Melani es estudiante terciaria de educación especial, de Alejandro Petion (Cañuelas). Opina sobre un spot de Nicolás del Caño sobre la precarización. Las elecciones y la necesidad de organizarnos para pelear por el futuro que deseamos.
Martes 10 de agosto de 2021 11:45
"Tengo 19 años, estudio en el profesorado de educación especial ISFD 107 Juan Manuel Estrada de Cañuelas, en provincia de Buenos Aires”, cuenta Melani a La Izquierda Diario. “Vivo con mis hermanos y familia y mi rutina comienza yendo a trabajar a las 7 y media todos los días. Limpio una casa de fin de semana de una familia de plata, adinerada, dueña de una fábrica importante de este país, aunque yo me encuentro trabajando en negro y cobrando un sueldo que no me alcanza”, relata. “Alrededor de las 4 de la tarde llego a mi casa, me quedan entre 1 o 2 horas y me conecto a cursar, pero llegar a leer toda la bibliografía o estar al día con las materias se vuelve una odisea”.
Melani cuenta qué le impactó de los spots que lanzaron esta semana Nicolás del Caño y el Frente de Izquierda Unidad, que apuesta a convertirse en la tercera fuerza nacional de cara a las elecciones. “Cuando vi el video de la campaña del FIT Unidad me hizo acordar la vez que estaba limpiando vidrios en la casa donde laburo, cagada de frío y con las manos moradas, mientras mis jefes y unos viejos con guita jugaban al golf, y pensaba ’qué injusta la vida’; pero en realidad la vida no es injusta, es injusto el sistema”, dice.
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“Por eso enseguida pensé que es cierto lo que dice el video: los jóvenes todos los días peleamos por el futuro que deseamos. Por eso banco al Frente de Izquierda, porque estoy cansada de ver cómo gobierno tras gobierno la precarización en los jóvenes se repite. Terminamos el secundario y no conseguimos trabajo, y si tenemos suerte de conseguir algo, tenemos que laburar más de ocho horas por día y por un sueldo que no nos alcanza ni para vivir”, relata.
En este último tiempo, y con la llegada de la pandemia, estudiar se volvió un privilegio. Entre la falta de horas por el laburo y la falta de conectividad, la deserción aumentó y esta situación se normalizó. Miles y miles de pibes tuvieron que resignarse a no poder estudiar, a laburar por dos mangos o a no conseguir trabajo por ningún lado, mientras otros laburan 12 horas. Así como plantean Nicolás del Caño y el Frente de Izquierda, las horas de trabajo se podrían repartir para que todes trabajemos con una jornada laboral de 6 horas que nos permita estudiar, descansar, cursar y tener un sueldo que nos alcance para vivir bien.
No resignar nuestro futuro
Si nos ponemos a ver los datos en forma de números en cuanto a la precarización, estudios han arrojado que más del 70 % de los jóvenes de las principales ciudades del país trabajan en condiciones de elevada precarización. Esto es: sin aportes jubilatorios, obra social, vacaciones pagas, expuestos a riesgos del trabajo, sin estabilidad laboral, con contratos a término, como monotributistas o con bajos ingresos inferiores al salario mínimo.
Las mujeres jóvenes siguen llevándose la peor parte, en la inmensa mayoría de las ciudades son las principales afectadas por la precarización extrema, con situaciones sumamente críticas. Detrás de estas estadísticas somos cientos de ejemplos, miles de vidas de pibes y pibas como Melani, con laburos basura, que hacemos malabares para estudiar lo que nos apasiona y llegar a fin de mes.
“Lo único que nos ofrecen los demás partidos es precarización laboral, mientras los que más tienen se siguen llenando el bolsillo a costa de nuestras vidas. Esta situación se repite en miles de jóvenes que no quieren esta vida de miseria”, agrega Melani.
El Frente de Izquierda plantea, justamente, el llamado a transformar esa bronca en organización y luchar para que esto cambie. Ya sabemos que del Gobierno lo único que llegan son mentiras, ajuste y represión, y del lado de la oposición de derecha -que ya gobernó el país- tampoco vendrá una salida a favor de les pibes que tuvimos que calzarnos la mochila de las apps o salir a limpiar casas en medio de la pandemia. Dejamos nuestros estudios para poder sobrevivir o para ayudar en nuestras casas, o hacemos malabares para sostenerlos, pero no queremos resignar nuestro futuro, queremos construirlo: arrancarlo de las manos de los empresarios, del plan de ajuste del FMI, y construirlo desde abajo, con una alternativa propia.
Melani cuenta que se está organizando para participar de la visita que Nicolás del Caño hará a Cañuelas próximamente. También cuenta que va a proponerle a sus conocides que se sumen. Yo le pregunto qué le diría a les pibes que se encuentran en su misma situación. Ella no duda: “que no resignen, que este no es el futuro que merecemos, que podemos transformar toda esa bronca en organización y entre todes pelearla para que esto cambie, pero que no quede solo en la opinión o en la bronca, sino que pasemos a la acción y activemos para cambiar todo desde abajo”.
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