Como explicamos en esta nota, “la experiencia del NPA viene siendo debatida en el movimiento trotskista desde que surgió. Incluso corrientes que tienen nula inserción en Francia en general y en dicho partido en particular, se están posicionando, reconociendo la trascendencia internacional de lo que ocurre”.
El PO de Argentina (cuya “coordinadora” internacional desapareció luego de la división con la corriente de Altamira y Ramal) publicó una nota donde critican correctamente el rumbo de la dirección histórica, pero encubren la política claudicante de “candidato del NPA” de la ex mayoría, que promueve la declaración de las tendencias L´Etincelle, Anticapitalismo y Revolución, y Democracia Revolucionaria. Dicen que dicha declaración constituiría un “polo de independencia de clase” en “rechazo a las tendencias frentepopulistas”. Raro “rechazo” que aceptaría una candidatura de la misma tendencia política que promueve dichos acuerdos frentepopulistas.
A su vez, y esto es lo más grave, mienten planteando que la CCR (Corriente Comunista Revolucionaria) actúa en función de “conservar la unidad” del NPA, cuando desde las páginas de Révolution Permanente y desde las declaraciones de todos los referentes y del propio dirigente obrero Anasse Kazib, la CCR lucha abiertamente por “refundar el NPA” no como “partido de tendencias” amplio y de contornos estratégicos difusos, sino como parte de la lucha “por un partido revolucionario de trabajadores”, y así lo expresan abiertamente sus referentes. Como PO tiene una relación con la tendencia L’Etincelle (participando como invitados en su último Congreso), mientras encubre su política de adaptación a la dirección histórica, ataca la única política clara de construcción de un verdadero partido revolucionario en Francia y, en el terreno táctico de la discusión electoral inmediata, la única política de “frente único” de independencia de clase que el PO dice querer promover. Siempre se opusieron a nuestra batalla por esta perspectiva en un “partido amplio” como el NPA, pese a que nunca apoyamos los “principios fundadores”, incluyendo el rechazo al centralismo democrático en una organización revolucionaria. Sostienen la caracterización que planteaba el PO desde la época de Altamira, de considerar cualquier formación dirigida por la corriente mandelista como “contrarrevolucionaria” y no “centrista”, como consideramos al NPA desde su fundación, carácter sobre el que están avanzando rasgos frentepopulistas y reformistas más abiertos. Eso sí, no se les ocurre revisar su propia historia compartida con Altamira, la de sus ex socios italianos, el grupo Progetto Comunista dirigido por Marco Ferrando y Franco Grisolia, que permaneció ¡15 años! en el partido Refundación Comunista (RC), asumiendo incluso cargos parlamentarios. RC fue fundada por contrarrevolucionarios estalinistas explícitos como Armando Cossutta, que apoyó al gobierno contrarrevolucionario imperialista de Romano Prodi entre 1996 y 1998, y luego en 2006. PO convivió con el grupo de Ferrando y Grisolia durante años, llegando a fundar juntos la CRCI en 2004. Los echaron de RC (no se fueron) recién en 2006.
PO plantea a las tendencias de oposición de izquierda del NPA la necesidad de hacer un balance de esa experiencia y avanzar en la construcción de un partido revolucionario, pero no apoya a la única política que ahora –pese a las diferencias que pueda haber de balance– va en ese camino. La vieja dirección del NPA tiene el panorama más claro: amenaza de expulsión a la CCR y no a los amigos del PO y sus aliados.
En el colmo de la inconsecuencia, insisten en proponer una “Segunda Conferencia Latinoamericana” mientras dicen que Francia es un tema clave para la izquierda revolucionaria internacional. O sea, como ya pasó en la primera Conferencia, pretenden una instancia donde van a discutir Francia (así lo hicieron) sin participación de las y los franceses, más aún cuando la crisis del NPA ha avanzado velozmente. ¿Se trata de no incomodar a sus interlocutores –porque a más que eso no llegan– de aquel país?
Desde su prensa en Argentina, el Nuevo MAS asume una defensa escandalosa del NPA y su dirección actual. Pese a rechazar los acuerdos con la LFI (aunque hacen una defensa acrítica del frente “Burdeos en lucha” sin ver su evolución posterior que describimos en la nota central), señalan que “más allá de todos los problemas que tiene este partido mantiene de todas maneras una posición de independencia de clase y una ubicación histórica del trotskismo en la escena política francesa”. ¿Una posición de independencia de clase cuando están practicando acuerdos con la izquierda institucional (lo que en Argentina llamaríamos centroizquierda)? Por esto, el centro de su “batalla” sería evitar la “implosión del NPA”, y critican el lanzamiento de la candidatura de Anasse Kazib y la lucha de la CCR porque “favorece las tendencias a la fragmentación”. Con la misma posición de las tendencias que criticamos arriba, su única política inmediata es una “candidatura unitaria e independiente”, o sea, permitir que la ex mayoría siga ejerciendo la dirección efectiva de la organización.
Esta política es coherente con la que sostienen también en Brasil, donde, al igual que la UIT-CI (corriente a la que pertenece IS de Argentina), son parte de la “oposición de izquierda” en el PSOL sin sacar los pies del plato de dicho partido, pase lo que pase. El curso de adaptación abierta al PT que viene imponiendo la dirección mayoritaria desde la campaña presidencial de Guillerme Boulos, implicó tragarse todos los acuerdos con corrientes burguesas e incluso golpistas (como el “Frente Amplio” que conformaron en Sao Paulo para la segunda vuelta de las elecciones municipales). Recién ahora, frente a la negativa de la dirección mayoritaria del PSOL de presentar candidato propio hacia 2022 para apoyar a Lula, terminarán probablemente junto a la centroizquierdista Luiza Erundinha y el MES defendiendo la necesidad un candidato “cualquiera” pero “independiente”.
Mientras, en Argentina hacen una alianza electoral con el “Partido Obrero de Salta” que quedó bajo la dirección de la “Tendencia” de Altamira y Ramal. Estos archienemigos del “contrarrevolucionario” Secretariado Unificado mandelista, dirección histórica del NPA, se unen a una corriente que en Francia y Brasil son fervientes defensores de los “partidos amplios” como el Nuevo MAS. Como escribimos en estas páginas, ambas corrientes son marxistas de Groucho: “tengo estos principios, pero si no le gustan, tengo otros”.
Para aportar al festival de incoherencias y confusiones, el pequeñísimo grupo La Commune de Francia, perteneciente a la corriente internacional que orienta el MST (la Liga Internacional Socialista, extraño nombre para una corriente trotskista) y que gusta defender y promover todo “partido amplio” de izquierda posible, “no sabe no contesta” sobre la crisis del NPA. Por más que hayan roto hace años y tengan nula incidencia en la vanguardia y la lucha de clases francesa, deberían al menos tomar posición.
La corriente de Izquierda Socialista (UIT-CI) no tiene organización en Francia, pero fue parte del debate que se dio en la Conferencia Latinoamericana, donde nos acusaron falsamente de pretender transformar al conjunto del NPA en un partido revolucionario. Nuestra política de “refundarlo” sobre bases revolucionarias siempre fue en oposición abierta a la ex mayoría mandelista, sin la más mínima ilusión. Pero ahora, donde la lucha de tendencias en el NPA ha adoptado un carácter abierto y terminal, IS y la UIT-CI optan por el silencio. Claro, mientras tanto, siguen participando del PSOL pase lo que pase, y en Cataluña, su pequeña organización (Lucha internacionalista) rechaza las propuestas que le planteamos desde la CRT, integrante de la FT-CI, de una intervención política común e independiente, para seguir participando de la CUP (Candidatura de Unidad Popular) aunque esta organización haya terminado abiertamente alineada con las corrientes nacionalistas burguesas catalanas.
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