La jefa del gobierno italiano de extrema derecha, Giorgia Meloni, está aprovechando la actual crisis humanitaria en Lampedusa para endurecer el sistema de detención de inmigrantes indocumentados en Italia.
Jueves 21 de septiembre de 2023 11:13
Desde la llegada de 11.000 refugiados a Lampedusa, la derecha, la extrema derecha y la Unión Europea han aprovechado la situación para impulsar medidas represivas cada vez más racistas y asesinas en las fronteras. En esa línea Giorgia Meloni, jefa del gobierno italiano, anunció el domingo pasado un endurecimiento de la legislación italiana en materia de inmigración.
Para enviar "un mensaje muy claro a toda África", propone en particular la creación de nuevos centros de detención y la ampliación del período máximo de detención de los inmigrantes indocumentados de 135 días a 18 meses, es decir, un retorno al período máximo que existió entre 2011 y 2014, con el fin de facilitar las expulsiones. Estos anuncios forman parte del programa xenófobo y racista para reforzar las fronteras italianas, con el que fue elegida Primera Ministra hace un año. Pero, en términos más generales, está alineado con la orientación de la UE en materia de inmigración, donde el gobierno de Meloni desempeña un papel central.
Esta ya había destinado 42,5 millones de euros a la creación de nuevos centros a finales del año pasado. Actualmente, los activistas denuncian los centros de detención en Italia como "campos de concentración". Allí ha muerto gente, como el migrante marroquí que murió tras un incendio el pasado mes de diciembre.
El anuncio de la ampliación de este sistema de centros de detención sirve para reforzar el perfil antiinmigración del gobierno Meloni, pero sin dejar de estar atenta a los empresarios que exigen una mayor reserva de trabajadores inmigrantes "sobreexplotables" para tener a disposición.
Para alguien como Meloni que al comienzo de su campaña abogó por un enfoque "nacionalista" de la cuestión migratoria, hoy está dirigiendo su agenda xenófoba desde los niveles de la UE. Ahora desempeña un papel de liderazgo como cuando el pasado mes de junio, el Consejo de la UE acordó una reforma migratoria alineada con las políticas de Meloni: se supone que se adoptará antes de las elecciones europeas de 2024 y prevé, en particular, un refuerzo de la seguridad fronteriza, así como el establecimiento de un sistema de expulsión mucho más rápido a las puertas de Europa.
También fue Meloni, con el apoyo de la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, quien puso a prueba el acuerdo con el régimen autoritario del presidente tunecino Kais Saied en julio, como parte del proyecto de externalización de las fronteras de la UE. Este acuerdo propondría una suma de 900 millones de euros, a cambio de lo cual Túnez tendría que reforzar su papel de guardia de fronteras, misión que ya asume intensificando las operaciones militares contra los inmigrantes, utilizando vehículos blindados y helicópteros.
La situación en Lampedusa expresa una vez más la agenda fronteriza xenófoba y asesina de la Unión Europea.
Ante el reaccionario endurecimiento de las fronteras, tanto a nivel nacional como lo están haciendo los gobiernos italiano o francés, como a nivel europeo, es urgente luchar contra todos los proyectos de ley destinados a reforzar la caza de inmigrantes, como la ley de inmigración, y exigir la apertura incondicional de las fronteras, la acogida de todos los refugiados y la regularización de todos los inmigrantes indocumentados.