En las paritarias las y los docentes tenemos planteado recuperar el salario perdido, terminar con la precarización laboral, defender la educación pública, recuperar el 82% móvil para las jubilaciones. Cada una de estas demandas va contra el acuerdo del gobierno con el FMI. Tenemos la fuerza para conquistar nuestras demandas.
Lunes 28 de febrero de 2022 12:24
Las paritarias de este año tienen un problema central: el ajuste sobre el ajuste. Venimos de algo más de cuatro años de ataques a jubilaciones y salarios, profundización de la precarización laboral y expansión del desempleo y la inactividad. Sobre este panorama llega el acuerdo con el FMI.
El gobierno apunta a consolidar la pérdida salarial que tuvimos bajo Macri. Y tiene el acompañamiento de la dirigencia sindical. Lo dejó claro Monserrat, secretario general de UEPC, cuando, entrevistado por Barraco, dijo: “yo no sé si vamos a recuperar (lo que perdimos con) la pandemia macrista, no creo que lo podamos recuperar, pero con que nos pongamos en línea estos dos últimos años, 2021 y 2022 y empecemos a hacer una cosa razonable…”. Dijo eso tras admitir que lo que se perdió en los cuatro años de Macri fue un 30% del salario.
La paritaria nacional docente no recupera lo perdido ni se plantea una cláusula gatillo para evitar que se vuelva a perder. Son varias las provincias que van al paro. A la paritaria por debajo de la inflación hay que agregarle los tarifazos programados que van a acelerar más la inflación. Lo que el gobierno nacional garantiza es usar la inflación como variable de ajuste, por eso apunta a lo contrario de lo que dice: se juega a que los salarios no van a ganarle a la inflación. Algunos funcionarios critican a los formadores de precios, a los que siempre denuncian y nunca tocan.
La batalla por el tiempo
En Córdoba, el gobernador Schiaretti viene dando una batalla por aumentar el tiempo de trabajo de los empleados bajo convenio (extendió la cantidad de horas que puede trabajar la docencia, intentó sacar la feria judicial) y por precarizar cada vez más el trabajo, una forma de conseguir más tiempo de trabajo por menos dinero. Que en las escuelas tengamos un reloj biométrico es parte de la política de desconocer el trabajo pedagógico que se hace fuera de las aulas. Al gobernador lo pone de mal humor que una maestra pueda llegar a fin de mes trabajando un solo cargo. Su objetivo es que se naturalice trabajar dos cargos. Por esto en Córdoba el aumento ofrecido es un tercio menos de lo que se firmó a nivel nacional. Y Monserrat acompaña esta política, firmando un 45.5% en CTERA y acompañando la propuesta de un 30% en Córdoba. Incluso garantiza el inicio del ciclo lectivo con una oferta miserable que no fue debatida por nadie.
Esa orientación política conservadora hoy se hace más necesaria para cumplir con las “sugerencias” del FMI: que la masa salarial del sector público no crezca más que la economía, que el control de la inflación esté ligado a un control de los salarios. Por otra parte, si bien el estado provincial no ha contraído la deuda con el FMI, va a disponer de menos dinero. La hoja de ruta del acuerdo, hasta donde se conoce, contempla avanzar en el extractivismo con severos ataques al medio ambiente, afectar los regímenes especiales, contener la inflación desde la limitación de los salarios, profundizando la desigualdad.
Por eso el pacto del gobierno nacional con el FMI, que se hizo sobre la base de no investigar la fraudulenta deuda macrista, es lo que unifica todo: jubilaciones, salarios, condiciones de trabajo, precarización y condiciones de vida de las mayorías, empobrecimiento de la educación y la salud, destrucción del ambiente.
Nadie se salva solo
Muchas veces escuchamos que la gente no entiende cómo le afecta el FMI. Al menos en Argentina tenemos muy claro lo que significa. Y sabemos que podemos echarlo peleando en las calles. El mismísimo Cavallo se tuvo que ir y no pudo volver nunca más, echado por la movilización popular.
Ya han comenzado ataques a sectores puntuales y se vienen organizando respuestas de los trabajadores como hemos visto en la jabonera Guma, donde quieren sacarle la antigüedad y los trabajadores respondieron con un paro, o los trabajadores de la Cooperativa Horizonte que fueron al paro contra las condiciones de trabajo y la miseria que cobran, o los trabajadores de la fábrica de motores eléctricos Weg que impusieron un paro a su sindicato en defensa de sus derechos.
Los docentes no estamos solos. Podemos pelear junto a los sectores que salen a pelear y tenemos que defender la educación junto a la comunidad educativa. Necesitamos asambleas no sólo para decirle al gobierno que su propuesta de ajuste no pasará, sino también para defender el salario y las condiciones de trabajo de todos los trabajadores, tanto en blanco como precarizados y desocupados. Que en las escuelas, como en todo el país, cada vez crecen más.
El sindicato tiene que rechazar el pacto con el FMI y convocar a un paro con movilización cuando se trate el acuerdo. Y tiene que hacerlo desde las asambleas de base. En ellas al tiempo que consideremos la cuestión salarial podemos preguntarnos si está bien que el FMI revise sus intereses cada tres meses y a nosotros quieran callarnos hasta agosto.