Después de una campaña interna marcada por denuncias e intercambio de acusaciones, el domingo pasado se desarrollaron las internas del opositor PSDB para elegir el candidato a intendente para las elecciones municipales de 2016 en San Pablo.
Martes 1ro de marzo de 2016
Fotografía: Esquerda-Diario
Participaron en la disputa el concejal Andrea Matarazzo, el empresario João Doria y el diputado federal Ricardo Tripoli, cada uno de ellos respaldado por alguno de los líderes que se preparan a ser candidatos presidenciales en 2018 por el opositor PSDB (también conocidos como Tucanos). Estas internas contribuyen, también, a preparar el camino para quien quiera enfrentar a Aécio Neves (ex candidato presidencial en 2014) para ser candidato presidencial del partido en 2018 y dejan en claro que la crisis del régimen se expresa también al interior de los partidos.
Las internas pusieron fin al “alto al fuego” entre dos de los dirigentes políticos más importantes del PSDB, Alckmin y Serra (actual y ex gobernador de San Pablo, respectivamente): está abierta la disputa incluso física, como se vio en algunos centros electorales donde hubo confrontación entre grupos que responden a distintos candidatos. El “alto al fuego” entre Alckmin y Serra no era más que un impasse para acumular fuerzas. Un combate que aun esta en su fase inicial y que ya se expresó en denuncias entre los candidatos apoyados por Serra y Alckmin, respectivamente.
Los candidatos
El empresario João Doria, sin tradición tucana (como se conoce a los miembros del PSDB), representa el proyecto de poder del actual gobernador del Estado de San Pablo, Geraldo Alckmin, con ambiciones de ser el candidato tucano a la presidencia en 2018.
El concejal Andrea Matarazzo es un aliado del senador José Serra, quien no desistió en su proyecto de llegar al Palacio presidencial después de dos intentos frustrados (2002 y 2010). De este grupo, también es parte el senador Aloysio Nunes y el ex presidente Fernando Henrique Cardoso (FHC).
Sin padrinos entre los caciques del partido, el diputado federal Ricardo Tripoli cuenta con la simpatía de algunos aliados del senador de Minas Gerais Aécio Neves, en San Pablo.
Los dividendos de una victoria de Trípoli serán depositados en la cuenta de Aécio; los de Doria en Alckmin; y los de Matarazzo, en la de Serra.
Las internas del domingo pasado podían ser una primera solución frente a la ausencia de un nombre o candidato natural del PSDB en San Pablo, pero finalmente se transformaron en un enfrentamiento mayor.
El bloque proimpeachment y las debilidades de Alckmin
A finales del año pasado, FHC y José Serra se unificaron con Aécio en la política del impeachment en reuniones con los gobernadores y dirigentes nacionales del partido. Hasta entonces no habían asumido una política común pues sectores abrazaban la política de la “la gobernabilidad”, dejar que el “PT se desangre” para que este partido fuera el que asumiera los costos de los ataques y ajustes hasta 2018.
Geraldo Alckmin salió derrotado y se vio obligado a asumir el impeachment adoptado por el partido. A nivel personal no le interesa esta política o la de elecciones anticipadas, pues el adelanto de la disputa con sus adversarios tucanos le resulta más difícil. Además, el centro de las denuncias del impeachment que el partido ha avalado están fundadas en las “bicicletas fiscales” de Dilma, buscando encuadrar el accionar de la presidenta como una transgresión a la Ley de Directrices Presupuestaria, siendo similar el proceder que todos los gobernadores del PSDB, incluyendo Alckmin, implementan para “cerrar” las cuentas deficitarias de sus presupuestos regionales.
Para Alckmin la mayor ventaja es estar al frente del gobierno del Estado más rico de la Federación y utilizar el peligro del impeachment para presionar a su favor. Sin embargo, las cuentas públicas del Estado no cierran y presionado por la victoria de los estudiantes secundarios contra la Reforma educativa, ha optado por avanzar con el ajuste en las empresas estatales, incluso sin descartar comenzar por “carne propia”, empezando por la burocracia del PSDB instalada en las empresas del Estado, como el subterráneo de San Pablo.
Mientras tanto, José Serra, en particular, ha tratado tejer una alternativa de gobierno, de "unidad nacional" con el PMDB (partido aliado del PT en el congreso aunque con figuras que se definen opositoras), a través de un bloque con el vicepresidente Michel Temer, y el diputado Jarbas Vasconcellos (PMDB-PE) frente a la posible implementación del impeachment. Serra obtuvo una histórica victoria para los contribuyentes de su campaña con la aprobación de la modificación en las condiciones de exploración del Pre-sal a través de su buena relación con el PMDB en la Cámara de Diputados y ha intentado demostrar que el impeachment puede ser una opción que no exponga al país a una crisis económica mayor. Los ritmos de la crisis económica y política presionan a la burguesía brasilera al impeachment, principalmente la paulista, donde la industria viene cerrando fábricas.
Disputas y escándalos entre pares
Además de los escándalos de corrupción políticamente orquestados por la oposición contra el PT, los distintos sectores tucanos pueden estar favoreciendo el descubrimiento de casos que involucran a los suyos, como recurso para las disputas internas.
Si bien el PT ya no cuenta con munición suficiente para maniobrar los Ministerios Públicos en los estados de San Pablo y Minas Gerais (estados de donde provienen los candidatos que disputan la presidencia por el PSDB) a fin de dejar correr investigaciones contra los líderes de la oposición y mucho menos utilizar los medios de comunicación, en la Operación Lava-Jato (que investiga el escándalo de corrupción en Petrobras) ya han surgido declaraciones que incriminan a sectores del PSDB y diversas denuncias contra Aecio, Serra y Alckmin, que si logran tomar mayor repercusión pueden minar las candidaturas a favor de uno u otro candidato.
Este enfrentamiento, por otra parte, refleja también la disputa por el liderazgo del PSDB en la Cámara de Diputados. Aliado a Aécio, Antônio Imbassahy (BA) venció a Jutahy Magalhães (BA), que es aliado de Serra, con votos de parlamentarios paulistas.
El fortalecimiento de Aécio con aliados que van más allá de su base tradicional preocupa a los grupos alineados con Serra y Alckmin y hace de los triunfos de sus apadrinados en las previas un factor esencial para marcar territorio e influencia, en relación al avance de Aécio y sus correligionarios.
La nueva propuesta del gobierno federal de federalizar las empresas públicas estaduales puede ser un punto de equilibrio para la disputa de Alckmin y los gobernadores contra la política del impeachment. Dependiendo de la forma final que adopte, el gobierno federal puede aproximar para su política a los gobernadores, quienes pasarán a descargarán sobre los trabajadores el costo de los ajustes, a cambio de que el gobierno federal renegocie la deuda de sus Estados. El intendente de San Pablo, Fernando Haddad del PT, ya avanza en la construcción de esta política con una postura de “equipo y asociación” con Geraldo Alckmin que gobierna el Estado. Una solución satisfactoria para los políticos del régimen, mala para los trabajadores.