A continuación reproducimos en castellano extractos del artículo de Gurvan Kristanadjaja aparecido en el diario Libération de Francia este 13 de enero sobre “las nuevas caras de la movilización”.
En un movimiento social marcado por los desacuerdos entre la dirigencia y la base dentro de los sindicatos, surgieron varias figuras mediáticas, gracias a los canales de noticias y las redes sociales.
Dentro de los establecimientos aún movilizados contra el proyecto de reforma de las jubilaciones, se afirma a quien quiera escucharlo: "Esta huelga es nuestra". A más de un mes de huelga, la incapacidad de los sindicatos para doblegar al gobierno ha creado entre algunos huelguistas un sentimiento de autonomía, incluso desconfianza hacia las centrales sindicales. Como los Chalecos Amarillos (Gilets Jaunes), nacidos un año antes, los más duros ahora se reivindican de "base", un sector aparte de activistas, separado de las organizaciones sindicales, pero que todavía marchan bajo sus banderas. Un grupo externo nacido de la misma desconfianza hacia las instituciones existentes, que se expresó un año antes en la calle. Como fue el caso de los Chalecos Amarillos, la reivindicación de esta "base" mediatizó sus figuras, transmitiendo el mensaje llevado desde las asambleas generales y los piquetes de huelga. Y fueron los canales de noticias, los primeros que hicieron emerger estas nuevas caras. Porque en más de un mes de huelga, BFM TV, LCI, CNews y otros han dejado el campo abierto a los debates tradicionales en los que los invitados discuten sobre una simple pregunta: "¿Puede continuar la huelga?" Muy a menudo, estos programas invitan a su mesa "expertos", figuras políticas y observadores periféricos. Esta vez, ante el hallazgo de esta "base" fuerte e independiente, los programas instalaron huelguistas junto a ellos, frecuentemente invitados a responder la misma pregunta: "¿Cuánto tiempo va a durar?"
Columnista regular
Entre estas caras nuevas, Anasse Kazib es un caso emblemático. La primera vez que conocimos a este trabajador ferroviario de 33 años, estaba sentado en una silla de plástico en una asamblea general en la Gare du Nord (Estación del Norte). Fue en la primavera de 2018, en plena movilización contra la reforma ferroviaria. Este padre de familia aún no era conocido por los medios, pero a menudo prevalecía en la asamblea con sus fórmulas metafóricas bien pensadas. Una de ellas permaneció en la memoria de los activistas de su hangar:
"Hacer una huelga dos de cada cinco días es como ponerse a dieta durante dos días y comer en McDonald’s el resto de la semana".
La elocuencia del ferroviario no pasó desapercibida para los periodistas. Es entrevistado por un canal de televisión, sale en las noticias, luego regresa como un héroe entre los suyos. Al día siguiente, y al siguiente, hasta que “Grandes Gueules” [un popular programa de debate de actualidad, NdE] de RMC lo contacta para participar en el programa. Ese día de 2018, decide ir allí, y luego nos explica: "Me quejo bastante porque nuestras ideas no son visibles en los medios de comunicación. No puedo rechazar cuando tengo la oportunidad de decirlas yo mismo". Desde entonces, Anasse Kazib se estableció regularmente como columnista, aproximadamente tres veces por semana. Cuando la movilización de la primavera de 2018 en el SNCF [compañía de trenes, NdE] se termina, a veces asume el papel del trabajador ferroviario, a veces el del "militante marxista revolucionario". También tiene una cuenta de Twitter en la que comparte las mejores capturas de video de sus discursos, reuniendo a muchos seguidores.
En un año, Anasse Kazib afinó sus declaraciones y supo hacer que se hablara de él. El 29 de diciembre, por ejemplo, se opuso a Fadila Mehal, consejera de LREM [La República en Marcha, NdT] en París, en el set de CNews. Si bien el debate es inaudible, mientras la presentadora Sophia Rousseau trata de calmar los ánimos, la invitada le dice molesta: "Lo que estás haciendo es terrorismo verbal". Él decide abandonar el set, considerando la palabra "terrorista" como un insulto. Explica esto en las redes sociales, también para tranquilizar a los huelguistas que lo siguen. Porque el treintañero sabe que su voz es particularmente escuchada. "A veces la gente viene a verme para decirme ’gracias Anasse, por suerte tenemos muchachos como tú’. Pero no quiero eso, no soy una estrella, soy un muchacho de 33 años que salió de los barrios populares y tengo la posibilidad de castigar a Djebbari [el Secretario de Estado de Transporte, Jean-Baptiste] o al que sea. Si las personas ven eso, tienen que decirse a sí mismas que también pueden hacerlo", aseguró.
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El artículo completo en francés puede leer aquí: Des AG à la télé, les nouveaux visages de la mobilisation
Traducción: Gabriela Liszt
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