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Red Internacional
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2010 - 20 de octubre - 2020. Mariano Ferreyra: la vigencia de la lucha contra la precarización laboral

Se cumplen diez años del asesinato del joven militante del Partido Obrero. Fue alcanzado por las balas la patota de la Unión Ferroviaria, dirigida por Pedraza, cuando exigía la efectivización de los tercerizados de la exlínea Roca.

Lunes 19 de octubre de 2020 23:49

Foto I María Paula Avila

Foto I María Paula Avila

La lucha por los precarizados sigue más vigente que nunca

El crimen de Mariano Ferreyra ocurrió hace diez años, tuvo como cómplices a la Policía Federal y a la Bonaerense, que liberaron la zona donde trabajadores del ferrocarril se manifestaban en reclamo por el pase a planta permanente, mientras los acechaba una patota de 200 hombres. Los dueños de las empresas tercerizadas dieron vía libre para que el grupo actuara.

Tiempo más tarde, la movilización popular llevó a la cárcel al dirigente de la Unión Ferroviaria, José Pedraza, y a algunos de los autores intelectuales y materiales del crimen. A los cuales el Gobierno tuvo, por la enorme presión social, que soltarles la mano.

El pase a planta permanente era un reclamo que no aflojaba y prometía continuar creciendo. Había, por lo tanto, una necesidad de la burocracia de no ceder ante los trabajadores, que no avancen en sus reivindicaciones. Se les acababa el negocio.

Antecedentes, del 2010 al 2020

Los casos del docente Carlos Fuentealba, un poco más atrás en el tiempo en el año 2007, y el de Mariano en 2010, dejan ver acciones y un proceder muy marcado. Los crímenes políticos de ambos están atravesados por las luchas contra las condiciones de trabajo, pero también, por la impunidad de sus autores, intelectuales y materiales, que el Gobierno y el Poder Judicial hicieron posible.

Casi en paralelo los tribunales de Buenos Aires y de Neuquén resolvían el beneficio de prisión domiciliaria para José Pedraza, autor intelectual del asesinato de Mariano Ferreyra, y el “cierre” de la causa “Fuentealba II”, con el sobreseimiento de quince imputados por el fusilamiento público de Carlos Fuentealba, entre ellos los jefes policiales que hicieron efectiva la represión.

El mismo año que sucedió lo de Mariano, en aquel 2010 caliente, existió otro ejemplo de resistencia que fácilmente nos remonta a la actualidad, la toma del Parque Indioamericano.

Hay un escenario similar, sin ninguna duda con Guernica. Esperemos llegar a un resultado distinto y es que no solo que no haya represión y muerte, sino que haya efectivamente una respuesta a las personas que reclaman. Porque en el caso del Indoamericano hubo represión, hubo desalojo, hubo muertes y no hubo respuesta habitacional a las personas. Sin nombrar que hoy esas tierras siguen siendo terrenos baldíos, sin ningún uso.

En estos casos hay varias similitudes también en el uso del sistema penal para criminalizar a las personas, no solo porque se les imputa el delito de usurpación sino que se utilizan artículos del Código Procesal Penal que sin prácticamente nada, habilitan la restitución del inmueble o el desalojo.

La brutalidad represiva deja ver su abanico de posibilidades y formas que toma. Este año han asesinado a más de un centenar de personas en el contexto del aislamiento. Llamativamente es la juventud la más atacada por las fuerzas del orden. Pasan los años, continuamos siendo asesinados, desaparecidos, torturados y criminalizados.

Las manos de los gobiernos anteriores, presentes y posteriores están manchadas de sangre. Está en su estructura la defensa de la propiedad privada, la constante criminalización de la juventud y con esta semejante impunidad actúa la Bonaerense.

La pelea de Facundo Castro, no sólo por su aparición con vida, y hoy por justicia, sino cuando él peleaba por los derechos humanos junto a la Comisión Provincial por la Memoria, hoy son nuestras banderas.

La pelea de Santiago Maldonado para que la Gendarmería no avance sobre los pueblos originarios, quedó en la memoria de millones de jóvenes que salimos a las calles para recoger su bandera y pelear por su memoria.

La pelea que dio Julio López enfrentando a Etchecolatz y todo el aparato judicial, además del amedrentamiento de la Bonaerense, que sin lugar a dudas lo terminaría desapareciendo.

Todos ellos, e incluso los que no están nombrados, hoy son el ejemplo de una juventud que se levanta sabiendo únicamente lo que no quiere. Basta de precariedad, basta de desapariciones, basta de gatillo fácil. La juventud tiene derecho a vivir, tiene una dignidad por la que pelear.

La precariedad pesa en las espaldas de cada joven

Desde las luchas por el pase a planta permanente, a los cientos de miles de jóvenes pedaleando en sus bicicletas, hasta los trabajadores de gastronomía o los cientos de trabajadores de la salud que están luchando hoy en la primera línea, hay algo que los atraviesa a todos por igual, la precarización laboral.

Esta precariedad es también la que hace girar el mundo, la que asegura a los de arriba una enorme torta de guita, y a los de abajo una lumbalgia a los 25. Es la precariedad laboral la que asesina a los pibes de las fast food, a los Rappi. Es la precariedad laboral la que lleva nuestros nervios hasta el colapso, la que nos niega la representación sindical, un salario digno, una obra social.

La sistematicidad con la que este último tiempo en el país se consolidó la precariedad laboral, sumerge cada vez a más sectores en la precarización de la vida misma, que cada vez afecta más a los trabajadores y en especial a los jóvenes. Que se agudiza cada vez más a medida que la crisis económica avanza.

Desde ese momento a la actualidad, se puede desarrollar y encontrar hilos de continuidad, que muestran la organización y lucha de la juventud, que no se conforma y quiere pelear por un mundo mejor, un mundo que le fue dado pero que le es ajeno, en un sistema que no tiene nada que ofrecer más que miseria y hambre.

Juventud combativa

Reivindicar la lucha de Mariano es pelear por la unidad obrero estudiantil. Hoy en medio de otra gran crisis que nos está atravesando, la juventud precarizada, como siempre, es la que paga los platos rotos, es el eslabón más débil de la cadena de producción. La historia vuelve a repetirse. La juventud se vuelven a enfrentar a las mismas fuerzas represivas, a la misma tercerización.

Es la juventud la que sale a pedalear por muy poca plata dejando la vida en cada pedido, es la juventud la que es perseguida por la cana y la víctima principal de las balas clasistas de la policía, son quienes ven pauperizadas sus condiciones de vida. Basta.

¿Qué tipo de juventud queremos organizar?

Mientras que la crisis se acelera más y más, el Gobierno solo muestra respuesta para los empresarios y los grandes terratenientes, pero no para la juventud que sufre las consecuencias de la desigualdad y la miseria que se agudiza constantemente.

Para luchar contra esta vida de miseria a la que nos condenan, nos organizamos y ponemos a la RED en pie de lucha, organizado y llamando a la acción a cada joven precarizade, desde los rappis que se juntan en la esquina del McDonald’s a esperar su pedido, pasando por los mismos trabajadores de comidas rápidas y gastronómicos, pero también organizar a los trabajadores de salud, docentes y becarios y a las personas que organizan ollas populares para poder subsistiendo.

Por eso es que tenemos que poner en pie nuestras reivindicaciones y luchar en cada lugar de trabajo contra la burocracia sindical que junto con el gobierno se alían para explotarlos mas y mas, en las escuelas y universidades para recuperar los centros de estudiantes y conseguir esa alianza entre trabajadores y estudian, como por la que peleaba Mariano.

Tenemos la enorme tarea de organizar a aquella juventud rebelde que no se resigna a la miseria a la que nos quieren empujar. Por eso es bueno nombrar los ejemplos que llevamos adelante desde Guernica con el PTS, donde queremos nuclear alrededor de la tomar a los sectores más agraviados donde logramos poner en funcionamiento una escuela y una posta sanitaria para que los y las niñas y familias puedan tener acceso, a cosas fundamentales como son la salud y la educación, además de destacar la enorme tarea que se hace desde La Izquierda Diario para mostrar la realidad de los vecinos, con mas de veinte compañeros relatando todo lo que está pasando.

Esos son algunos ejemplos de organización y mostrar la unidad de les trabajadores, estudiantes, precarizades y desocupades que queremos lograr ante las desigualdades que se nos presentan.

Sabemos que lo único seguro es que habrá lucha, que es segura la resistencia frente a sus atropellos, y nos preparamos para organizar esa bronca y dar vuelta este sistema que ya nada tiene para ofrecernos.

Por una juventud combativa, en unidad con los trabajadores. Por la memoria de Mariano Ferreyra. El futuro es nuestro.