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Red Internacional
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Declaración. Mendoza: Bienvenidos a la provincia de los salarios más bajos del país

Así decía el cartel que colgó en el nudo de costanera la actual conducción del Sute en 2022. Lo que pensábamos que era una denuncia al gobierno de Suarez, por parte de la agrupación Azul Naranja dirigida por Gustavo Correa, ligada a Sagasti y al gobierno nacional del Frente de Todos, resultó que era una propuesta.

Miércoles 12 de abril de 2023 22:32

El viernes 31 de marzo cobramos nuestros salarios los y las trabajadoras de la educación después del último acuerdo paritario entre el gobierno provincial de Cambia Mendoza y una cuestionada conducción sindical que con sus métodos burocráticos (coartar la palabra, patotear delegados y hasta votar contra los mandatos llevados desde las escuelas) garantizó que se apruebe un nuevo ajuste sobre nuestros bolsillos. Este nuevo acuerdo sin recomposición y con salarios iniciales de pobreza es un ataque más a nuestras condiciones de vida y a la educación que es sostenida en condiciones de precariedad. El salario básico de 110 mil pesos para un cargo inicial o 18hs cátedras quedó por debajo, incluso, de los insuficientes 130 mil pesos que acordaron en la paritaria nacional el Gobierno de Alberto Fernandez y la CTERA. Nada nuevo, en 2022 la conducción Azul Naranja traicionó la lucha que se venía gestando desde las escuelas y un paro de 96 hs votado en asambleas organizadas desde abajo por trabajadores de la educación. Pero no es casual que la burocracia haya desactivado el paro, es una práctica histórica de más de 20 años de arreglos por arriba con los partidos patronales que fueron ajustando y golpeando al sindicato más grande de Mendoza.

El SUTE “que se vino” garantiza el ajuste que impulsa Massa al servicio del FMI y promueve la desmoralización en las escuelas. La agrupación Azul Naranja militó de manera vergonzosa la aceptación de la propuesta salarial que realizó el Gobierno este año. Por otro lado, es destacable que la mayoría de las escuelas rechazó la propuesta y el enojo que manifestaron miles de trabajadoras al ver sus bonos de sueldo sin ningún aumento. Como trabajadores de la educación, somos testigos diarios del impacto que la crisis económica, social y política está teniendo en el país y la provincia, en las escuelas, en nuestras comunidades educativas y en nuestras propias familias. En particular la situación de las celadoras y celadores es aún peor porque son quiénes tienen los salarios más bajos, y quiénes quedaron postergadas en la última negociación paritaria.

La gran mayoría somos mujeres, madres solteras o no, que hacemos un gran esfuerzo para mejorar nuestro oficio, sostener las escuelas, alimentar a los chicos y las chicas a la vez que mantenemos familias (limpiamos, cocinamos, llevamos y traemos). Cada vez es más común que tengamos 2 o 3 trabajos más porque no llegamos a fin de mes lo que nos deja sin tiempo para descansar, para disfrutar con nuestras familias, para ir al cine, al teatro (tampoco alcanza el dinero para esos eventos culturales) o para profesionalizarnos y mejorar la educación de las futuras generaciones.

Cuando los y las trabajadoras de la educación decimos que sostenemos las escuelas hacemos referencia a que sacamos plata de nuestro bolsillo para que el estudiantado tenga lápiz, goma, una tortita o un té caliente. Al igual que, la organización de rifas para arreglar techos, paredes, comprar ventiladores, etc. El gobierno busca garantizar 180 días de clase a costa de que la comunidad educativa esté en las aulas sin condiciones mínimas para la salud, como ventiladores o agua en medio de una ola de calor histórica como sucedió el pasado noviembre y en febrero de este año.

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Pero no somos el único sector afectado, ni quienes estamos en peores condiciones. La política de ajuste del gobierno nacional y provincial está generando una creciente desigualdad social, con un aumento de la pobreza que impacta sobre todo en las niñeces (según el Indec más del 54% es pobre). La inflación descontrolada golpea con fuerza a las familias trabajadoras, mientras que el reciente robo a los jubilados y jubiladas de parte de Massa constituye un verdadero saqueo a los derechos adquiridos por quienes han trabajado toda su vida.

Desde que asumió Alberto Fernandez diciendo “entre los jubilados y los bancos, me quedo con los jubilados” el gobierno nacional del Frente de Todos no ha hecho más que contradecir en los hechos lo prometido en campaña. La situación de los jubilados y jubiladas en Argentina es crítica, con haberes que no alcanzan a cubrir la canasta de consumos, mientras los bancos tienen ganancias millonarias.

Además, estamos asistiendo a una creciente persecución política a los sectores que defienden los derechos de los trabajadores, de las mujeres y de los más vulnerables.

Los ataques a las organizaciones sindicales y sociales, y la criminalización de la protesta, son ejemplos claros de esta tendencia. Hace unas semanas el gobierno de Suarez metía en la cárcel a militantes del Polo Obrero y del FOL por manifestarse en las calles contra el ajuste, el recorte de cientos de miles de planes y la precariedad de la vida. El gobierno de Cambia Mendoza para hacer campaña electoral atropella las libertades políticas sin ningún derecho. El mismo gobierno, que con Cornejo a la cabeza, demoniza y persigue a las comunidades originarias mapuche de nuestra provincia pretendiendo despojarles de sus tierras que son por derecho de preexistencia suyas. La prepotencia de Cornejo recuerda a la de Patricia Bullrich, quien fuera responsable como ministra de seguridad de Macri de la desaparición seguida de muerte de Santiago Maldonado. Para defender los intereses de los terratenientes, de las empresas extractivistas, de empresas amigas como El Azufre, persiguen, demonizan a las comunidades mapuche como el gobierno nacional responsable de que sigan detenidas las machis del sur por defender sus territorios.

En ese sentido, también repudiamos el ataque de fundamentalistas religiosos en la UNCuyo, que destruyeron una muestra Artística, como parte de una ofensiva de la derecha que se siente fuerte en avanzar e intentar moldear el arte a su conveniencia destruyendo y censurando la expresión artística en Mendoza. En marzo la cultura fue violentada, en el seno de una muestra dedicada a los derechos de la mujer, bajo una moralidad proveniente del oscurantismo religioso que se opone a derechos adquiridos por el movimiento feminista.
Como organización de trabajadoras y trabajadores de la educación, nos solidarizamos con todas las luchas que se están llevando a cabo en defensa de los derechos sociales, políticos, ambientales, feministas y de las comunidades originarias.

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Contra el FMI y la derecha, organización desde abajo y ganar las calles

En las escuelas hay compañeras y compañeros que ven con preocupación el “avance de la derecha” y el crecimiento en popularidad y en las encuestas electorales de Milei. Creemos que no es posible desligar este escenario del trasfondo social sobre el que se construye, ni tampoco se debe interpretar como un consenso para aplicar los planes de la derecha. El escenario de fondo es el de descreimiento por las promesas incumplidas por lo partidos que nos han gobernado los últimos 40 años, la decepción generalizada sobre estos partidos que solo han empeorado las condiciones de vida de las mayorías, mientras se le paga al FMI, se beneficia a los bancos y a los grandes empresarios. Ese es el trasfondo que ha provocado un “escape” hacia los extremos.

A eso se le suma el rol que cumplen las conducciones de los sindicatos que contienen la bronca. En nuestra provincia, por ejemplo las conducciones de los sindicatos, incluido el nuestro (SUTE), no movieron un dedo frente a la represión y encarcelamiento de militantes sociales, mientras garantizaban que se cierren a la baja todas las paritarias salariales. Quienes trabajamos en la educación en Mendoza sabemos que nuestro sindicato puede cumplir otro rol si es recuperado de las manos de la burocracia. Desde 2017 hasta el 2022 el SUTE fue conducido por el FURS y gracias a la democratización del sindicato y la independencia de los gobiernos se lograron muchas cosas. En 2017 el furs logró traer a las escuelas de la provincia una bocanada de aire fresco, introduciendo la práctica democrática de asambleas escolares y elección de delegados y delegadas. El debate democrático fue la característica de esa experiencia. Preparó el camino de la lucha con la organización e implementación del Fondo de Huelga en un centenar de escuelas que debatieron la importancia del fortalecimiento colectivo y generó una herramienta que refuerza los derechos de les trabajadores. Enfrentamos y frenamos la reforma educativa. Conquistamos en una paritaria la cláusula gatillo, única garantía para pelearle a la inflación, que luego fue arrebatada. Fue un sindicato presente en medio de la pandemia, cuando todos cerraban sus puertas y miles de compañerxs se quedaban sin acceso al trabajo, sin contraturnos, logrando incluso enisión de bonos en forma virtual y llamados. Algunas de las conquistas más importantes fueron la licencia por violencia de género, en un sindicato donde el 80 % somos mujeres. Formación en ESI y consejerías de género que funcionaron en toda la provincia.

La conducción burocrática de la Azul Naranja vino a borrar esa experiencia, porque su rol es la paz social.

¿Qué hacer?

A nivel nacional las demandas insatisfechas, las medidas represivas mencionadas anteriormente también abonan un escenario para que crezca la derecha. La política del kirchnerismo de promover candidatos como Alberto Fernandez, apoyar la gestión de Sergio Massa, garantizar el ajuste que pide el FMI, todo bajo el argumento de “enfrentar a la derecha” nos ha traído hasta acá. Es por eso que este 24 de marzo nuestra agrupación marchó junto al Frente de Izquierda y la columna independiente para denunciar la persecución, represión y el ajuste brutal del gobierno nacional y provincial y contra el pago de la deuda al FMI, otra herencia de la dictadura.

Desde la Corriente 9 de abril, en el Frente de Izquierda, tenemos otra perspectiva

Estamos siguiendo atentamente la lucha de clases en Francia, donde trabajadores, estudiantes vienen enfrentando con la unidad y la huelga general la reforma previsional que su presidente, Emmanuel Macron impuso por decreto. Creemos que ese es el camino para enfrentar las políticas de ajuste, la crisis social, económica y a la derecha. Otro ejemplo los y las trabajadoras de la educación de Cordoba, Río Negro, Chubut y Santa Cruz que vienen de varios días de lucha contra las propuestas de miseria de sus gobiernos tanto peronistas como radicales. Exigimos a CTERA que rompa la tregua con el gobierno del Frente de Todos y preparemos un plan de lucha nacional.

Este es un año de elecciones y de muchísimo debate político donde, tanto Juntos por el Cambio, el peronismo o Javier Milei, con matices y de diferentes formas, se preparan para continuar y profundizar los planes del FMI después de las elecciones que se vienen. La izquierda se prepara para instalar de forma masiva una propuesta de salida para esta crisis: un programa que dé respuesta a las demandas de las mayorías y cuestione el dominio capitalista del país para llegar preparados con la mayor fuerza posible para cuando los de abajo respondan como lo están haciendo en Francia.

Muchas y muchos de nosotres participaremos en las elecciones como candidatos del Frente de Izquierda Unidad porque no podemos avalar a los políticos del ajuste. Es la única salida a favor del pueblo trabajador en ese terreno. Cualquier apuesta al mal menor, no será más que la reedición de otro fracaso funcional a la derecha y los poderosos.

En 2022 las trabajadoras y los trabajadores de la educación protagonizamos una gran lucha, con paros y movilizaciones masivas, que la conducción del sindicato no estuvo dispuesta a profundizar, con fondos de huelga por ejemplo, para poder sostener las medidas y así vencer al Gobierno. Fue un enorme despliegue de fuerza, organización y creatividad. Hay que recuperar ese camino. En este sentido tenemos que avanzar en la organización en las escuelas. Ya se demostró que es la única vía para construir un plan de lucha. Tenemos que recuperar la iniciativa, con el debate por escuela, departamentos, zonas, junto a la comunidad que también sufre las consecuencias de las políticas de ajuste, con unidad en las calles, para no conformarnos con migajas y derrotar el ajuste en curso.