Las mujeres salimos a las calles, en la primera movilización para enfrentar los ataques que se vienen con el gobierno de Milei y Villarruel al grito de “Ni un ajuste más, ni un derecho menos”. Se hizo en el marco del Día Internacional de Lucha contra la Violencia hacia las Mujeres y de la Acción Global Feminista contra el genocidio al pueblo palestino.
El día de hoy nos manifestamos miles de mujeres en el centro porteño, en la primera movilización que se hizo desde que Milei ganó las elecciones, hace apenas una semana. Además de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, participaron de esta convocatoria los sindicatos docentes de CABA, UTE y ADEMyS; el Colectivo Ni Una Menos, Feministas del Abya Yala, Pan y Rosas, Plenario de Trabajadoras, Isadora, Las Mariposas, Juntas y a la Izquierda, Bordando Luchas, Pañuelos en Rebeldía, Marabunta, Campaña Fuera Mekorot, Movimiento BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones), Polo Obrero, MTR, FOB autónoma, FOL, Libres del Sur, los partidos que integran el Frente de Izquierda (PTS, PO, IS y MST), PRML, Liga Socialista Revolucionaria, Opinión Socialista y otros.
Esta acción contra la violencia machista y el ajuste, que recaé con más fuerza sobre las mujeres, se replicó en distintas ciudades del país y fue parte de una acción global feminista contra el genocidio al pueblo palestino que tuvo lugar en distintas partes de Latinoamérica y Europa.
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Empezó la resistencia
En estos primeros días, el presidente electo ya anunció algunas de las que serán sus medidas iniciales: un duro ajuste fiscaly privatizaciones con despidos. En el centro de la tormenta van a estar los medios de comunicación del Estado (Radio Nacional, TV Pública, Télam) y los trabajadores estatales de distintos ministerios, además de la empresa estatal de telecomunicaciones ARSAT y el personal aeronáutico de Aerolíneas Argentinas. En algunos sectores, trabajadoras y trabajadores ya empezaron a organizarse en asambleas para defender sus puestos de trabajo ante los ataques que se avizoran en el horizonte.
A medida que se va confirmando como quedará el nuevo gabinete, con gran preponderancia de la “casta política” que tanto denostó Milei en su campaña, (mayoritariamente del PRO de Mauricio Macri, aunque también algunos sectores del peronismo), vemos que se repiten nombres y políticas que ya conocemos muy bien: las que permitieron que los de arriba se hagan cada vez más ricos y los de abajo paguemos los costos, cada vez más pobres. Milei no va a ajustar a “la política”, como dijo; va a ajustar a la clase trabajadora. Esa historia ya la vivimos: las mujeres trabajadoras y del pueblo pobre siempre somos las más afectadas por los recortes, la pobreza y la crisis social, junto a la comunidad lgbtq+ y otros sectores sociales. En los últimos años, esta situación llegó a niveles insoportables y las políticas del nuevo gobierno, no harán más que empeorarla.
Pero a todo esto, se suma que además de Milei, la mayoría de La Libertad Avanza hace gala de una misoginia y un desprecio hacia el movimiento de mujeres y de la diversidad sexual, que es inocultable. La propia vicepresidente electa, Victoria Villarruel, es abiertamente negacionista del genocidio perpetrado por la dictadura y los únicos derechos que reconoce son los de los militares que se apropiaron bebés y falsearon su identidad. Pero tiene la caradurez de plantear que reabrirá la discusión sobre el aborto, porque le preocupa que, supuestamente, “se están abortando chicos a término”. Una fakenews aterradora que no tiene otro objetivo que desprestigiar la enorme lucha del movimiento de mujeres por la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo, que en gran medida terminó con la morbimortalidad de mujeres en abortos clandestinos e inseguros. Otra reaccionaria que fue noticia en las últimas semanas fue la posible futura canciller del nuevo gobierno, Diana Mondino, quien en una entrevista con el periodista Luis Novaresio trazó una analogía rebuscada e insólita con la que terminó comparando el derecho al matrimonio igualitario con ser sucio, no bañarse y tener piojos por decisión propia.
A esas comparaciones estrafalarias también nos tiene acostumbradas el propio Milei que demostró su “respeto por la libertad individual”, diciendo entre risas que en la vida privada “vos podes estar con un elefante, siempre y cuando el elefante preste su consentimiento”. Ni hablar de las pavadas que dijo Ramiro Marra sobre la ESI. Para rematarla, Benegas Lynch hijo, diputado electo de La Libertad Avanza, catalogó al aborto como “la salvajada mas espantosa”, mostrando su pensamiento de “patroncito de estancia”, que cree que las mujeres y nuestra capacidad reproductiva son territorio de conquista. Adelantó también que la primera ley que presentaría en el Congreso sería para derogar este derecho que nos costó décadas de organización y lucha.
Todo esto no es inocuo. Crea el clima propicio para que se produzcan amenazas de bomba, como las que hubo en el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad; amenazas de muerte a activistas y funcionarias, como también ataques homolesbotransfóbicos y campañas misóginas. Todo, mientras desde las oficinas del futuro presidente, se anuncia el cierre de ese ministerio y de la línea 144, que hace casi una década atiende a mujeres en situación de violencia. Allí, esta semana, sus trabajadoras ya empezaron a trazar las primeras acciones contra los despidos.
Hasta ahora, Milei viene dando muestras de su debilidad para el momento de llegar a la Rosada. Es la primera vez que un partido llega a la presidencia sin una fuerte estructura nacional, sin gobernadores ni intendentes propios sobre los cuales apoyarse. Además tendrá minoría legislativa tanto en la Cámara de Diputados como de senadores nacionales, por lo cual deberátejer alianzas con los siempre dispuestos “dadores voluntarios de gobernabilidad”. Para lograr el porcentaje que obtuvo, además de haber sido en un ballotage ( un mecanismo que busca generar mayorías para el ganador) Milei tuvo que hacer acuerdos electorales con “Juntos por el Cargo”, con quienes ya está negociando cargos en los ministerios.
Milei no tiene un cheque en blanco en su futuro próximo gobierno y es urgente empezar a organizar la resistencia para los ataques que sabemos que se van a profundizar exponencialmente en su gestión.
Por eso, el movimiento de mujeres y los feminismos no nos hicimos esperar. Así como el 28 de septiembre denunciamos el ajuste en curso del gobierno de Massa, planteando que no estábamos dispuestas a perder los derechos conquistados en manos de la derecha de Bullrich y Milei, ahora, a menos de una semana del balotaje, volvimos a las calles en el Día Internacional de Lucha contra la Violencia hacia las Mujeres. Hay fuerzas y disposición para enfrentarlo.
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En nuestra fuerza está la debilidad del enemigo
Si queremos prepararnos de la mejor forma posible para esta nueva etapa, tenemos que partir de la reflexión acerca de cómo llegamos hasta acá. Hay que dar cuenta de que el fenómeno Milei avanzó por muchos motivos, pero uno en particular: se paró sobre la desmovilización que tuvo lugar durante el gobierno peronista, en el cual se vieron degradadas nuestras condiciones de vida mientras se intentaba que las calles no reflejaran ese malestar. Por eso, no podemos volver a repetir los mismos errores. Es urgente forjar la más amplia unidad de acción en defensa de lo conquistado para enfrentar los ataques que el nuevo gobierno derechista va a descargar sobre el pueblo trabajador y los movimientos sociales. En ese sentido, apostamos a la coordinación de nuestras luchas con la de las y los trabajadores, estudiantes y sectores populares van a salir a resistir. Imaginemos por un segundo ¿Qué pasaría si esa marea verde que supo replicarse por miles acompaña y enfrenta los ataques a los medios públicos, a las dependencias estatales, a las y los trabajadores del CONICET y todos los que se vean afectados por las políticas de ajuste? ¿Y si esos mismos sectores también salimos a defender la ESI? ¿No seríamos mucho más fuertes?
Las primeras reacciones de las pibas después de los resultados y de una comprensible desazón, fueron plantear la necesidad de volver a las calles, de buscar sus espacios de organización, de empezar a activar. De encontrarle una salida colectiva en un momento donde se quiere hacer primar el individualismo y el “sálvese quien pueda”. En este contexto, dividir y desmovilizar solo fortalece a la derecha.
En nuestro país tenemos una fuerte tradición de lucha de las mujeres que se plantaron en los momentos más difíciles. Como las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, que se enfrentaron a la dictadura genocida, una de las páginas más oscuras de la historia argentina, y que hoy en día siguen peleando valientemente contra el negacionismo y la impunidad, como vimos en la ronda de las madres que se hizo este jueves junto a decenas de organizaciones políticas y sociales que las acompañamos. O también lo hicieron las valientes mujeres que en el estallido del 2001 protagonizaron grandes gestas como los procesos de tomas de fábricas que empezaron a producir sin patrones, recreando un imaginario que muy bien sintetizó Celia, obrera de la textil Brukman bajo control obrero, cuando dijo “Si podemos manejar una fábrica, podemos manejar un país”. Este rol que jugamos en la historia reciente también se expresa en la experiencia única en el mundo de los encuentros plurinacionales de mujeres y diversidad sexual, que en Argentina se realizan todos los años desde 1986, reuniendo a miles de personas de todas las edades que se juntan a debatir y organizarse.
Más recientemente fueron las trabajadoras las que se pusieron al frente de enfrentar los ajustes en educación, salud y vivienda, como vimos en 2020 durante la lucha de Guernica por tierra y trabajo, en la cual las mujeres se reunieron en una asamblea y fueron las principales organizadoras de esa valiente resistencia. Además fuimos las pibas las que inundamos las calles en el 2015 al grito del Ni Una Menos contra la violencia machista con la fuerza de la marea verde nos organizamos en 2018 en facultades y escuelas; con asambleas y tomas nos enfrentamos a los dinosaurios del congreso; y con esa potencia redoblamos nuestra lucha hasta conquistar el derecho al aborto legal seguro y gratuito en 2020.
“Si soplan van a generar olas y sabemos ser marea”
No sabemos con qué ritmo se van a intentar aplicar las medidas que anunció el gobierno de Milei, pero lo que sí sabemos es que unidas somas mas y que la unión hace la fuerza. No queremos que se repita la misma historia de los noventas. Por eso, estamos de pie, movilizadas para que todos se enteren de que no vamos a dejar que avancen sobre nuestros derechos ni que descarguen el ajuste sobre nuestras espaldas. Nuestra fuerza está en la reivindicación de la pelea por la memoria, verdad y justicia. Está en saber que las mujeres trabajadoras tenemos tradición y una historia. Las pibas aprendimos en la marea verde que cuando tus enemigos son poderosos, cómo los dinosaurios que nos negaron en 2018 el aborto legal, solo podemos confiar en nuestra propia fuerza. Tenemos la experiencia de las docentes jujeñas y de las comunidades originarias de aquella provincia que se enfrentaron a la violencia de un Estado y de un gobierno cómo el de Morales, que buscaron legitimar con represión el saqueo de los bienes comunes naturales y el avance de reformas antidemocráticas. Nuestra potencia está en cada una de las asambleas en los lugares de trabajo, en las facultades y en los colegios.
En cada uno de esos lugares tenemos un desafío enorme, no solo de tejer esas alianzas que nos fortalezcan para resistir, entre quienes estemos en un lugar u otro, sino también pelear desde ahí para que los sindicatos no nos den otra vez la espalda. Hace años que la CGT y la CTA están dejando pasar todos los ataques a nuestras condiciones de vida. Es hora de terminar con esa tregua entre las conducciones sindicales y los gobiernos. Para eso tenemos que lograr la unidad entre el movimiento de mujeres, trabajadores ocupados, desocupados y estudiantes para pelearles que salgan del inmovilismo en el que están hace años. Vuelve a tomar fuerza la consigna que construimos desde abajo: si tocan a una, nos tocan a todas. Sabemos que les trabajadores somos quienes movemos los resortes de la economía. Imaginense si ante los planes de despidos en el Estado, o de ataques a nuestros derechos, se paraliza el país entero… se pondría en cuestión que Milei pueda avanzar con sus ataques.
En ese sentido, la marcha que se realizó el día de hoy fue un primer paso para empezar la resistencia. En la movilización, una de las columnas que más se destacó fue la de Pan y Rosas en la que estuvo la diputada nacional Myriam Bregman junto a trabajadoras de la salud, estatales, docentes y de distintos lugares de trabajo, que marcharon con jóvenes estudiantes de colegios secundarios, terciarios y universitarias del AMBA.
Ya lo dijo Myriam Bregman: “ellos invocan las fuerzas del cielo pero la fuerza en las calles es nuestra”. Las feministas socialistas de Pan y Rosas nos ponemos a disposición de organizarnos en los lugares de trabajo, en cada universidad y escuela y en nuestros barrios.
Te invitamos a sumarte con nosotras a construir una fuerte corriente que se plante contra la explotación y la opresión en todo el mundo, como lo hacemos desde Pan y Rosas a nivel internacional en 14 países, desde los cuales nos movilizamos el día de hoy en esta acción global feminista en apoyo a la causa palestina.
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