Dos meses después de las elecciones federales, el Partido Socialdemócrata de Alemania, los Verdes y el neoliberal Partido Democrático Libre han acordado formar un nuevo gobierno. Prevé reformas individuales, pero también nuevas medidas neoliberales y más militarismo.
Jueves 25 de noviembre de 2021 21:44
Los tres principales integrantes de la coalición "Semáforo": Annalena Baerbock (Partido Verde), Olaf Scholtz (Nuevo canciller alemán. Partido Socialdemócrata de Alemania) y Christian Lindner (Partido Democrático Libre)
Alemania tendrá un gobierno de "centro" con Olaf Scholz del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) como canciller, en coalición con los Verdes y el neoliberal Partido Democrático Libre (FDP).
En consonancia con los colores rojo-amarillo-verde de los partidos, ya ha recibido el apodo de "semáforo". Su reclamo: "Atrévete a progresar más". Con ello, quiere desmarcarse de los años conservadores de Merkel. El lema se basa en el eslogan del ex canciller del SPD Willy Brandt "Mehr Demokratie wagen" (atrévete con más democracia), que utilizó en 1969 para subrayar la ruptura con el conservadurismo de la posguerra.
Al final de sus negociaciones para una nueva coalición, presentaron un documento de 178 páginas que, sin embargo, muestra que muchas cosas seguirán igual: nada cambiará en lo que respecta a la falta de personal sanitario, la pobreza de los ancianos, la precarización, el aumento de los alquileres y de los costes energéticos y el rearme del militar. El ministro de Economía, Christian Lindner, del FDP, será quien controle el rumbo neoliberal estricto.
Esto no quiere decir que el gobierno del semáforo no haga ninguna promesa. Especialmente en cuestiones sociopolíticas y democráticas, quiere expresar su pretensión de querer ser una "alianza por la libertad, la justicia y la sostenibilidad": por ejemplo, la abolición del artículo 219a del código penal, que hasta ahora impedía a los médicos informar que practicaban abortos, fue justamente acogida por muchos. Sin embargo, el artículo 218 se mantiene. Según esto, los abortos sólo están exentos de castigo si se producen hasta la duodécima semana o por razones médicas importantes, de lo contrario sigue existiendo la amenaza de una condena hasta una pena de prisión.
La ley de transexualidad, que estigmatiza a los afectados, también va a ser sustituida por una ley de autodeterminación. Se va a suprimir la prohibición de donar sangre a los hombres que mantienen relaciones sexuales con otros hombres y a las personas trans. La edad para votar debería reducirse a 16 años. La coalición de los semáforos también quieren legalizar el cannabis, pero no hablan de despenalizar otras sustancias, sólo de medidas para la "reducción de daños".
Todas estas reformas no son sólo concesiones de los socios de la coalición, mucha gente militó y se movilizó muchas veces, durante mucho tiempo por estas medidas. Lo que muestra también, es lo conservadores que fueron los gobiernos de Merkel a nivel sociopolítico.
Por lo tanto, es aún más notable que en cuestiones de asilo y migración no quede mucho de las promesas "progresista" del semáforo. Su programa de conjunto anuncia una "ofensiva de repatriación", porque: "No todas las personas que vienen a nosotros pueden quedarse". Quieren "reducir eficazmente la inmigración irregular" y seguir desarrollando la fuerza de protección de fronteras de la Unión Europea (UE), Frontex, para convertirla en una auténtica agencia de protección de fronteras de la UE.
Las frases humanitarias de la campaña electoral simplemente se han esfumado. Los semáforos saben que tienen una fuerte oposición de derecha en el conservador Partido de la Unión y la derecha radical AfD. Con su retórica sobre el tema de la migración, parece reaccionar a eso intentando mediar hacia la derecha.
Pequeñas reformas sociales y nuevos ataques
Como se esperaba, el Ministerio de Trabajo es para los socialdemócratas. El SPD incluye en el acuerdo su principal promesa electoral, el salario mínimo de 12 euros por hora. Muchos trabajadores del sector de los salarios bajos, que el SPD y los propios Verdes ampliaron con el ex canciller Gerhard Schröder a principios de la década de 2000, se beneficiarán de ello. Pero en vista de la actual inflación de hasta el 6% en noviembre, incluso este aumento salarial sólo dará un breve respiro a los trabajadores con salarios bajos. Los semáforos también anunciaron que rediseñarían las prestaciones básicas para los desempleados, pero no hubo anuncios concretos de cómo ser haría.
Al mismo tiempo, el nuevo gobierno anunció lo que serán los primeros ataques: sobre la base de los convenios colectivos o los acuerdos de empresa, el tiempo máximo de trabajo diario puede ampliarse. También se van a ampliar los empleos a tiempo parcial subvencionados con los impuestos que cobra el Estado, desplazando los contratos de trabajo regulares.
La nueva coalición gobernante no quiere aumentar la edad de jubilación y mantener el nivel de las pensiones, ya que muchos pensionistas viven hoy en día por debajo del umbral de la pobreza. En esto, todo sigue como antes, pero lo más importante es que, a petición del FDP, se va a financiar una parte de la pensión, lo que supone un paso hacia una mayor privatización de la previsión social para la vejez. En lugar de que el Estado se ocupe de la vejez, pretenden que el mercado la regule.
La cuestión del clima
El hecho de que con los Verdes haya entrado en el gobierno un partido que ha hecho del clima un elemento central de su política, es apenas perceptible. Es cierto que afirman que es una "prioridad absoluta" alcanzar los objetivos de protección del clima de la Cumbre de París. Pero apenas hay planes concretos.
El fin de la energía del carbón se adelantará de 2038 a 2030, pero sólo "idealmente". Los Verdes conseguirán efectivamente un "superministerio" de economía y protección del clima. Pero el ministerio de transportes, muy importante para los objetivos climáticos, será para el FDP.
Fridays For Future ya anunció en un comunicado que este programa no podría alcanzar los objetivos del Acuerdo de París. Incluso Luisa Neubauer, miembro destacado de las Juventudes Verdes y del movimiento ecologista, encontró palabras críticas para el párrafo sobre el clima.
Christian Lindner como Señor de las Finanzas
Cualquier medida de protección del clima que cueste dinero también tendrá que superar a Christian Lindner, del FDP, como nuevo ministro de Economía.
El freno de la deuda volverá a tener pleno efecto a partir de 2023. Sin embargo, las grandes inversiones podrían subcontratarse fuera del presupuesto federal (y, por tanto, fuera del control parlamentario). También se recurrirá a instituciones como el banco estatal KfW. Sin embargo, afirman que donde el Estado es limitado, el mercado debe ayudar: "Queremos activar más capital privado para proyectos de transformación".
Con Annalena Baerbock en contra de Rusia y China
La cartera de Asuntos Exteriores en el próximo gabinete recaerá en Annalena Baerbock. A pesar de su actitud de "chica jefa", no se debe esperar una política exterior "feminista".
La señal más clara es que la nueva coalición de "los semáforos" está planeando adquirir drones armados para el uso militar. Cathryn Clüver Ashbrook, directora del Consejo Alemán de Relaciones Exteriores, lo llama "nuevo realismo". También podemos llamarlo de otra manera: Rearme.
El carácter de la política exterior prevista puede medirse también por la reacción de la futura oposición de derecha: el jefe de grupo parlamentario adjunto de "Partidos de la Unión" (N.R.: la unión de los dos principales partidos conservadores CDU/CSU), Johann Wadephul, se mostró sorprendido por el "enfoque realista de las cuestiones de política de seguridad y defensa".
También encaja con el hecho de que el "Ampel" quiera mantener la participación nuclear de Alemania, después de que el año pasado se alzaran también voces prominentes en el SPD que querían poner fin a la participación de Alemania en la disuasión nuclear de la OTAN.
En general, hay signos de un renovado acercamiento a Estados Unidos, con una postura más dura hacia Rusia y la designación de la relación con China como una "rivalidad sistémica". Sin embargo, el modo en que el nuevo gobierno federal abordará cuestiones controvertidas como el futuro del gasoducto Nord Stream 2 queda abierto por el semáforo: Annalena Baerbock es considerada una feroz opositora al proyecto de cooperación germano-ruso.
Para los partidos del "semáforo", la tarea ahora es hacer que los resultados de las negociaciones sean aceptables para sus miembros.
Mientras que el SPD y el FDP quieren celebrar congresos del partido para decidir sobre la cuestión, los Verdes están celebrando una votación de sus miembros por Internet y por carta.
La semana del 6 de diciembre, Olaf Scholz será elegido canciller en el parlamento.
Los tres partidos han incluido puntos que pueden presentar como éxitos ante sus respectivas bases: para los Verdes, un ministerio fuerte para la economía y la protección del clima y el examen de los proyectos legislativos para su compatibilidad con los objetivos climáticos; para el SPD, el salario mínimo, el control de los alquileres y el mantenimiento del nivel de las pensiones; para el FDP, sobre todo, la política financiera y fiscal, pero también las pensiones financiadas.
A pesar de toda la comprensible alegría por las mejoras que promete "el semáforo", no debemos hacernos ilusiones con el gobierno que viene. En gran parte, representa una "continuación" de los años de Merkel y tiene en mente algunos ataques tangibles a las condiciones de trabajo. Esto no puede ser en absoluto un motivo de alegría, sino de organización para rechazar estos ataques.
No hay que olvidar que cuando asumen, muchas veces los gobiernos le dan la espalda a sus promesas electorales.
Así que no es imposible que al final surja el recuerdo de un ex canciller del SPD: Gerhard Schröder. En sus inicios, su coalición rojiverde se describió como un gobierno de renovación. Cuando llegaron al poder no anunciaron que lanzarían uno de los mayores ataques a las condiciones de trabajo y de vida de muchas personas en Alemania con nuevas leyes sobre el mercado laboral.
Marco Helmbrecht
Equipo editorial de Klasse gegen Klasse, Münich, Alemania