El preso político y exmiembro de Pantera Negra (Black Panther) lleva cuatro décadas injustamente encarcelado. Hace años que los organismos de derechos humanos, activistas y la izquierda piden su inmediata liberación.
Viernes 23 de abril de 2021 16:19
Foto: Bastiaan Slabbers/NurPhoto
Mumia Abu-Jamal, un preso político y exmiembro de Pantera Negra (Black Panther). Ha estado encarcelado desde 1981, y se acaba de someter a una cirugía cardíaca con éxito el lunes después de que le diagnosticaran Covid-19 e insuficiencia cardíaca congestiva el mes pasado. Desde entonces, ha estado encadenado a su cama de hospital.
La ONU informa que Abu-Jamal se encuentra actualmente en un hospital no revelado y se le niegan las visitas de su familia y abogados. Además de los diagnósticos recientes, Mumia también sufre de cirrosis hepática causada por hepatitis C, una infección viral grave, así como hipertensión debido a años de negligencia médica y condiciones penitenciarias deplorables. En medio de la pandemia, las personas encarceladas, especialmente las personas mayores y con enfermedades de riesgo, se han enfrentado a una muerte silenciosa debido a las terribles condiciones en las instalaciones penitenciarias de los Estados Unidos.
Mumia, que cumplirá 67 años este sábado, es quizás uno de los presos políticos más conocidos del mundo en la actualidad. Se convirtió en Pantera Negra después de vivir en carne propia la brutalidad policial cuando era un adolescente. Fundó la rama de Filadelfia de los Panthers a la edad de 14 años. Más tarde, Mumia fue taxista a tiempo parcial y periodista, escribiendo artículos críticos sobre la forma en que la policía trataba a MOVE, un grupo radical negro con sede en Filadelfia.
Durante varios años antes de su condena, Mumia fue continuamente blanco del programa COINTELPRO del FBI, que buscaba infiltrarse y desacreditar a disidentes políticos como los Black Panthers.
En 1981, fue arrestado tras la muerte de un policía llamado Daniel Faulkner. En 1982, Mumia fue condenado por asesinar a Faulkner y le dieron pena de muerte a pesar de las irregularidades en el caso. Mumia y sus seguidores aseguran que fue incriminado por el departamento de policía de Filadelfia por la muerte de Faulkner.
Desde ese momento se encontraba en el llamado "corredor de la muerte", donde las personas encarceladas con pena de muerte se encuentran a disposición de que la justicia defina una fecha de ejecución. Sin embargo, gracias a las movilizaciones internacionales, pero particularmente dentro de los Estados Unidos, la ejecución de Mumia por parte del Estado fue suspendida en 1995 y nuevamente en 1999. En diciembre de 1999, los abogados comenzaron a presentar recursos federales para revocar la condena de Mumia y en 2011, su sentencia fue conmutada a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. Mumia ha permanecido mayoritariamente en régimen de aislamiento durante este tiempo.
Los partidarios del fiscal de distrito de Filadelfia Larry Krasner, un supuesto progresista, insistieron en que esto podría servir como táctica de cambio. Krasner, que ha defendido activamente la condena racista de Mumia, ha demostrado una vez más la bancarrota de apoyar a los candidatos a la fiscalía, incluso a aquellos que dicen que cambiarán el sistema de justicia penal desde dentro.
La lucha por la libertad inmediata de Mumia Abu-Jamal va más allá de la injusticia legal de su caso. Su figura se ha convertido en un símbolo de persecución política en los Estados Unidos y en todo el mundo, especialmente en lo que se refiere a la lucha contra la opresión negra. Como explica Rachel Wolkenstein, asesora adjunta del caso de Mumia durante gran parte de la década de 1990: “Para el estado capitalista estadounidense, gobernado por los partidos demócrata y republicano, Mumia representa el espectro de la revuelta negra, de la oposición desafiante a su sistema de racismo opresión."
La lucha por Mumia es también una lucha más general por la libertad de todos los presos políticos que varios gobiernos de todo el mundo mantienen tras las rejas en condiciones deplorables.
Recientemente, Chip Fitzgerald, el miembro del Partido Pantera Negra que estuvo más tiempo encarcelado, falleció después de cinco décadas de permanecer tras las rejas.
Por eso debemos defender la liberación inmediata de Mumia Abu-Jamal y de todos los presos políticos, incluyendo los detenidos durante las protestas de Black Lives Matter el verano pasado. No podemos depositar nuestra confianza en ningún fiscal de distrito “progresista” para presionar desde adentro al podrido sistema legal. Solo a través de la acción de masas de la clase trabajadora y los oprimidos, como fue el caso en los años 90 antes de la conmutación de la pena de muerte de Mumia, podremos ganar en nuestra lucha contra el estado racista y capitalista.
El presente artículo fuepublicado originalmente en inglés en el sitio Left Voice, parte de la Red Internacional La Izquierda Diario.
Maryam Alaniz
Maryam Alaniz es miembro y editora de la sección internacional de Left Voice. Investiga los movimientos sociales como estudiante de doctorado en The New School en Nueva York.