Ediciones IPS recomienda. La clase obrera argentina con sello de origen internacionalista

Ediciones IPS presenta los apartados de Cien años de historia obrera en la Argentina sobre la organización del movimiento obrero argentino y las corrientes de izquierda que actuaron en él. Porque creemos que hay que apropiarse de las mejores tradiciones que nos ha legado nuestra clase

Rossana Cortez

Sábado 2 de mayo de 2020 00:38

En 1889 en París, un Congreso Obrero y Socialista funda la II Internacional. Agrupa a distintos partidos socialistas del mundo entero. En esa misma reunión se vota organizar diferentes jornadas de lucha para el 1° de Mayo del año siguiente.

El 1° de Mayo en la Argentina

En nuestro país, el único de América Latina, los trabajadores inmigrantes toman la propuesta. Los socialistas alemanes que en 1881 habían fundado el grupo Vorwarts (Adelante) organizan el acto. Invitaron a los anarquistas a la reunión preparatoria y entre ellos se da un debate alrededor de las reivindicaciones.

Los socialistas querían presentar un petitorio ante el Congreso Nacional, reclamando por las 8 horas y otros beneficios laborales. Los anarquistas, de acuerdo a su ideología, sostenían que no había que pedirle nada al Estado, ni siquiera pelear por leyes que mejoren su condición de vida. Como los socialistas eran mayoría en la comisión organizadora, se vota presentar el petitorio. Sin embargo, los anarquistas concurrirán al acto levantando sus propias reivindicaciones.

Entonces, el 1° de Mayo de 1890 se celebra por primera vez el día del trabajador en Argentina. Fue un acto que según distintas fuentes reunió entre 3.000 y 7.000 obreros en la Ciudad de Buenos Aires, en el Prado Español. Los oradores, de tendencia mayoritariamente socialista, eran españoles, italianos, alemanes y franceses, y explican el significado de la conmemoración. Hubo otros actos en Rosario y en Bahía Blanca.

En él se votan una serie de reivindicaciones, entre ellas, la jornada de 8 horas para todos los adultos, la prohibición del trabajo para los menores de 14 años, la abolición del trabajo nocturno para mujeres y niños y la reglamentación la labor masculina, la prohibición de tareas insalubres para las mujeres, jornada no interrumpida de 36 horas semanales, prohibición de trabajos insalubres y trabajo a destajo, seguro obligatorio contra los accidentes laborales a cargo exclusivo de los empresarios y el Estado.

Además, en el Manifiesto del 1º de Mayo se anuncia la decisión de formar una Federación de Trabajadores y la necesidad de publicar un periódico, que se llamará El Obrero y apareció en las calles desde diciembre de 1890 a febrero de 1891, editado primero por el socialista Ave Lallemant y luego por la naciente Federación.