En videos con "Salvar América, frenar al socialismo", la republicana de Georgia, Marjorie Taylor Greene, aparecía disparando ametralladoras y señalando a China como un peligro. Es la primera referente del movimiento conspiranoico QAnon en llegar al Congreso. ¿Qué expresa?
Juan Andrés Gallardo @juanagallardo1
Martes 10 de noviembre de 2020 12:35
Al ganar un escaño para la Cámara Baja por Georgia, la republicana Marjorie Taylor Greene se convirtió en la primera legisladora estadounidense que ha declarado su fe en QAnon, un grupo formado en foros de Internet y que ha sido etiquetado por el FBI como potencial amenaza de terrorismo doméstico.
Los seguidores de ese movimiento, que ha florecido gracias a las redes sociales, creen que el mundo está dirigido por una organización de pedófilos satánicos que, entre otras cosas, conspiran para derrocar al presidente Donald Trump.
El propio Trump ha evitado disputar las teorías de la conspiración de QAnon, al afirmar que lo importante es que él "les gusta muchísimo" a los seguidores de ese movimiento.
La victoria de Taylor Greene se esperaba porque competía sin rivales en uno de los distritos más conservadores del país, pero es notable por ser la única de la veintena de seguidores de QAnon que tenía opciones reales de llegar al Congreso.
La congresista electa, de 46 años, recibió además críticas tras publicarse unos vídeos en los que parecía argumentar que los musulmanes no deberían poder trabajar en el Gobierno de EE.UU., además de comparar al movimiento "Black Lives Matter" ("Las vidas negras importan") con el grupo supremacista blanco Ku Klux Klan.
En distintos videos con el lema "Salvar América, frenar al socialismo", Greene aparece con ametralladoras, señala a China como un peligro y a las diputadas del sector progresista del Partido Demócrata por arruinar cosas como el campeonato de futbol americano o las carreras del Nascar..
Más de una decena de los candidatos republicanos habían mostrado su apoyo a QAnon, pero solo Greene ha logrado una banca. Su victoria supone un nuevo espaldarazo a un fenómeno que evidencia una deriva extremista. Si bien este movimiento pasó desapercibido cuando apareció por primera vez tres años atrás, logró mucha repercusión en los últimos meses, sobre todo después de que Trump los señalara como "amigos".
La “teoría” de QAnon gira entorno a que el presidente Trump estaría liderando una batalla épica de forma secreta contra el “Estado Profundo” (Deep State) norteamericano que intenta asestarle un golpe de estado. En esa conspiración serían participantes varios demócratas, actores y personajes de la política como los Obama, Clinton y hasta George Soros, donde además muchos de ellos son caracterizados como pedófilos, caníbales y adoradores satánicos.
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QAnon en realidad no está agregando mucho a las teorías conspirativas y satanistas previas. Simplemente afirma que la sociedad secreta que secuestra a niños está encabezada por los Clinton...
El pánico satánico de los años 1980 fue, al menos parcialmente, el resultado de interrupciones en los roles familiares tradicionales. Las madres comenzaban a trabajar fuera de casa y enviaban a sus hijos a guarderías; los miedos a la modernidad llevaron a esta reacción pseudo-medieval. De manera similar, QAnon refleja una incertidumbre mucho más profunda sobre un mundo marcado por una pandemia, un colapso económico y un apocalipsis climático en el horizonte.
Como señala Nathaniel Flakin en un reciente artículo de Left Voice "Durante la crisis, millones de personas han caído en la pobreza , mientras que los multimillonarios han visto aumentar su riqueza . ¿Cómo puede ser eso posible en un sistema donde la gente controla el poder político, es decir, una democracia? Claramente, algo está muy, muy mal (...) Desde mi perspectiva como comunista, de hecho hay una pequeña camarilla de personas que controlan el mundo. Hay una especie de conspiración, simplemente no está oculta en absoluto. Puedes abrir cualquier periódico y leer sobre la pequeña cantidad de personas que controlan la riqueza del mundo. No tienen apretones de manos secretos ni rituales religiosos. No se requiere investigación en internet, más allá de las listas de fácil acceso de Forbes u otras publicaciones. La gran conspiración que busca QAnon es en realidad la clase capitalista".
QAnon afirma estar dirigido contra las élites. Pero solo ataca a un sector de la clase dominante (Soros, Gates) para apoyar a otro (Trump, Musk). En cierto sentido, la idea de una conspiración satánica que controle todos los aspectos de nuestras vidas suena aterradora. Pero el capitalismo global nos está conduciendo hacia crisis que amenazan la existencia misma de la humanidad y no pueden resolverse sin cambios profundos en la sociedad humana. En lugar de pensar en cómo vencer al capitalismo, en realidad es un poco reconfortante imaginar que solo unas pocas figuras malvadas, en lugar de todo un sistema, son responsables de los peligros.
El triunfo de Marjorie Taylor Greene expresa sin duda parte de la polarización social reinante en Estados Unidos. Trump se encargó de profundizar esta grieta a falta de poder lograr hegemonía para un proyecto sobre el que no hay acuerdo en el establishment estadounidense. El ensanchamiento de esta grieta expresa tanto la decadencia del imperialismo estadounidense como la de sus dos principales partidos. Sobre esa decadencia es que surgen elementos disruptivos. Pero no solo lo hacen por derecha, como es el caso de Greene, y más en general del trumpismo callejero y de las organizaciones y milicias supremacistas y de extrema derecha empoderadas por Trump, sino que también surgen a la izquierda del partido demócrata.
En este último caso han obtenido representación parlamentaria como se vió con la llegada al Capitolio de la demócrata Cori Bush, que se convirtió en la primera activista de "Black Lives Matter" en llegar al Congreso federal, después de un año marcado por las protestas contra el racismo y la brutalidad policial.
Cori Bush, una enfermera de 44 años, hizo además historia como la primera mujer negra que representa al estado de Misuri en el Congreso, y se enmarca en el ala izquierdista del Partido Demócrata, como las integrantes del llamado "Escuadrón" a la que pertenece Alexandria Ocasio-Cortez e Ilhan Omar, entre otras.
Estos escaños en el Parlamento son, sin embargo, la expresión política de un movimiento mucho más amplio y que se puede poner en movimiento en el próximos período. Son los que pelearon contra la brutalidad policial racista, por salud pública para todos, por un cambio ante la crisis climática, por un sueldo mínimo de 15 dólares la hora, contra la gestión desastrosa de la pandemia por parte de Trump, por la recuperación de los sindicatos, contra el sistema educativo privatizado, entre otras cosas. Biden, sin embargo parece poco dispuesto, y así lo demostró en el último tramo de su campaña, a tomar estas demandas en sus manos.
Así como la base del trumpismo y su sector más conservador y duro es posible que no abandone las calles, las ilusiones frustradas de millones de votantes que apostaron por un cambio que Biden no está dispuesto a dar, pueden ser el motor de un fortalecimiento de los sectores que han empezado a hacer una experiencia política con el Partido Demócrata, ahora en el poder.
Juan Andrés Gallardo
Editor de la sección internacional de La Izquierda Diario