Enero y febrero están marcando el desarrollo de un movimiento estudiantil que sale a las calles contra el ingreso restricto a las universidades públicas. Jornadas de huelga y movilizaciones en toda Francia, asambleas que desbordan de participación y comités de organización desde las bases. Este jueves 15 habrá una nueva jornada de lucha.
Lunes 12 de febrero de 2018
Miles de estudiantes tanto secundarios como universitarios vienen manifestándose en toda Francia contra el plan estudiantil, que incluye la selección al ingreso a la universidad a través de instaurar prerrequisitos, reformando profundamente la enseñanza superior, tornándola cada vez más elitista y excluyente, al servicio de la patronal. El gobierno de Emmanuel Macron intenta disciplinar a la juventud que salió a las calles contra la reforma laboral del expresidente François Hollande en 2015, la misma juventud que hoy está nuevamente en pie de lucha. Para eso, los intentos del gobierno van todos en el mismo sentido, como la reinstalación del servicio militar obligatorio, bautizado como "servicio nacional universal”, un eufemismo que poco oculta su carácter represivo.
Macron vuelve atrás la historia. No es la primera vez que el gobierno francés intenta imponer la selección al ingreso universitario. Dos intentos marcaron la historia: el de Alain Peyrefitte, quien propuso en abril de 1968 la selección a la universidad sobre la base de menciones obtenidas en el BAC (Baccalauréat), la prueba que abre las puertas de la enseñanza superior en Francia, pero faltaba poco para mayo del 68 que hizo volar por los aires la propuesta. El otro intento fue en 1986 de la mano de Alain Devaquet, quien quiso dejar que las universidades elijan sus propios criterios de selección. En eso momento, cientos de miles de estudiantes se manifestaron y obtuvieron el retiro de la ley.
“Esto no es más que el comienzo”
Retomando esa historia de lucha, en numerosas ciudades, como Paris, Toulouse, Tolbiac, Rennes, Montpellier, Marseille, Rouen se reunieron miles de estudiantes en asambleas generales que votaron a mano alzada las jornadas de lucha de la semana pasada. Tanto en la jornada del 1° de febrero como en la del 6, alrededor de 25 mil de estudiantes de los liceos secundarios y de las universidades se manifestaron en las calles contra el nuevo proyecto, a pesar de haber sido ya aprobado por el Senado. En ambas jornadas de lucha se sumaron los profesores de secundaria que se sumaron a la huelga. El lema que levantaban en sus banderas era claro: “Esto no es más que el comienzo”.
Es así que la Coordinación Nacional de Educación, en su segundo encuentro el 8 de febrero (el primero había sido el 27 de enero) acordó una nueva jornada de movilización y huelga para el jueves 15, como un paso más para hacer retroceder a Macron en su plan contra la juventud.
Los métodos de organización de base son las asambleas generales (que resultan multitudinarias) y los comités de organización, claves para el desarrollo de otra democracia, la de los estudiantes y docentes, en el camino para construir la huelga general y amplificarla cada vez más.
A casi dos años del surgimiento de la juventud del “Nuit Debout” (Noche de Pie), que marcó el comienzo de una vanguardia estudiantil, nuevamente presenciamos indicios de una nueva etapa de lucha en la juventud, que enfrenta la represión y la brutalidad policial, la precariedad laboral y las trabas para estudiar en las universidades públicas. Contra los planes de Macron, los jóvenes franceses se movilizan, se organizan desde abajo y salen a las calles. Otra vez. Y esto no es más que el comienzo, como dicen sus protagonistas.