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Ajuste. Mendoza: “Un 80 % de los profesionales de la salud están contratados y sin derechos laborales”

En la provincia cuyana los trabajadores de la salud denuncian el vaciamiento del sector público. Hablamos con un joven médico que relata cómo afecta esto en la atención a los pacientes y a los trabajadores. La situación se agrava en hospitales que se encuentran alejados de la ciudad.

Rosa D'Alesio

Rosa D’Alesio @rosaquiara

Martes 18 de julio de 2023 10:59

En los primeros días de julio las y los profesionales de la salud iniciaron un plan de lucha en rechazo a la oferta salarial del Gobierno. El reclamo no es nuevo. Durante la pandemia salieron a exigir por sus derechos. Conquistaron el pase a planta; actualmente luchan, también, por el cumplimiento efectivo de este reclamo.

La salud pública es uno de los sectores estatales dónde más precarizados hay, con miles de profesionales y prestadores de servicio sin ningún tipo de derecho laboral. En los últimos años, los distintos gobiernos de la provincia, vienen desfinanciando la salud pública, lo que provoca que en la actualidad miles de niños y adolescentes no se puedan atender en los centros de salud, colapsando los hospitales de atención a los adultos. Una enfermera, que trabaja en una guardia de adultos, relata: “Hace meses que estamos atendiendo niños y adolescentes porque está colapsada el servicio de pediatría”.

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Ante este nuevo plan de lucha, la ministra Ana María Nadal aseguró que los profesionales de la salud con un cargo de 24 h cobran entre $ 450.000 y $ 500.000. Esta afirmación fue desmentida por Lautaro Jiménez, docente y candidato a Gobernador por el PTS en el Frente de Izquierda: “Una pediatra con 12 años de antigüedad cobra $ 220.921”. Agregó, además, que mientras el sueldo de quien cuida la salud de cientos de miles de niños, niñas y adolescentes en la provincia apenas supera la Canasta Básica, “un legislador percibió este mes $ 688.825 de bolsillo”.

Asimismo, el candidato a Gobernador por el PTS en el Frente de Izquierda, sostuvo que el presupuesto para salud de este año, en términos reales, representa sólo el 79.5 % del presupuesto de 2015. Habló de la responsabilidad de los gobiernos de Rodolfo Suárez y Alfredo Cornejo que, en complicidad con el PJ que avaló los presupuestos de ajuste, descargaron sistemáticamente la crisis sobre la salud y la educación del pueblo trabajador mendocino.

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Hablamos con Gabriel, un joven médico mendocino que nos cuenta sobre las condiciones de precarización laboral que atraviesan las médicas y médicos una vez que salen de la facultad, del pluriempleo, los bajos salarios y sobre su experiencia trabajando en el servicio de ambulancias para una prepaga. Además, destaca la lucha de los residentes que consiguió que el sindicato, que siempre los marginó, tenga que tomar su reclamo.

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-Contanos cómo es un día de trabajo

  •  Hasta hace unos meses atrás trabajé en el servicio de ambulancia para una de las prepagas más importantes del país, OSDE. Te puedo contar varios problemas, desde la falta de infraestructura hasta la flexibilización y persecución laboral.

    Estaba entre 12 a 24 horas arriba de una ambulancia, dependiendo de la demanda. Por ejemplo, un día tenías un espacio para descansar y otro no sabías hasta qué ahora debías quedarte a trabajar. En los picos de las patologías respiratorias la jornada se extendía entre las 21 o 23 horas más o menos. Esos días no podías ni ir al baño. Luego tenías que llegar y completar todas las historias clínicas o completar las que no terminaste para poder irte a tu casa. O sea una hora más. Hay muchas horas de trabajo y si uno no trabaja ese día no hay paga. Además de las guardias en la ambulancia, tenía otro trabajo. Cuando no podías tomarte un día libre estabas toda la semana sin descansar.

    En medio de esa jornada donde respondías a la demanda de códigos rojo, amarillo, verde (que indican si se trata de una emergencia, urgencia o consulta), te tocaba hacer un control de ausentismo de un compañero. Un día, como a las 23.40 de la noche, nos llaman para hacer un control laboral. Llego al domicilio y me encontré con un médico que estaba con un dolor abdominal, que se había tomado el día, y me dice, “qué impresionante que me vengan a perseguir cuando el día no me lo van a pagar”.

    Igual, donde yo trabajaba era lo mejor de lo mejor. Antes había pasado por otras empresas y fue tremendo, con una paga muy baja, atendiendo muchos más pacientes, principalmente PAMI. A nivel de las prestaciones que se les brindan, los pacientes de PAMI son los que están peor en la provincia. No les otorgan las condiciones necesarias para atenderse. Demoras en los turnos y les dan muchas vueltas administrativas para otorgarles la prestación que necesitan.

    -¿Bajo qué modalidad de contratación trabajan los médicos?

  •  La mayoría de los prestadores somos monotributistas, sin derechos laborales. Si te enfermas o te pasa cualquier cosa, no te pagan. En realidad todos somos monotributistas, cualquiera sea la norma de contrato. Recién cuando entrás a la planta permanente tenés aportes.

    El 80 % de los profesionales son contratados en carácter de prestador.

    Tengo compañeros que, además, tienen que tomar tres transportes para ir a laburar y eso aumenta la jornada laboral. Por eso hay mucha investigación en lo que se llama el auxilio de los profesionales de la salud que terminan con burnout, depresiones o con distinta patología a nivel mental.

    -¿Y vos particularmente sufriste consecuencias por esta sobrecarga laboral?

  •  Cuando dejé de trabajar en la ambulancia fue por una hernia de disco producto de cargar a los pacientes.

    -¿Los médicos cargaban a los pacientes?

  •  Eso depende de cada profesional. Yo siempre he trabajado con los conductores a nivel horizontal.

    Los médicos solemos automedicamos, por ejemplo con el tema de la hernia vivía a ketorolac o corticoides para seguir trabajando. Si no trabajás no cobrás. Te descuentan las guardias que faltás, así como el premio si llegás tarde.

    Ni hablar los profesionales que hacen estas guardias y después van a atender a hospitales periféricos, tienen que ir sin dormir.

    -¿Qué obra social tienen los médicos?

  •  En Mendoza tenemos la Obra Social de los Empleados Públicos (OSEP) que es obligatoria para cualquier trabajador público. Está desfinanciada y brinda prestaciones deplorables porque no tienen ni los insumos necesarios. Una prepaga te sale un montón.

    -¿Tienen un gremio que te represente?

  •  Para los médicos es AMPROS, a diferencia de enfermería, o de otros profesionales de la salud, que los representa ATE. Nosotros tenemos un gremio complejo, la verdad. Siempre vinieron con promesas que iban a cambiar cosas y nunca se demostró nada en la práctica. Es más, las asociaciones de especialistas, por ejemplo la de anestesistas, demostraron luchar más para conseguir una mejor paga que el resto donde no pasó nada.

    La precarización de los médicos es mucha. El trabajo en las guardias, que es lo que uno consigue al salir de la facultad, te arruina la salud. Además, que después de las 12 horas de guardia el nivel cognitivo no es lo mismo. Con ese ritmo no tenés ni vida familiar. Ni hablar de una vida social.

    -¿Cómo es el sistema de residencias de los profesionales médicos?

  •  Hay una ley de la residencia que viene de la época de la dictadura militar. En 1978 sacan esta ley con la que buscaban implementar el modelo norteamericano, donde no se plantea como una forma de trabajo, sino como un posgrado de especialización. Tenés que hacer cierta cantidad de horas laborales que te las pagan con una beca. Son prácticas abusivas donde tenés que hacer guardias de 36 horas seguidas. No hay ninguna forma de defenderse, no hay sindicato.

    El residente se convirtió en uno de los pilares claves del hospital. Pensemos en un hospital que tiene que tener guardias activas, la principal persona que debe hacer esas guardias es el residente. Hoy en día se están exigiendo ocho guardias por mes durante el primer año.

    Muchos de mis colegas renuncian a la residencia por las condiciones deplorables que tienen en los servicios. Hablaba con un colega que me decía que había estado 36 horas seguidas entre la parte académica, cirugía y guardia. Llegaba hasta esa hora y después volvía a la casa a dormir para el otro día volver a trabajar.

    Por todos estos temas, y después de ver la enorme pelea que dieron los residentes en el AMBA, es que volvieron a salir a las calles por una nueva Ley de Residencias.

    -¿A qué te referís con la parte académica?

  •  Al ser considerado un posgrado tenés que seguir estudiando. Tenés que cumplir con los temas del programa.

    También te obligan a hacer un año comunitario -te envían a cualquier establecimiento y te pagan esas horas como residente-. En caso de que el residente no cumpla ese año tiene que devolver todos los años de "beca". Si no terminás el año, no tenés que devolver la beca pero no te certifican la especialización.

    -¿Cómo es la atención a los pacientes?

  •  En el área pública podés conseguir turnos si te levantás temprano. En los casos de emergencia se traslada un coordinador, que está ahí siempre presente en la mayoría de los casos.

    Después el problema es cómo se traslada ese paciente para seguir el tratamiento. Me refiero a los que no viven en la capital. Acá se invierte siempre en un solo hospital mucha plata. Por ejemplo en el Hospital Central que está ubicado en la capital. Mientras que desfinancian el resto de los hospitales que tienen muchos problemas de infraestructura. Si te atendés en el Central, que tiene alta complejidad, te salvás, pero si vas a otro se complica.

    Los recursos se concentran más que nada en la ciudad y se olvida la periferia. Entonces los pacientes que viven en la periferia tienen que viajar hasta la capital. Pueden llegar a tener dos o tres horas de viaje.

    Lo más importante en los hospitales es el recurso humano que es en lo que más están recortando. Aún cuando inviertan en alta tecnología si no tienen los profesionales para que después sigan el tratamiento de los pacientes, no tiene sentido.

    La falta de calidad de las prestaciones en el sector público es impresionante, pero los trabajadores de la salud ponen voluntad a pesar de recibir bajos salarios y de estar precarizados. Los trabajadores y las trabajadoras de salud de todas las áreas son quienes le siguen poniendo el pecho a todo.

    La verdad que admiro muchísimo a los y las profesionales de la salud, enfermeros, técnicos, médicos, todos le ponen mucha voluntad. Aun cuando la paga sea baja. Además los pacientes tienen otros problemas.

    Otro de los temas de la atención de los pacientes es que podés prescribir fármacos, pero ellos luego no pueden comprarlos por lo que cuestan los medicamentos.

    -¿Cómo es el sistema de salud privado de Mendoza?

  •  Están en manos de monopolios, por ejemplo lo que fuera el hospital Español, una gran parte lo compró Swiss Medical, la otra parte lo compró una prepaga importante.

    El monopolio es tremendo, por ejemplo el servicio Amanos, que brinda una cobertura en prestaciones ambulatorias, le pertenece a una familia de apellido Videla.

    Los privados que tienen convenios con PAMI, limitan mucho los servicios que le brindan a los pacientes. Tengo colegas que trabajan en esas instituciones y casi que tienen que llamar a PAMI para que les exija a la clínica que les brinde la cobertura correspondiente a los pacientes. En un caso que trasladé al hospital privado, me dijeron que no tenían camas y les dije, "no me pienso ir con el paciente en estas condiciones, con un infarto y hemorragia digestiva, cuando en la ambulancia no tenemos ni bomba de infusión". En otro caso que me lo tuve que llevar, una colega me dijo “qué suerte que se lo llevan porque sentía que me estaban echando porque el director del hospital no quería recibirlo”.

    Como relata Gabriel, el ajuste en la salud son ataques directos que ponen en riesgo la vida de miles de mendocinos y mendocinas. Según un informe publicado en el diario Los Andes, el Hospital Notti contiene el 88 % de las plazas de internación pediátrica en el Gran Mendoza en el sector público y 58 % de toda Mendoza. Sin embargo, desde su fundación en 1991, no ha aumentado la cantidad de camas disponibles.

    Es necesario un presupuesto de emergencia que permita el nombramiento de más personal para todo el equipo de salud, con salarios acordes a la canasta familiar que terminen con el pluriempleo que hoy es la única salida para llegar a fin de mes.

    La nacionalización de los laboratorios y la industria farmacéutica que lucra con la salud. Por una salud que sea efectivamente un derecho, y no un negocio. Que la plata no sea para el FMI, sino para estas urgencias. Por un sistema de salud único, gratuito y de calidad.

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  • Rosa D’Alesio

    Militante del PTS, columnista de la sección Libertades Democráticas de La Izquierda Diario; se especializa en temas de narcotráfico y Fuerzas Armadas.

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