×
×
Red Internacional
lid bot

NUEVAS MEDIDAS. Los pobres e insuficientes anuncios de Macron para intentar calmar a los Chalecos Amarillos

En conferencia de prensa con referentes de los principales medios nacionales e internacionales, el presidente francés anunció una serie de medidas para enfrentar la crisis de los chalecos amarillos.

Viernes 26 de abril de 2019 00:00

Con la presencia de mas de 300 periodistas y el conjunto de su gabinete, Macron anunció una serie de medidas supuestamente orientadas a cerrar la crisis de los Chalecos Amarillos. El paquete llega después de casi 5 meses de movilizaciones que crearon una crisis política de envergadura para el ejecutivo, ganando importante apoyo popular y generando descrédito histórico a un gobierno con solo dos años de mandato.

El discurso, originalmente planeado para el 15 de febrero y cancelado por el incendio de la catedral Notre Dame, presentó un conjunto de medidas que no muestran un cambio sino más bien la insistencia en el proyecto gubernamental.

Macron empezó con un informe de fin de su “Grand Débat” (la maniobra de consultas sectoriales para intentar desviar la lucha de los chalecos amarillos) para luego plantear el conjunto de las medidas a tomar, que marcan una “segunda etapa” de su gobierno. “¿Equivocamos el camino? Creo que todo lo contrario”.

Desde su discurso habitual de “reconocer” la irá del movimiento social “inédito” que mostró su “bronca y su inquietud”, planteó la necesidad de un cambio aún mas rápido y mas radical en las medidas que tiene que implementar su mandato.

Algunos de los anuncios pueden ser vistos como conquistas de parte de la movilización que forzaron retrocesos del gobierno en su plan de ajuste neoliberal. Por ejemplo la suba de las jubilaciones mínimas a 1000 euros y la indexación de las menores de 2000 euros por la inflación, a partir del año que viene. También anunció que no aplicará una modificación de la jornada de 35 semanales, la supresión de los feriados ni el cambio de la edad de la jubilación (62 años). Un conjunto de medidas logradas por los Chalecos Amarillos después de varios meses de lucha contra el gobierno y que le llevó a un mínimo de popularidad del 27%.

El conjunto de esas medidas fue el marco del anuncio del “Segundo Acto” de su gobierno. Intentando cerrar la etapa de los Gillet Jaunes (Chalecos Amarillos) y afirmando que esto no es más que un retraso de su proyecto de conjunto, anunció que no reconocerá el Referéndum de Iniciativa Ciudadana, demandado por varios sectores de los Chalecos Amarillos, ni la reinstauración del Impuesto a la Fortuna (ISF). Como medidas más demagógicas, planteó el cierre de la ENA (Escuela Nacional de la Administración) símbolo de la tecnocracia parisina donde se formaron la mayoría de los presidentes y ministros y la construcción de una escuela alternativa, así como una reforma que elimina más del 30 % de las bancas de diputados y senadores. Desde su discurso de “comprensión” del movimiento social que representó un odio profundo contra su gobierno y contra el régimen político, anunció un importante paso hacia la “descentralización del Estado” que representará seguramente un recorte importante hacia los sectores estatales, y la eliminación de “muchos organismos inútiles” a lo ancho del país. En cuanto a las jubilaciones, las medidas implicarán tener que “trabajar mas” para ganar lo mismo.

Hacia el final, el presidente aplicó un giro en su discurso más político, llamando a la unidad de la nación, a la vuelta del orden en las calles y a terminar con el movimiento de los Chalecos Amarillos. Pero la novedad en su discurso fue el uso del islam como enemigo político del gobierno. Si bien el presidente hasta ahora se presentaba como un “enemigo” de Marine Le Pen y del Frente Nacional, que usan del islam para justificar su discurso reaccionario, la novedad es la presentación de un “islam político” como enemigo de la Nación y de la República. Un giro por derecha en su discurso al calor de las elecciones europeas, que junto con “reforzar las fronteras” y “repensar la migración” implica mostrarse como una figura mas volcada hacia su electorado más de derecha y con capacidad de reprimir a los trabajadores para defender a los intereses de la burguesía.

En su discurso, Macron reconoció la vigencia de los reclamos de los Chalecos Amarillos y la crisis que le generaron, pero afirmó el giro a derecha de su gobierno al calor de la llegada de la “prueba electoral” de mayo con las elecciones europeas. Consultados por Le Figaro, el 63% de los franceses afirmaron que no le convenció el discurso de Macron, contra un 30% que afirmaron que si lo hizo y un 7% con un total acuerdo con el gobierno. Este 27 de abril el "Segundo Acto" de Macron tiene su primera prueba de fuego con la marcha de unidad de sectores sindicales como los de la CGT con los Chalecos Amarillos y varios sectores políticos.