Desde comienzos de noviembre se empezaron a cerrar filas entre los planteles de educación superior que se acogerán a la gratuidad, pero aún existen amplias dudas sobre su implementación y sobre la cobertura efectiva de esta reforma.
Martes 1ro de diciembre de 2015
A nivel nacional se estima que serán unos 200.000 los estudiantes que se beneficiaran con la reforma (con una inversión inversión de cerca de U$ 500.000.000), pero que aún no se tiene claridad de quienes en concreto se verán beneficiados. Pero no solo esto, otro temor latente es la presión de los empresarios por reducir más aún más la cobertura de la gratuidad, presión a la que a accedido el gobierno, quien en campaña planteaba un 100% de cobertura y que actualmente solo contempla el 50%.
Insuficiente porque hasta el momento significaría que 5.400 alumnos podrán acceder a la educación gratuita dejando fuera a 24.600 alumnos de la educación superior de la región.
Aún a la espera de las cifras concretas en las Universidades del Consejo de Rectores de la ciudad han planteado que adherirán al proceso de gratuidad, aún sin que se haya definido un mecanismo para entregar el beneficio ni su proceso selectivo, lo que urge a ambas universidades que inician el proceso de matrículas el mes de Enero.
Según aseguró Luis Loyola, rector de la UA, unos 2.200 alumnos (un 33% de los alumnos) accederán a la gratuidad el 2016, recibiendo cerca de $6.100.000.000, pero aún así quedará con una brecha de $400.000.000, fondos que, según la ley de presupuestos, serán entregados mediante el Aporte Fiscal Indirecto. Acusa que para acceder al beneficio se deberá estar al día en la carrera, pero que en ultima instancia la selección le correspondería hacerla al Ministerio.
En la UCN se estima que se beneficiarán 38% de los estudiantes, cerca de 3.200.
Será el Consejo Superior el que defina si la institución se acoge al proyecto de gratuidad, aun cuando no está claro cuánto le costará el proceso a la universidad, pero que mientras no entre en ejecución con las matriculas del 2016 no se podrá definir con exactitud cuántos estudiantes se verán beneficiados ni cuanto costará a la universidad.
Los grandes ausentes son las instituciones privadas de educación superior, los que concentran en sus planteles altos niveles de alumnos de sectores más vulnerables, pero que no podrían acceder al proceso de gratuidad. La actual reforma deja fuera a los 5.500 estudiantes del INACAP (que concentra un 65% de alumnos de sectores más vulnerables). 4.600 de la Universidad Santo Tomas (que concentra 60% de matrícula de bajos ingresos). O el instituto profesional AIEP con 4.200 estudiantes (siendo el 70% de bajos ingresos)
Una reforma que debió responder a los miles de estudiantes que reclaman educación gratuita y el fin de beneficios a los empresarios que utilizaron la educación como un nicho para amasar sus fortunas. Pero esta reforma no deja contento a nadie. Los empresarios y la derecha, por un lado, utilizando un discurso populista, hablan de que la reforma discrimina queriendo apropiarse del descontento que genera la reforma. Los estudiantes desde el 2011 han planteado claramente que la demanda es educación gratuita, pero requiere que sus dirigentes hablen este mismo idioma.