En las últimas horas el país asistió, en cadena nacional, a un show mediático alrededor de la pobreza, la falta de acceso a la vivienda y cómo la Niñez se pone en el centro de debate a partir de la desaparición de una niña de 7 años en situación de calle. Mucho se dijo al respecto, aportamos una mirada desde trabajadores de la Niñez y la agenda invisible de las niñas, niños y adolescentes.
Viernes 19 de marzo de 2021 21:58
Foto: Perfil
Las cámaras filman triunfantes a Berni y a Santilli quienes, en conferencia de prensa, se adjudican haber recuperado con vida a una niña, luego del operativo policial desplegado de manera inédita. Sin embargo, es una situación que, de inédita, tiene poco y nada. Mientras tanto, se informaba que fue una vecina quien siguió una bicicleta y desbarató la cadena nacional del cinismo.
Lo que no se desmontó fue la cadena de vulneración de derechos expuestos en el show mediático y policial, porque hay “casos testigo” que conmocionan a una sociedad y desnudan realidades invisibilizadas.
Si bien es responsabilidad del Estado garantizar los derechos de las niñas, niños y adolescentes y, sobre eso hay tratados, leyes y simposios; los hechos muestran que es el propio Estado el que vulnera esos derechos y sobre esas vulneraciones avanza de manera represiva, estigmatizante.
El circo montado por los funcionarios públicos no se detuvo en declaraciones y en discusiones por protagonismo, sino que permitieron la circulación de fotos de la niña con efectivos policiales como un trofeo, revictimizándola. Los grandes medios de comunicación hicieron un festín de sentidos comunes: criminalizando a la familia de la niña por pobres, clasificando a su mamá de "mala madre" por vivir en situación de calle, por no tener trabajo, por encontrarse en situación de consumos problemáticos. Sin embargo, estas realidades de muchos pocas veces son noticia, y cuando lo son, lo hacen a su modo.
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Nada se dijo en estas horas de esos 8.3 millones de niños pobres en Argentina, de la suspensión de los desalojos, el aumento de alquileres, la eliminación de la IFE y de cómo el Estado en plena pandemia y con una crisis económica crítica, dejó a millones en la calle, sin alimento ni contención social alguna.
Para la prensa, la carpa al costado de la autopista a modo de vivienda parece una elección o, peor aún, un cúmulo de malas decisiones. No exponen con claridad que, esta situación de precariedad que atraviesa gran parte de la población, es una consecuencia de una política de Estado: de la Ciudad de Larreta, de la provincia de Buenos Aires de Axel Kicillof, de la Formosa de Insfrán y así cada provincia con todo el arco político burgués, cada país y en todo el mundo. Según UNICEF, la pobreza infantil ha dado un salto a nivel mundial del 15% sobre datos ya alarmantes previos a la pandemia y las cifras aberrantes se repiten, casi hasta naturalizarse, también.
La crisis económica y social que golpea a las familias no es una situación del azar ni mágica, es un plan económico trazado a expensas de beneficiar a los mismos de siempre; una carrera para conseguir dólares para pagar una deuda millonaria fraudulenta e ilegitima con el FMI.
Así se dan concesiones a las empresas de combustibles que aumentan los precios cada mes, al campo (carne, granos, soja) que especulan acumulando las cosechas con la venta en dólares en el mercado internacional, a las empresas que vienen a precarizar a la juventud con contrataciones basura, a los bancos que lejos de perder están en la lista de los más ganadores de las últimas décadas. El sistema financiero en su conjunto (bancos públicos, privados y entidades financieras) acumuló ganancias por más de 139.000 millones de pesos entre enero y julio de 2020, y esas cifras crecieron exponencialmente en el último trimestre.
Parece ser que los dólares para empresarios, bancos y especuladores son el interés superior de los gobiernos más que los derechos de las niñas, niños y adolescentes. La Ley 26061 en su articulo 5° en cuanto a las responsabilidades gubernamentales plantea “Toda acción u omisión que se oponga a este principio constituye un acto contrario a los derechos fundamentales de las niñas, niños y adolescentes.”
Papel mojado para los responsables directos de ejecutar políticas públicas que velen por la salud física y psíquica de las niñeces.
Trabajadoras de Niñez en la Ciudad. Veamosla un poco con sus ojos...
Según el Estado de la Ciudad, en las palabras de Diego Santilli, la Ciudad tiene una política sobre la Niñez y la población en situación de calle. Enumeró 33 centros de inclusión, “vastos equipos” para atención, mencionó al Consejo de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, a la Línea 108 y hasta tuvo el tupé de resaltar al desguazado Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat.
Para abordar las complejas situaciones por las que atraviesan familias, niñas, niños y adolescentes en la Ciudad, se cuenta con recursos escasos e insuficientes: subsidios habitacionales que no cubren el 50% del valor de una vivienda, comedores con falta de raciones de comida, vacantes escolares que no llegan, carencia de programas de inserción laboral, reducción de las partidas presupuestarias para políticas sociales, luego de una crisis sanitaria y económica que empobreció, aún más, a la clase trabajadora. Sin embargo, asistimos al bombardeo de las políticas de marketing para el vecino y a la puesta en escena y el fortalecimiento del aparato represivo.
Que solución se brindará para Maia y toda su familia? Sigo escuchando discursos de culpabilización y discriminación de su madre, para no decir que el estado es el culpable de que miles de Maias, sus madres y familias tengan que vivir en esas terribles condiciones.
— Alejandrina Barry (@Barry__Ale) March 18, 2021
Veámoslo del lado de quienes trabajamos en la materia: las trabajadoras de la niñez (porque en gran parte son mujeres) enfrentamos cierres de programas, como el PASI, despidos en distintas dependencias, salarios por debajo de la línea de pobreza, tercerizaciones con pago por hora y, como consecuencia de la brutal precarización, se trabaja sin acceso a una obra social, y con la necesidad de sostener más de un empleo para llegar a fin de mes.
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Aun así, son esas trabajadoras quienes sostienen un sistema de protección de derechos que está bajo ataque en la Ciudad. Son quienes conocen la problemática en primera persona, más allá de funcionarias que utilizan los organismos de Niñez como trampolines políticos. Son centenares de trabajadoras especializadas en materias muy sensibles respecto a la restitución de derechos de las niñas, niños y adolescentes, con numerosos recorridos institucionales y de formación, que aún hoy, a más de 20 años de sancionada la Ley N°114, batallan contra un sistema que no concibe a los niños, niñas y adolescentes como sujetos de derechos.
Durante estos años, el gobierno de Larreta ha avanzado de hecho sobre esta Ley y ahora se dispone a modificarla, reestructurando el sistema de promoción y protección de derechos. Y, por supuesto, no será para fortalecerlo. En los últimos tres meses, muchas de esas trabajadoras se han enterado de una profunda reforma institucional de los organismos en los que desempeñan sus tareas, no solo sin haber sido consultadas, sino que no se les ha especificado el marco teórico conceptual que rige esa modificación.
Pero en tiempos de ajuste, con los saltos en los índices de pobreza y encarando una segunda ola del COVID-19, resulta preocupante y refuerza la alerta respecto a las decisiones del propio Estado, en materia de niñez. Esta modificación del sistema de promoción y protección de derechos tiene implicancias en la vida cotidiana de las infancias, en tanto entraña una necesaria agudización de las ya deficitarias políticas públicas, comportan el empeoramiento de las condiciones laborales de las trabajadoras especializadas en esas infancias y, por supuesto, debilitan las herramientas de organización de trabajadoras y trabajadores que, como se dijo, son quienes verdaderamente pelean diariamente por los derechos de esas niñas, niños y adolescentes.
En este marco, no resulta para nada llamativo, que hayan dejado por fuera de la discusión de esta reforma del sistema público de la Niñez la voz de las trabajadoras y trabajadores con la expertise en el asunto y por el contrario, el gobierno de Larreta haya avanzado sobre ellas. Estas modificaciones a la estructura institucional de la Niñez tiene su epicentro en equipos especializados en casos de abuso sexual y trata de personas.
Mención aparte merece el rol de los sindicatos en este período, oficialmente ATE Capital asumió haber mantenido reuniones en despachos, han avanzado a la par de los tiempos de Larreta sin convocar siquiera a una instancia de discusión colectiva, donde las y los trabajadores se enteren siquiera del plan que implementaran en unos días y aún no se sabe casi nada. No hubieron asambleas incluso para preparar una pelea seria contra este avance de esa derecha de la que la conducción kirchnerista de ATE plantea ser pesadilla, y más bien parecen haberse dormido.
La situación de la niña que tuvo en vilo a la sociedad por estas horas, deja al descubierto el resultado del desarrollo de un sistema, de la implementación de políticas de Estado que privilegian a unos pocos. No es un caso aislado, son miles de niños, niñas y adolescentes y adultos que se encuentran sin acceso a condiciones de vida digna, con un Estado que coarta la posibilidad de desarrollo pleno de niños, niñas y adolescentes. Un Estado que los responsabiliza por ser pobres, y los criminalizará y reprimirá cuando reclamen por lo que les corresponde.
Así se vio como horas después de terminado el show, ya apagadas las cámaras, al intendente del PJ Espinoza y al ejército de Berni avanzar con un violento desalojo en La Matanza, que dejó a varias familias en la calle. Son decenas de nombres propios que no serán tapa, ni prioridad. La agenda volverá a centrarse en la seguridad, habrán nuevos desalojos, otros Guernicasy el Estado, con este “plan” para las miles de niñas que no son noticia.
Será tarea de quienes todos los días a partir de su trabajo dejan todo, hasta sus propios recursos, en función de los derechos de esas infancias; problematizar, denunciar a ese Estado para el que trabajamos, elaborar propuestas y sobre todo organizar al colectivo de trabajadores de la niñez para dar estas peleas que agrupen fuerzas con la perspectiva también de recuperar nuestros sindicatos contra esos gobiernos y sus ataques, que serán cada vez más agudas a medida que avance la crisis. El Equipo Técnico de Niñez ha empezado a dar sus primeros pasos ante la brutal situación expuesta en Guernica, donde miles de niños y niñas fueron desalojados con topadoras y un ejército de 4 mil soldados de Berni. Esto implica una forma de resignificar nuestra tarea por lo general frustrante y agobiante, desde otro lugar de poder: el de las y los trabajadores.