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Red Internacional
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Buenos Aires. Milei elimina el Fondo de Fortalecimiento y Kicillof se suma a reclamo de gobernadores del PRO

En una semana tensa por la disputa con Chubut, el Gobierno eliminó este lunes el Fondo de Fortalecimiento de la provincia de Buenos Aires. Había sido creado por Alberto Fernández tras un conflicto con la Policía. Todos discuten quienes y cuánto ajustan.

Lunes 26 de febrero 10:05

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Esta madrugada, a través del decreto 192/2024 publicado Boletín Oficial, el Gobierno de Javier Milei derogó el artículo 4 del Decreto N°735 del 9 de septiembre de 2020, que creaba el Fondo de Fortalecimiento de la provincia de Buenos Aires. El mismo había surgido tras un conflicto, durante la pandemia, con las fuerzas policiales. El mismo había implicado un traslado de cerca de un punto de la coparticipación fijada para la Ciudad de Buenos Aires, hacia el distrito bonaerense.

Este año el gobierno nacional no había hecho la transferencia y con el decreto se confirma que el fondo de eliminado. La justificación de Milei y Caputo es que “con la intención de solucionar la enorme cantidad de problemas derivados de la herencia que la administración saliente dejó a todos los argentinos, es necesario efectuar un ajuste fiscal en el Sector Público Nacional de cinco puntos del PBI”.

A los duros recortes que vienen sufriendo los jubilados y jubiladas, estatales, comedores populares y el conjunto de la población con las tarifas, se suma un brutal ajuste fiscal que está tensionando además la relación con las provincias. Este fin de semana se profundizó la disputa con Chubut. El presidente volvió a cruzar a Ignacio Torres, gobernador del PRO, y sus colegas salieron a respaldarlo. El suministro de petróleo depende de las negociaciones entre las distintas camarillas gobernantes.

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El trasfondo que recorre una disputa donde las “identidades políticas” se mezclan tiene que ver con un régimen donde el Estado nacional desde la década de los ’90 fue entregando obligaciones a las provincias (educación, salud, etc) pero dependiendo de los fondos discrecionales de la Nación. La paradoja es que en 70 días de gestión, Milei entró en un cruce feroz (al menos en las redes y amenazas) con sus aliados del PRO.

Algunos podrían leer el decreto de hoy como “al peronismo también le recortamos”. Pero no parece un consuelo que alivie la disputa con gobernadores que no quieren cargar la mochila de un ajuste todavía más duro del que empezaron a realizar.

No olvidemos que el propio Torres le contestó a Milei diciendo que desde su asunción había comenzado recortes de personal, “el ajuste fiscal más grande de la historia de la provincia” y otras medidas, algunas de las cuáles omitió, como el ataque al derecho de huelga. Las gestiones peronistas también vienen tomando medidas antipopulares, como tarifazos del transporte o paritarias a la baja.

El propio Kicillof trasladó el ajuste nacional a la provincia. “La oferta paritaria docente es insuficiente, un 20% mentiroso, que representa tan sólo $30.000 por cargo para una maestra de grado que recién se inicia como evidencia la denuncia de SUTEBA Tigre” señalaron desde la Agrupación Marrón de SUTEBA. Los recortes también se sienten en las dependencias estatales y los servicios, como el IOMA.

Milei está dispuesto a hacer un ataque que incluso desafía el pedido de gobernabilidad del FMI. En ese camino los gobernadores quieren discutir cuánto les toca ajustar a cada uno. Pero ninguno representa realmente los intereses de quienes hacen funcionar las provincias y el país. Discuten cuánto se ajuste y qué recorte le toca a cada uno, pero la receta no está en discusión: menos salarios, menos viviendas, menos comida y asistencia social, menos vivienda.

La izquierda viene planteando la oposición a todas las políticas ajustadoras. Del gobierno nacional pero también de los gobernadores y empresarios. Propone apoya cada conflicto por salario, como ahora empiezan docentes y estatales, los primeros reclamos contra el tarifazo, como vimos en Constitución, y el desarrollo de la lucha en las calles uniendo a trabajadores, trabajadoras, organizaciones sociales, asambleas populares y los estudiantes que defienden la educación pública. Que la CGT y la CTA salgan de la tregua y el seguidismo a los Torres o los Kicillof: necesitamos un plan de lucha.