, iniciado a principios de marzo, forman parte de la mayor serie de ejercicios militares realizados en Europa desde el final de la Guerra Fría y se acerca, en términos numéricos, a la Operación “Reforger” que, en 1988, movilizó a más de 125.000 soldados. Esta operación a gran escala, en las llanuras de Polonia y Noruega, denominada “Steadfast Defender 24” moviliza a más de 90.000 soldados, 1.100 vehículos blindados, apoyados por más de 50 barcos y 80 aviones.

Una operación de disuasión militar

Desde el lanzamiento de la ofensiva rusa en Ucrania, la OTAN ha decidido poner fin a tres décadas de lento desarrollo de sus fuerzas militares. La alianza atlántica está buscando reafirmar su control sobre la tradicional zona de influencia de Rusia. "Destinada a reforzar los resultados del despliegue de la OTAN, Steadfast Defender se centra en exigir un entrenamiento defensivo y disuasivo", afirma el Ministerio de las Fuerzas Armadas francés en un comunicado de prensa, subrayando el interés preventivo de la operación, destinada a disuadir a Putin y a los líderes rusos de cruzar una “línea roja” atacando a un país miembro de la Alianza.

Rusia, que nunca aparece mencionada en los comunicados de prensa de la OTAN, aparece así como el verdadero destinatario de la demostración de fuerza atlantista, como lo demuestra, por ejemplo, la operación "Dragón 24", durante la cual las tropas tendrán que avanzar más rápido. hacia la frontera entre Polonia y Bielorrusia: un movimiento de tropas lógico en el caso de que Moscú tomara el corredor de Suwalki, un corredor de 85 kilómetros que separa Bielorrusia de la provincia de Kaliningrado y que constituye un punto estratégico para los intereses militares rusos.

Preparando a la "opinión pública" para la batalla

Más allá de preparar a los ejércitos de los países miembros de la OTAN para un posible conflicto con Rusia, y de la función disuasoria de la operación, "Steadfast Defender 24" cumple otra función: ir ganando una base social para la posibilidad de un conflicto generalizado en el continente europeo. Por tanto, la operación se inscribe en un contexto más amplio de militarización, en el que la hipótesis de una guerra a gran escala debe ser aceptable para las poblaciones afectadas.

Prueba de ello es la extralimitación militarista demostrada por los dirigentes de los países miembros de la Alianza, incluida Alemania que, tras aumentar su presupuesto militar tras el conflicto ucraniano, está considerando la posibilidad de restablecer el servicio militar obligatorio. En cuanto a Francia, Emmanuel Macron intentó posicionarse como líder de los partidarios de la escalada bélica, afirmando en varias ocasiones que no excluía la posibilidad de enviar tropas sobre el terreno ucraniano y firmando el 16 de febrero un acuerdo bilateral con Ucrania.

Se trata de una escalada militarista que debe ser combatida y denunciada urgentemente. Cualquiera que sea el resultado de la guerra en Ucrania, Europa ya se ha convertido una vez más en una región peligrosa y altamente militarizada donde podrían estallar conflictos de alta intensidad. Esto es también lo que nos recuerda el mayor ejercicio militar de la OTAN desde el final de la Guerra Fría.