Genocidio. Los colonos israelíes aumentan los ataques a los convoyes humanitarios con destino a Gaza

Si bien los convoyes humanitarios con destino a Gaza ya han sido objeto de ataques recurrentes en los últimos meses, en particular por parte del ejército israelí (FDI), la firma por parte de Hamas hace dos semanas de un acuerdo -no reconocido por Israel- que prevé una tregua, hizo aumentar el número de ataques por colonos ultranacionalistas contra los convoyes humanitarios.

2,2 millones de personas están confinadas en el territorio palestino gazatí, la mitad de ellas niños. Ya el 7 de febrero, la Clasificación Integrada de Fases de Seguridad Alimentaria (CIF), vinculada a la ONU y responsable de evaluar la inseguridad alimentaria en todo el mundo, reconoció que toda la población de Gaza se encontraba en una situación de "Crisis Alimentaria y de Subsistencia" (fase 3: Falta crítica y acentuada de acceso a los alimentos, niveles de malnutrición elevados y sobre lo normal y agotamiento acelerado de los activos que conforman los medios de subsistencia), la mitad de los cuales se encuentran en situación de “emergencia humanitaria” (fase 4 de la CIF) y una cuarta parte, es decir, más de 500.000 personas, en situación de “Hambruna-Catástrofe Humanitaria” (fase 5, el nivel más alto, que designa la exposición inmediata a una hambruna, situación que nunca antes se había alcanzado para tanta gente a la vez). En tres meses, la situación ha empeorado aún más.

Evidentemente, esta hambruna que se está desarrollando en Gaza no surge de la nada. Al contrario, Israel la organiza y utiliza conscientemente como arma, como parte del genocidio que está cometiendo. Es en esta lógica, por ejemplo, que las FDI masacran a los trabajadores humanitarios que intentan ayudar a la población palestina, que bombardean principalmente las panaderías de Gaza, que aprovechan las distribuciones de alimentos para asesinar a los palestinos que están allí, sobre todo que aplica un bloqueo casi total de la Franja de Gaza, con el resultado de que sólo el 2% del suministro habitual de alimentos consigue entrar en el territorio.

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Una dinámica en la que las milicias de colonos ultranacionalistas, que no se hicieron esperar en las últimas semanas para participar en el bloqueo de la Franja de Gaza, participan activamente desde hace dos semanas, de la mano de las autoridades gubernamentales. Incluso ha surgido recientemente una organización con este único objetivo, “Tzav 9” (“Orden 9”, en referencia a la orden 8 del Estado sionista, que consiste en el acto de reclutar reservistas israelíes, activado el día después del 7 de octubre por el gobierno de Netanyahu). Reúne a jóvenes colonos fundamentalistas o supremacistas, decididos a acelerar el genocidio del pueblo palestino.

Este colectivo incluye entre sus filas a varios activistas franceses y miembros de la organización de Estrasburgo “Israel is forever”, una organización sionista radical que aboga en particular por la colonización de Gaza (y, por tanto, por su limpieza étnica). Interrogado durante un bloqueo por Le Monde, su presidente Nili Naouri declaró: "que Israel está inmerso en una ’segunda guerra de independencia’, consecuencia de los ’malditos Acuerdos de Oslo’" Por eso, “los musulmanes deben comprender que el pueblo judío ha regresado a su tierra para la eternidad ”. Una "tierra de la que los judíos", afirma, “son los dueños”.

Estos grupos ya han incendiado al menos siete camiones y, sobre todo, han destrozado la carga de varios cientos más. Mientras que 130 camiones entraban diariamente en Gaza antes del 5 de mayo (sabiendo que la UNRWA -Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina- estima en 500 el número de camiones necesarios para proporcionar suministros diarios a la población de Gaza), este número ha disminuido desde esa fecha. "Les Echos" informó el 16 de mayo, por ejemplo, sólo 6 camiones habían logrado entrar en el Gaza desde el 5 de mayo, debido tanto al bloqueo impuesto por el ejército israelí como a los ataques a camiones por parte de las milicias israelíes.

En efecto, si estos últimos bloquearon inicialmente los puestos de control en contacto directo con Gaza (Kerem Shalom y Nitsana), en los últimos días han ampliado sus ataques a otras vías de paso, en particular en las afueras de Jordania, imagen del paso fronterizo de Tarqumia en el sur de Cisjordania, que aparentemente se ha convertido en el epicentro de los ataques. Además, Tzav 9 también organizó una serie de manifestaciones contra la ayuda humanitaria en Israel y en la Cisjordania ocupada, durante las cuales un camionero palestino fue linchado después de que los milicianos creyeran que llevaba ayuda humanitaria.

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Según el periódico The Times of Israel , que no se opone a la política colonial israelí, "algunos miembros de las fuerzas de seguridad israelíes están informando a activistas de extrema derecha sobre la ubicación de los camiones de ayuda una vez que están en camino a Gaza, lo que les permite interceptarlos y saquear su contenido”. “El Ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir había pedido a la policía, bajo su jurisdicción, que adoptara un enfoque laxo en la represión [contra los colonos que atacan los convoyes]”.

Este domingo, la ONU, a través de su jefe de Asuntos Humanitarios, Martin Griffiths, declaró que “las consecuencias [del bloqueo humanitario] serán muy, muy duras. Dura, difícil y apocalíptica”, añadiendo que “si la ayuda no llega a las personas que la necesitan, la hambruna de la que hemos estado hablando durante tanto tiempo y que se avecina, ya no será una amenaza”. Ella estará allí”.

Si este aumento de los ataques contra los convoyes humanitarios, por parte de una franja cada vez más abiertamente genocida de la extrema derecha israelí, atestigua un aumento de la polarización política en Israel y no es ajeno a un debilitamiento de la unión sagrada en torno a Netanyahu, recuerda sobre todo las convergencias de intereses y tácticas que vinculan al gobierno israelí y a la extrema derecha israelí más violenta.

Ante esta ofensiva, unas decenas de activistas de la organización liberal “Standing Together” formaron una “guardia humanitaria” para proteger y recargar los camiones atacados. Una iniciativa valiente, a pesar de los profundos límites políticos de este grupo, pero que permanece aislada y de alcance limitado frente a la implacabilidad del gobierno israelí y de las milicias de colonos radicalizados. Poner fin a la tragedia vivida por el pueblo de Gaza desde la Nakba, que se ha acelerado desde el 7 de octubre de 2023, requerirá una movilización masiva, en Palestina como en todo el mundo, sobre la base de un programa verdaderamente antisionista, hacia una coalición unificada y una Palestina socialista donde judíos y árabes puedan vivir en paz.