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Red Internacional
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Francia. Medalla de oro en islamofobia: prohíben llevar velo en los Juegos Olímpicos

La ampliamente denunciada prohibición del uso del velo para las atletas francesas durante los Juegos Olímpicos expone ante los ojos del mundo el racismo “francés” del gobierno de Macron.

Viernes 26 de julio 10:21

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En vísperas de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de 2024, el gobierno francés vuelve a ser criticado por su decisión de prohibir a las atletas francesas llevar el velo. Si bien la decisión fue anunciada el pasado mes de septiembre por la Ministra de Deportes, Amélie Oudéa-Castera, su aplicación pone de relieve el carácter profundamente reaccionario de una medida que equivale a excluir a las mujeres de la competición a causa de sus creencias.

Esta semana, el atleta Sounkamba Sylla, seleccionado para los Juegos Olímpicos en la carrera de relevos 4x400 m, denunció esta medida a través de una publicación en Instagram: "Estás seleccionado para los Juegos Olímpicos, organizados en tu país, pero no puedes participar en la ceremonia de apertura porque llevas un pañuelo en la cabeza", denunció, irónicamente sobre la hipocresía de la "tierra de los libres". A raíz de su denuncia, se le propuso un "compromiso" con... la obligación de llevar una gorra desde la ceremonia de apertura.

Una demostración más de la islamofobia del gobierno francés, cuando este último acaba de ser señalado por este motivo por Amnistía Internacional: en un informe del 16 de julio, la ONG denuncia esta decisión que "viola el derecho internacional en materia de derechos humanos y proviene de la hipocresía discriminatoria de las autoridades francesas y la debilidad y cobardía del Comité Olímpico Internacional (COI)", teniendo en cuenta que en la Carta Olímpica estipula que "cada individuo debe tener la oportunidad de practicar un deporte sin discriminación de ningún tipo, en lo que respecta a los derechos humanos".

A nivel internacional, Francia es una excepción. De hecho, la prohibición del uso del velo parece sorprendente para los observadores internacionales, ya que ningún país ha implementado tales regulaciones para su delegación. Poco después de la decisión del gobierno francés, la ONU también deploró "prácticas discriminatorias que pueden tener consecuencias perjudiciales", explicando que "nadie debería imponer a una mujer lo que debe o no debe vestir".

Y con razón: más allá de los Juegos Olímpicos, Francia es campeona en materia de islamofobia. De los 38 países europeos estudiados por Amnistía, "ningún otro país de la región, ya sea a nivel de leyes nacionales o de reglamentos de cada deporte, ha incluido en sus normas la prohibición de cubrirse la cabeza de forma religiosa, como la que llevan algunas mujeres y niñas musulmanas deportistas". Sin embargo, en Francia, el uso del velo ya está prohibido por algunas federaciones deportivas, como el fútbol femenino, el baloncesto y el voleibol. Recordamos en particular la lucha liderada por el colectivo Hijabeuses por el derecho a jugar al fútbol, ​​después de que el Consejo de Estado se pronunciara a favor del reglamento islamófobo de la Federación Francesa de Futbol.

Esto puede explicarse por el papel estructurante de la cuestión del velo en la islamofobia de Estado en Francia, a veces calificada de “racismo a la francesa” en referencia a su construcción histórica en relación con la historia colonial del país. En septiembre de 2023, la prohibición del uso del velo para los Juegos Olímpicos de 2024 ya se produjo en el contexto de una escalada islamófoba, con el inicio del año escolar marcado por la prohibición del uso de la abaya en la escuela. Una medida profundamente racista y sexista que ha provocado la exclusión de las niñas del sistema escolar y, más ampliamente, la estigmatización y la creciente marginación de las poblaciones musulmanas en la sociedad francesa.

Si bien los Juegos Olímpicos se desarrollan en un contexto de fuerte inestabilidad política en Francia, la prohibición de llevar el velo a las atletas francesas completa el cuadro del autoritarismo del gobierno de Macron que, acorralado por la crisis, sigue gobernando apoyándose en los instrumentos más antidemocráticos de la Quinta República, sobre la represión policial y sobre la opresión de las poblaciones musulmanas y los barrios obreros. Como todo nuevo ataque islamófobo, que favorece el ascenso de la extrema derecha y de las ideas reaccionarias, debe ser denunciado con firmeza por todas las organizaciones políticas, sindicales, antirracistas y feministas.