La Policía reedita sus peores métodos con controles a los pasajeros de colectivos que circulan por la provincia de Buenos Aires, al estilo de los procedimientos reglamentados y usados en la dictadura.
Domingo 18 de junio de 2017 11:39
El Ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires prometió controles policiales en los colectivos para persuadir a los gremios de levantar el paro del jueves 15 pasado originado en la muerte de un chofer.
Así Cristian Ritondo y todo el Gobierno de Cambiemos aprovecha para avanzar en sus métodos represivos, esta vez interceptando a los colectivos que circulan por la provincia de Buenos Aires y pidiendo identificación a los hombres que en ellos se encuentran incluso haciéndolos descender para revisarlos. En caso de no tener identificación amenazas con llevarlos demorados.
El testimonio de Evelin a este diario, una pasajera de la línea 103 y estudiante de Derecho bien grafica los operativos “me encontraba en el colectivo viajando desde Villa Madero, donde vivo, a Capital Federal a donde voy a estudiar, una cuadra antes de cruzar la General Paz un operativo de la policía paró el colectivo. Se subieron 3 policías, dos interceptaron las puertas y el otro, en voz alta, pidió los documentos de los hombres. Yo me quedé asustada si poder reaccionar de lo que estaba pasando”.
Otros testimonios ya están circulando por Facebook. Legitimados por el contexto que busca establecer el gobierno y los medios de comunicación que volvieron a instalar una campaña reaccionaria a raíz del asesinato del chofer la noche del miércoles pasado.
Esta tregua entre el Gobierno de Vidal y la UTA incrementan el poder de las fuerzas represivas y solo provocan que la policía tenga mayor impunidad para actuar, criminalizando y persiguiendo a los sectores populares, a la juventud y a los trabajadores.
Se trata de la vuelta a las tristemente famosas razzias, un avance represivo del Estado que debemos rechazar activamente. Buscan implementar medidas idénticas a las reguladas en los 70 como la exigencia de portar DNI bajo amenaza de arresto, o el ingreso a diario y de manera indiscriminada de policías a Facultades o colegios. Prácticas como estas desencadenaron, por ejemplo, la muerte de Walter Bulacio en manos de la Policía.